Tomás Elías González Benítez, el venezolano que pasó del fraude alimentario al «copyfraud», al «contratar» reclamos fraudulentos de derechos de autor

Por Sam Souto

La censura en internet a la prensa sigue luciendo su peor rostro. Los censores se convierten en maestros del engaño, que buscan de cualquier manera deformar la realidad para conseguir su cometido, que no es otro que el de desaparecer de la internet, contenidos que a sus clientes les pueden resultar incómodos.

Vemos como ahora esos mismos censores, diciendo actuar como representantes de expresa.se y utilizando datos totalmente falsos, contactan a proveedores de alojamiento en línea de otros sitios en la internet, para obligarlos a retirar contenidos, mediante reclamos fraudulentos, basados en la Ley de Derechos de Autor de la Era Digital (DMCA), vigente en los Estados Unidos.

Es así que proveedores de alojamiento en línea, proceden a ordenar el retiro de contenidos, que fueron reclamados de forma ilegítima, sin siquiera verificar que los datos proporcionados no son auténticos.

Fue eso precisamente lo sucedido con el sitio reportedelaeconomia.com, en el que, según hemos sido notificados, terceras personas no relacionadas con expresa.se, realizaron un falso reclamo en nombre de expresa.se ante el proveedor de hospedaje web de reportedelaeconomia.com, con el único propósito de obligar al proveedor de alojamiento a ordenar el retiro del contenido reclamado, sin percatarse que los datos proporcionados por el reclamante no son válidos ni pertenecen a expresa.se.

El reclamo fraudulento ante el proveedor de alojamiento de reportedelaeconomia.com fue realizado por una persona que se identificó como Cassie Carothers, quien proporcionó la dirección 740 Broadway, Suite 400, New York, New York United State.

Nótese que el reclamo muestra un error al identificar al país como «United State» y no como «United States».

Una sencilla búsqueda arroja que la dirección proporcionada por el falso reclamante corresponde a oficinas de Global Citizen, una ONG con sede en Nueva York, dedicada a promover acciones contra la pobreza extrema, el cambio climático y la desigualdad.

Pero la dirección no fue el único dato falso suministrado por el reclamante. En el reclamo también se proporciona una dirección de correo electrónico y un número telefónico no pertenecientes a expresa.se. El número telefónico que indica el reclamo, +12012987481, se corresponde con un servicio gratuito y de libre acceso, proporcionado por la web receivesms.co. A través de ese servicio, cualquier persona puede recibir un mensaje de texto o SMS enviado al número +12012987481, que puede leer de forma simple en un tablón de mensajes y sin necesidad de loguearse, con solo acceder a receivesms.co.

El servicio de receivesms.co es utilizado por personas que desean realizar algún tipo de gestión en línea de forma anónima, en el que deban recibir un mensaje SMS, sin tener que utilizar su propio número telefónico. Algunos reportes indican que el servicio es utilizado, en algunos casos, por piratas informáticos, estafadores y personas que tratan de ocultar su identidad para cometer algún tipo de delito cibernético.

Pero nada de eso pareció llamar la atención del proveedor de hospedaje web de reportedelaeconomia.com, que fue víctima del engaño del falso reclamante.

El motivo del reclamo fueron un par de artículos publicados por expresa.se y de los que se había hecho eco reportedelaeconomia.com, referidos a Tomás Elías González Benítez, un ciudadano venezolano vinculado a transacciones corruptas en negocios con entidades estatales en Venezuela.

Tomás Elías González Benítez, un empresario con opacos negocios alimentarios que causaron pérdidas a Venezuela

¿Quién es Tomás Elías González Benítez y por qué es sinónimo de transacciones corruptas en Venezuela?

Consultada, una persona familiarizada con el asunto, que trabajó antes para él, comentó que González Benítez, desde hace por lo menos tres años, ha recurrido a gestores de reputación, para eliminar de internet publicaciones que advierten sobre su relación con el fraude estatal en el sector alimentario en Venezuela. Ha sido de esa forma, que, además de realizar reclamos  fraudulentos a proveedores web, los gestores de reputación también han emprendido ataques cibernéticos, incluidos ataques de denegación de servicio DDOS contra determinadas webs.

Los falsos reclamantes incurren en un ilícito conocido como copyfraud, qué en español se traduciría: «fraude de derechos de autor», mismo referido a un reclamo de derechos de autor falso y/o fraudulento por parte de un individuo u organización, con respecto al contenido que es de dominio público o cuyos derechos de autor no le pertenecen. Tales reclamaciones son ilícitas, al menos según las leyes de derechos de autor de los Estados Unidos.

El término copyfraud fue acuñado por Jason Mazzone, profesor de derecho en la Universidad de Illinois. Debido a que el copyfraud conlleva poca o ninguna supervisión por parte de las autoridades, existe a gran escala, con millones de obras en el dominio público etiquetadas falsamente como protegidas por derechos de autor. Mazzone afirma que el copyfraud sofoca la reproducción válida de material gratuito, desalienta la innovación y socava los derechos de la libertad de expresión. Otros académicos legales han sugerido remedios públicos y privados, y se han presentado algunos casos relacionados con el copyfraud ante tribunales, muchos de ellos documentados en la internet. Como en el caso de Benítez, en muchos de esos casos el propósito ha sido el de censurar la libertad de expresión.

Ya anteriormente se han reportado casos de copyfraud, por los que se ha señalado a la empresa Smart Reputation, propiedad del venezolano Hernán Porras Molina, debido también a falsas reclamaciones de derechos de autor, que han tenido por objeto el de suprimir de la internet contenidos incómodos para los clientes de esa empresa.

La «reputación inteligente» pero engañosa con la que empresarios y figuras que han tenido problemas con la justicia en Venezuela y otros países intentan borrar su pasado en Internet




Semanario El Venezolano. Madrid, del 03 al 16 de agosto de 2022

Tomado de Tomás Elías González Benítez, el venezolano que pasó del fraude alimentario al «copyfraud», al «contratar» reclamos fraudulentos de derechos de autor