Otro negocio de exportación picotea la biodiversidad venezolana

Un escándalo producido por decenas de guacamayas y tucanes fue lo que se registró en un video con el que el exdiputado chavista, Adel El Zabayar, denunció por redes sociales la existencia de un galpón en la carretera Petare-Guarenas, al este de Caracas, donde estaba enjaulado un lote de aves atrapadas, presuntamente de manera ilícita, en el valle de la capital venezolana. El 25 de agosto de 2023, al día siguiente de develar este “sádico crimen”, como lo tildó el exparlamentario oficialista, el fiscal general designado en 2017 por la írrita Asamblea Constituyente chavista, Tarek William Saab, ordenó desde su cuenta de la red X (antes Twitter) que la Fiscalía 88 con Competencia en Defensa y Delito Ambiental iniciara una investigación del caso bajo presunción de contrabando de fauna silvestre .   

En aquel momento, el Ministerio Público no identificó ante el público a los responsables del galpón donde almacenaban las aves silvestres, ubicado en el kilómetro 14 del sector El Carmen de la vieja carretera Petare-Guarenas, en el estado Miranda. Sin embargo, imágenes captadas durante la inspección que en el lugar hizo la Policía del Municipio Sucre (Polisucre), en cuya jurisdicción se halla ese cobertizo industrial, confirmaron que se trataba del local del Criadero San Antonio Abad C.A., una empresa privada con la que el Ministerio de Ecosocialismo (Minec) ha realizado, desde 2021, actividades promocionadas como “conservacionistas” y “defensoras de la biodiversidad”.

Lo cierto es que, detrás de esa fachada ambientalista, el zoocriadero San Antonio Abad también lleva adelante la comercialización de aves silvestres en el mercado internacional, una actividad que requiere de la aprobación de las autoridades locales y de los correspondientes permisos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), a la que Venezuela está suscrito como país miembro.

Ocho meses después de la denuncia pública y del anuncio de la fiscalía, nada se sabe de la investigación penal por contrabando de especies silvestres que Saab dijo haber ordenado. De lo que sí hay certeza es que el zoocriadero San Antonio Abad no paralizó sus operaciones, a juzgar por las bases de datos de comercio internacional que, como Importgenius, registran entre septiembre y diciembre de 2023, es decir, en fechas posteriores a la inspección de Polisucre al galpón, la empresa exportó 8,5 toneladas de animales silvestres vivos a India, Tailandia y Kuwait, un peso del que casi la mitad, 4,18 toneladas, correspondió a pájaros Psitaciformes, clasificación taxonómica que incluye géneros como los de loros, guacamayas y cacatúas. 

De los 14 tipos de especies exportados por el Criadero San Antonio Abad que reflejan las bases de datos de comercio global y los certificados de importación a los que tuvo acceso Armando.Info, un tercio forma parte de la lista roja de fauna amenazada de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que funciona como un indicador de la salud de la biodiversidad en el mundo, así como del Sistema Venezolano de Diversidad Biológica (SVDB) del Ministerio de Ecosocialismo (Minec). Con el estatus de “Vulnerable” (VU) o “Casi amenazado” (NT), en estos reportes se encuentran la guacamaya militar (Ara militaris), el tucán arcoiris (Ramphastos sulfuratus), el tucán pechiblanco (Ramphastos tucanus) y el tucán de pico acanalado (Ramphastos vitellinus).

Lista (roja) de mercado

Otro destino registrado para las exportaciones es Bangladés (o Bangladesh, antigua Bengala Oriental, en el sur de Asia y al este del subcontinente indio). En este caso, el Criadero San Antonio Abad C.A. aparece vinculado a Kantal S.A. Ambas compañías tienen, a su vez, un mismo representante: Luis Miguel Faria Vieira. 

Los tres nombres -San Antonio Abad, Kantal y Faria Vieira- destacan en cuatro certificados de no objeción (NOC) para importar aves incluidas en el tratado Cites, revisados por Armando.info para la presente historia y emitidos todos por el Departamento de Bosques de Bangladés. Aún si cuentan con esta aprobación en el país asiático, los envíos desde Venezuela incluyen especies catalogadas en las listas rojas de UICN y del SVDB. 

En un cargamento a Bangladés del 5 de octubre de 2022, Kantal S.A. y Faria Vieira aparecen como exportadores de 96 aves correspondientes a tres especies amenazadas: 16 tucanes arcoiris (con categoría NT o casi amenazado); 40 tucanes de pico rojo (categoría VU o vulnerable); y 40 tucanes pico acanalado (también VU).

El 23 de octubre de 2022, de nuevo para Bangladés pero esta vez a nombre del Criadero San Antonio Abad, Faria Vieira se registra como responsable de la exportación de 30 tucanes arcoiris.

Así mismo pero en sentido contrario, el zoocriadero tampoco detuvo sus importaciones de fauna a Venezuela. Entre mayo y noviembre de 2023, el San Antonio Abad compró 5,5 toneladas de especies exóticas vivas, procedentes de Portugal, España y Países Bajos, según reportes de Importgenius. 

La de Kantal es una marca conocida en Venezuela, con larga presencia en el mercado de comida y artículos para mascotas. Luis Miguel Faria Vieira y su hermano, Agostinho, son descendientes de uno de los fundadores de la compañía, el portugués Francisco P. Vieira. Aunque viven y trabajan en Venezuela, conservan la nacionalidad del padre.

El Reglamento de la Ley de Protección a la Fauna Silvestre de 1999 establece que todo aquel que pretenda exportar o importar animales silvestres o cualquiera de sus productos, requerirá de un permiso otorgado por el Ministerio de Ecosocialismo, y solo después de consignar una serie de requerimientos, como lugares de origen y destino de los animales, guía de movilización y sistema de transporte a utilizar. En el caso de que la exportación o importación tenga fines comerciales, el solicitante debe contar, además, con la licencia de comercio o industria.

Galpón activo

El anuncio de la investigación del Ministerio Público tampoco detuvo la actividad dentro del galpón donde se encuentra el zoocriadero San Antonio Abad, en la carretera Petare-Guarenas. “¡Aviso! acceso restringido. Monitoreo por circuito cerrado y satelital las 24 hrs”, advierte un cartel en los altos muros del recinto, rodeado de barriadas y plantas industriales. Dos letreros enormes llevan el nombre de la empresa que allí funciona, con su correspondiente número de licencia expedida por el Ministerio de Ecosocialismo, así como también el Registro de Información Fiscal (RIF). Todo lo remata un lema: “¡Conserva y preserva la naturaleza!”. El imponente portón sigue abriéndose para dar paso a camionetas pick-up cargadas de cestas de plástico con frutas y verduras, confirman testigos.

Los vecinos de ese sector semirrural e industrial fueron quienes advirtieron al denunciante original, Adel El Zabayar, sobre la sospechosa naturaleza de lo que en el galpón se almacenaba, cosa que dedujeron por el bullicio de las aves, afirmó el propio exparlamentario en su cuenta de X. 

El Minec, organismo que autoriza el funcionamiento de los zoocriaderos en Venezuela, no se pronunció en aquella oportunidad y, hasta la fecha, mantiene el mismo silencio. Pero diez días después de que la fiscalía anunciara la investigación por el supuesto contrabando de fauna silvestre, el ministerio, que dirige Josué Lorca, convocó un taller sobre bienestar animal, enriquecimiento ambiental y manejo conductual de fauna en cautiverio, que el 5 de septiembre de 2023 dictó el biólogo cubano René Rodriguez González. En la capacitación participó el zoocriadero San Antonio Abad, junto con La Casita del Avestruz, ExpanZoo y otro zoocriadero al que los boletines oficiales de prensa no identificaron en esa oportunidad.

En el evento del Minec, por supuesto, tampoco se mencionó la actividad comercial paralela del zoocriadero. Como podría haber sido el envío a Bangladés, entre 2023 y 2024, de 28 cargamentos de especies silvestres, que sumaron un total de 11 toneladas, de acuerdo a los registros de otra base de comercio internacional, 52wmb.

Sobre el curso de la investigación anunciada por el Ministerio Público en su momento, se intentó consultar por correo electrónico a la fiscal 88 con competencia nacional, Anamar Amaru Ravelo Labrador, así como a los fiscales auxiliares, Beatriz Carolina Díaz y Aden Eduardo Crespo. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta. Peticiones de información impresas fueron entregadas también en el despacho de la fiscalía, ubicado en el quinto piso del edificio sede, en la avenida Urdaneta de Caracas.  

Armando.Info también solicitó información sobre el funcionamiento del zoocriadero San Antonio Abad y los objetivos de la alianza con el Minec a Carlis Díaz, Presidenta de la Fundación de Zoológicos, Zoocriaderos y Acuarios (Funzza), así como a Juan Carlos Santander, director de Diversidad Biológica del Minec. 

Los funcionarios de la cartera de Ecosocialismo no respondieron el cuestionario enviado por Armando.Info el reciente 15 de abril pero, a manera de una réplica indirecta, el Minec anunció seis días más tarde la liberación de cuatro guacamayas militares en el Parque Nacional Waraira Repano (antes El Ávila) para garantizar “la diversidad biológica del área”. El acto de reinserción de estas especies en peligro de extinción estuvo a cargo del zoocriadero San Antonio Abad, como muestran las fotos publicadas en la cuenta de Instagram del organismo. Justo la guacamaya militar es una de las especies cotizadas que comercializa el Criadero San Antonio Abad, según registros de la base de datos sobre comercio internacional 52wmb. En enero de 2023 exportó 20 ejemplares a Bangladés.

Nido lleno

A diferencia de Kantal, la trayectoria del zoocriadero que lleva el nombre del santo protector de los animales es de reciente data. Estableció alianza con el Minec en plena pandemia. Una de sus primeras apariciones públicas ocurrió en el II Encuentro de Zoocriaderos, Zoológicos y Acuarios, organizado por el Minec en agosto de 2021 en el Zoológico de Caricuao, una parroquia del suroeste de Caracas. Participó junto a otros zoocriaderos privados de actividad también cuestionada, como Inversiones Alazán GAC y Orinoco Reptiles. 

El San Antonio Abad fue también el zoocriadero a donde llevaron, por órdenes del Ministerio Público, los 62 ejemplares de diversas especies silvestres incautados en octubre de 2023 en un operativo en el estado Portuguesa (Llanos occidentales de Venezuela) bajo sospecha de contrabando de fauna silvestre y caza ilícita. A las guacamayas, el rey zamuro y los osos hormigueros decomisados, provenientes de la sede del zoocriadero Inversiones Alazán GAC, con sede en Táchira, se les intentaba trasladar al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía para ser exportados a República Dominicana. 

Los registros de comercio internacional indican que el San Antonio Abad comenzó a exportar animales vivos en 2022. Pero desde entonces nunca lo ha hecho de manera aislada. Vende fauna local a otros países en combinación con dos empresas tradicionales del renglón de las mascotas: la ya mencionada Kantal S.A. y Pajarolandia 2000 C.A. 

La coincidencia de nombres en las juntas directivas de estas tres empresas explican su vinculación. Los hermanos Luis Miguel Faria Vieira y Agostinho Alberto Faria Vieira son, al mismo tiempo, directivos de Kantal S.A y Pajarolandia 2000. Además, el nombre del primero aparece en los certificados de importación de Bangladés adjudicados al Criadero San Antonio Abad y a Kantal. 

La sede de Kantal S.A. continúa estando, como desde su fundación en 1974, entre las esquinas de Cruz a Cola de Pato, en la histórica parroquia de La Pastora, centro-norte de Caracas. Su expediente en el Registro Mercantil indica que se dedica a la elaboración, empaque y venta de alimentos para aves, así como a la importación y exportación de productos relacionados al ramo. La compañía está desactualizada en el Registro Nacional de Contratistas (RNC), razón por la que no podría firmar contratos con el Estado, si bien es cierto que la inscripción en el RNC no es un requisito para comercializar fauna silvestre en el exterior. 

Solo en 2022, Kantal S.A. exportó unas 3,5 toneladas de guacamayas y loros a Bangladés y Tailandia. De 2021 a 2023 importó de República Checa, España, Países Bajos y Portugal unas 1,8 toneladas de fauna exótica viva, incluyendo guacamayas, loros y reptiles, según Importgenius.

Luis Miguel Faria Vieira es uno de los gerentes más activos del grupo familiar-empresarial. Cuando tenía 24 años el joven, recién graduado de Relaciones Industriales en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas, relató al Correio de Venezuela, un semanario dirigido a la colonia portuguesa, la historia de su llegada a Kantal y Pajarolandia 2000.

En la entrevista, publicada en la edición del 7 al 13 de agosto de 2008 de ese medio, contó cómo su padre fundó Kantal en los años 70 junto a otros socios. Luego, según el mismo narrador, el negocio fue creciendo con la incorporación de otros parientes y la apertura de nuevas empresas. Una de ellas terminaría siendo Pajarolandia, la venta de canarios, loros y semillas para pájaros con su legendario local en la avenida Casanova de Caracas, que el grupo familiar adquirió en el año 2000. Entonces cambió su nombre a Pajarolandia 2000.

”Esa cacatúa cuesta 9.000 dólares”, señaló a un ave blanca el dependiente de la histórica tienda, ahora decorada con grama artificial sobre sus paredes, cuando la reportera de Armando.info la visitó. No quiso hablar, sin embargo, sobre el origen de dos exóticas guacamayas de plumaje negro y rojo (Probosciger aterrimus) que ese día se topaban contra los barrotes de sus jaulas. En el local no solo se venden productos de Kantal. También ofrece artículos importados para aves, perros, gatos y peces. En una pared lateral, tres incubadoras anidaban polluelos que pronto estarían en oferta. Al fondo, se veía un cuarto lleno de jaulas, del suelo al techo, donde permanecían almacenados cientos de canarios que no paraban de trinar. 

Se solicitó información a Luis Miguel Faria Vieira por correo electrónico. También se entregó una petición similar en la sede de Pajarolandia 2000. Pero, al cierre de este reportaje, no se había obtenido la versión del empresario. Una de las interrogantes que pudo haber respondido era la de si su zoocriadero está cumpliendo con el mandato de conservación de la diversidad biológica, aparte del “aprovechamiento sustentable” ligado a la comercialización de las especies.

Aliados del Minec

En contraste con la crisis de los zoológicos en Venezuela, dejados a su suerte por el Estado, algunas acciones promocionadas como “ambientalistas” por el Minec, en las que ha tenido al zoocriadero San Antonio Abad por aliado, fueron cuestionadas por expertos que sostienen que aquellas no se corresponden con estrategias realmente efectivas de conservación de especies, investigación y educación ambiental, sino con las de “exhibición y entretenimiento”.

Tal fue el caso de la llegada al país de cuatro leones blancos (Pantera leo krugeri) provenientes de Sudáfrica, que el propio presidente Nicolás Maduro saludó el 25 de mayo de 2022 en un evento televisado. El Ministro de Ecosocialismo, Josué Lorca, ratificó la noticia por redes sociales, agregando que el traslado de los felinos solo había sido posible después de seis meses de negociaciones con la República Checa, y gracias al esfuerzo del gobierno de Maduro “por garantizar ciudades más armoniosas donde los venezolanos puedan disfrutar en familia de espacios más recreativos”.  

Aunque los cuatro leones blancos fueron acogidos en el Zoológico de Caricuao, su traslado no tuvo un motivo científico, sino comercial. De hecho, fue el Criadero San Antonio Abad, y no el ministerio, quien sirvió como consignatario de la importación de los felinos que, desde Chequia, la comercializadora Moniva Exotic S.R.O vendió y envió, según registra la base de datos de comercio internacional 52wmb. Los archivos de Cites correspondientes a 2022 refieren que la compra-venta y despacho de seis leones (no cuatro) tenía un objetivo comercial, muy diferente al del intercambio científico entre zoológicos de ambos países o de colaboración institucional con fines conservacionistas. 

El más reciente proyecto oficial en el que participa el San Antonio Abad es el plan de control de la población de zamuros (Coragyps atratus) en el vertedero de basura de Las Mayas, al suroeste de Caracas. Entre montañas de desperdicios, el Ministro de Ecosocialismo, Josué Lorca, declaró en diciembre de 2023 que el objetivo del plan consiste en disminuir el riesgo en el tráfico aéreo que supone la presencia en la zona de esas aves carroñeras que, también, sirven de vectores para diversas enfermedades. El funcionario aseguró que las aves serían trasladadas al Zoológico de Caricuao y, luego, reubicadas en distintos sitios del país para, finalmente, ser liberados. 

Si en este caso se trata de retirar los zamuros de la zona, al mismo tiempo, el Criadero San Antonio Abad en su catálogo promociona como mercancía al rey zamuro (Sarcoramphus papa), la especie más vistosa de la familia de buitres americanos, conocida como Catathartidae. Toda una paradoja.

Tomado de Otro negocio de exportación picotea la biodiversidad venezolana