Así se expanden los negocios internacionales de la familia Castro 

Era diciembre de 2018. Como cada noche de viernes, en el bar La Esencia, ubicado en una casa colonial en El Vedado, epicentro cultural de La Habana, había un happy hour que se promocionaba bajo el nombre de Tarde de Sol.

En el jardín de la casona, junto con las luces de navidad, colgaban dos gigantografías de vinilo a cada lado de las columnas de la entrada. Un grupo de chicas, todas ellas coronadas con gorros también navideños, traían y llevaban cubetas con botellas de cerveza helada a los clientes que allí se reunían; casi todos, turistas y jóvenes de la élite social habanera -que la hay-.

Las camareras vestían camisetas negras con un logotipo estampado, el mismo que se veía sobre las impresiones gigantes y las cubetas: el de la cerveza Sol, una lager de la cervecería mexicana Cuauhtémoc Moctezuma, que hasta esa fecha apenas se conocía en el país. 

Entonces estaba a punto de terminar un período de cuatro años en el que Cuba vivió el alivio producido por el deshielo con Washington, como parte de la política de acercamiento emprendida por la administración de Barack Obama. Al calor de una apertura tímida del régimen cubano a la iniciativa privada, el público nacional conoció la refrescante Sol, que pronto conquistó el mercado interno. 

Sol organizaba sorteos en las Ferias Internacionales de La Habana (Fihav), el evento comercial y de inversiones más importante del país, así como concursos de fotografía en revistas de farándula. Artistas reconocidos, como la banda de salsa Charanga Habanera, o el cantante y compositor Descemer Bueno, también participaron en las campañas de la marca. 

Bueno, quien en 2014 compuso el tema Bailando que, luego, impondría en las carteleras musicales internacionales junto a Enrique Iglesias y Gente de Zona, y que en 2021 tuvo parte en el contestatario Patria y Vida, hasta accedió a hacer una versión especial de su canción, Nos fuimos lejos, para grabar un videoclip publicitario de la cerveza. 

Aún en ese período aperturista, en el que en la isla se pasó de la simple tolerancia a una promoción tibia de los emprendimientos comerciales, tal alarde publicitario -una práctica que hasta entonces se asociaba al desdeñado capitalismo- era demasiado. Solo algún tipo de visto bueno oficial podía justificarlo. 

En Cuba, donde el gobierno tiene el control absoluto de las importaciones y exportaciones, una actividad de esa naturaleza solo la puede llevar a cabo un privado si cuenta con la confianza de los Castro o es parte de la familia. 

Un joven cubano, Marco Jesús Amorós Moreno, hoy con 32 años de edad, era quien daba la cara en toda esa intensa promoción. Se mostraba como embajador de la marca en la isla, para fomentar el “salir mucho, comprarse en este caso una cerveza Sol, hacerse fotos solo o junto a tus amistades, pasándola bien, y subirlas a las redes”, describía su misión en una entrevista, en la que también confesó: “Yo casi no podía creer que el trabajo consistía en eso y que además me iban a pagar por salir de fiesta”. 

Como otros jóvenes representantes de empresas extranjeras atraídas por el boom del momento, Amorós tenía sus vínculos; aún los tiene. Es uno de los amigos cercanos de un nieto de Fidel Castro, Sandro Castro Arteaga, que en 2021 provocó un escándalo en las redes sociales con un video en el que presumía de un lujoso Mercedes Benz. 

Para 2018, Sandro Castro gestionaba algunos de los bares más caros en la capital, como el Fantaxy y el EFE, locales de vida nocturna que, al igual que La Esencia, empezaron a vender la cerveza Sol y a acoger las actividades de impulso de la marca. 

Pero esas conexiones no necesariamente hacían de Marco Amorós la pieza clave del negocio de la cerveza. En realidad, detrás de la campaña publicitaria actuaban empresas registradas en México y Canadá, gestionadas a su vez por personas afines a la cúpula castrista, que habían traído los cargamentos de cerveza a Cuba. 

El presente reportaje sigue el rastro en registros mercantiles de estas y otras compañías, incluidas todas en dos amplias redes de comercio internacional, activas al día de hoy, y puestas al servicio del régimen cubano y de la familia Castro. Ambas redes, modeladas por dos individuos que aún las operan: José Israel Adato Steiermann y Héctor Castro Santana. 

A continuación se revela, por primera vez, el mapa de conexiones de esas empresas, que se extiende desde México y España hasta conectarse con los Castro en Cuba. Estas redes no solo incluyen la importación y expendio de cerveza, sino otras áreas, desde las telecomunicaciones -por donde YucaByte comenzó a tirar de los hilos para esta investigación- hasta los servicios jurídicos y la comercialización de carbón, productos agrícolas y bebidas, entre otros productos. 

Sale una ‘lager’ bien fría de Cancún a La Habana

Apenas un par de meses después del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en febrero de 2015, el empresario mexicano José Israel Adato Steiermann fundaba en Florida, Estados Unidos, la sociedad limitada Dibermex LLC. 

La distribuidora se encarga, entre otras actividades, de comercializar los productos de sus clientes en diferentes canales de duty free, un mercado atractivo por la exención de impuestos y porque incluye “áreas militares, servicios diplomáticos, aeropuertos, puertos de navegación, cruceros, barcos de carga y comerciales y tiendas en zonas fronterizas”, como proclama en su sitio web. Para la logística necesaria, la empresa cuenta con una bodega en Miami y asegura mantener relaciones con más de 250 compañías proveedoras.

Dibermex LLC es una de las cuatro empresas que comparten ese nombre, un acrónimo de Distribuidora de Bebidas y Refrescos Mexicanos, S.A., la denominación precisa de la primera compañía que Adato registró, en 1997, en Panamá. 

Dibermex, junto a la empresa Interglobe, también de Adato, fueron responsables del marketing detrás de la cerveza Sol en Cuba. Además, Dibermex LLC despachó a la isla al menos 8.368 cajas de la cerveza estadounidense Miller Lite, según revelan bases de datos de importación-exportación. 

Pepe Adato, como se hace llamar en las redes ya a sus 59 años, ha tomado el control de, al menos, otras 11 compañías durante las últimas dos décadas. Viaja con frecuencia a Cuba y España, y reside con su esposa, María Begoña Arellano Mieres, en la Supermanzana 500, una zona residencial de Cancún, la meca turística del estado de Quintana Roo, en México. Ella, graduada en Administración y Gestión de Empresas, y Daniel Adato Arellano, uno de sus hijos, han prestado sus nombres para el registro de estos negocios, en calidad de directores o apoderados. 

El padre de Adato, que también era empresario, vivió en Cuba antes de instalarse de forma permanente en México. Mauricio Adato, un turco judío, se asentó en la isla a finales de los años 50 del siglo pasado. Cuando el gobierno revolucionario tomó el poder, Adato padre se incorporó al Ministerio de Industrias, donde fue primer delegado. Ese nombramiento como representante de una institución estatal solo se concedía a personas leales al régimen revolucionario recién instaurado. Los delegados, definió el propio Fidel Castro en un discurso de 1961, constituían “la médula activa y pensante de la clase obrera”, entre quienes no podía haber “ningún tránsfuga, ningún corrompido, ningún claudicante, ningún traidor, porque ningún centro de trabajo habría admitido que lo representase una persona indigna”. 

Con todo, Mauricio Adato dejó Cuba a mediados de los años 60 y emigró al país azteca. Allí nacieron sus cuatro hijos y se volvió empresario. 

Para finales de los años 90, dos empresas de la familia Adato ya aparecían registradas a nombre de abogados que fungían como sus agentes. Entre estos se encontraba Keydee Chaveli González Delgado, una ciudadana panameña que desde entonces ha estado al servicio de los Adato y de otras empresas vinculadas a Cuba. En 2020 registró Al Caribe Sales S.A., una tienda del entonces incipiente comercio en línea para el envío de paquetería al país desde la zona libre de Colón, en el frente norte-caribeño de Panamá. 

Ya mencionada, Interglobe Inc. (antes Interglobe Trading Inc.) es la empresa más antigua de esta red, a la que José Israel Adato se incorporó para, finalmente, dirigirla. Fue registrada en 1984 en Canadá, cuando la isla recién se abría con recelo a la inversión extranjera. 

Aunque inscrita en la Cámara del Comercio de la República de Cuba en el renglón de la computación desde 1997, hoy la empresa también se dedica a la comercialización de cervezas -en 2019 registró en Cuba el lema comercial de la cerveza Sol-, así como de maltas, carnes congeladas y útiles del hogar. Dispone de una oficina en la calle 1era, entre A y B, en El Vedado. En el edificio, que alberga otras empresas vinculadas al régimen, también Dibermex LLC tenía su sede hasta 2023.

Para la fecha de la fundación de Interglobe Inc., el régimen castrista ya tenía algunos años de experiencia en el registro de compañías en jurisdicciones extranjeras. 

A raíz de la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1962, y hasta finales de esa década, las principales sedes de estas operaciones eran Canadá y países europeos como Suiza, Malta y Luxemburgo, conocidos, entre otras cosas, por servir como paraísos fiscales, según indica para este reportaje el exdiplomático cubano Enrique Díaz García, desde Miami.  

Así funcionó “hasta que, a principios de los 70, el presidente panameño Omar Torrijos restableció las relaciones diplomáticas con la isla”, explica Díaz García, quien además trabajó durante esa época, y por 11 años, como agente operativo de la Dirección General de Inteligencia. “Fue entonces cuando el gobierno cubano comenzó a registrar sus empresas en el país centroamericano. Y esas empresas, te puedo decir, abarcaban todo. Se creó una para los barcos, una para las importaciones… Llegó un momento, a mediados de los años 80, que la cifra de empresas de la [corporación] Cimex en Panamá era alrededor de 67”.  

Con Cimex, Díaz García alude a una corporación del Estado cubano que maneja un amplio portafolio de empresas por todo el país, incluidas tiendas, gasolineras e inmobiliarias. Controla también el mercado de remesas e inversiones a través de Fincimex S.A. Inicialmente reportaba al Ministerio del Interior (Minint) pero, cuando Raúl Castro asumió el poder, fue absorbida por el Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa) del Ministerio de las Fuerzas Armadas. 

Un sobrino-nieto de Fidel lleva los negocios desde España

Que en Panamá se abrieran oportunidades para las operaciones del régimen castrista no frenó, sin embargo, la expansión de la red de empresas que ya se venía desarrollando desde Europa.

Una de ellas, Gieinter AG se fundó en 1977 en Lugano, Suiza. Hoy con casi 50 años de operaciones, la empresa aún se mantiene activa. Está inscrita en la Cámara de Comercio de la República de Cuba desde 1997. Aún así, solo fue recién, en octubre de 2023, cuando recibió una autorización del Ministerio del Comercio y la Inversión Extranjera (Mincex) para abrir una oficina en la isla. 

Gieinter AG se dedica a la comercialización de carbón, madera, metales y productos industriales en general. En estos momentos, provee a emprendedores cubanos de tablas de madera, tejidos, piezas hidráulicas, rollos de césped artificial y otros artículos para sus negocios. 

En 2007, Massimo Vecchi, un italiano de 67 años involucrado en esta red, ocupó la presidencia de Gieinter AG. Vecchi fue director del grupo Cuba Commercio e Servizi GEIE, que facilita la promoción de productos cubanos en la península itálica; y ha participado como consejero, vicepresidente o apoderado de negocios en España y Panamá que devela más adelante esta investigación.  

Más tarde, en octubre de 2011, Vecchi se incorporó también como presidente de una empresa que operó, entre 2012 y 2018, bajo la denominación de Gieinter Trade S.A. La firma, fundada en 1981, ha cambiado desde entonces cuatro veces de nombre. En la actualidad, se identifica como Finsuiza AG, y funge como compañía presidenta y administradora de otras dos empresas helvéticas detectadas por YucaByte

Junto a Vecchi, tres personas recurrentes de la red también han figurado como miembros o presidentes de Gieinter AG. Dos de ellos de origen italiano: Esteban (Stefano) Belso Sabini, y Giovanna Vecchi, de 35 años, quien fue representante legal del grupo de empresarios. 

El último en sumarse a Gieinter AG, en calidad de presidente, fue el ciudadano español Oscar García Fernández. Meses más tarde, en 2016, creó una sucursal en Panamá, Gieinter AG Branch. Y, apenas un año más tarde, se nombró representante de una tercera del grupo, Gieinter Ibérica SL, en España. Esta última ingresó en los registros mercantiles en 2017, de la mano del escritorio Boza Abogados y Consultores SL, que dirige Héctor Castro Santana. 

El grupo Gieinter está del mismo modo asociado a una mipyme cubana, Industrias Párraga, aprobada en 2022 por el Ministerio de Economía y Planificación. Las mipyme son los negocios privados, pequeños y medianos, a los que el gobierno cubano de Miguel Díaz-Canel, tutelado de cerca por Raúl Castro, ha dado carta blanca. Si bien representan una rendija para el emprendimiento, por lo regular tienen vínculos con la nomenklatura castrista.

Industrias Párraga, la mipyme mencionada, tiene sede en Siboney, la zona residencial más exclusiva del país, muy cerca de la casa del mismísimo Raúl Castro. Su representante, Eric René Fernández Alfonso de Armas, utiliza como dato de contacto un correo electrónico con el dominio gieinter.ch, correspondiente a la empresa suiza Gieinter, que se reseña en esta historia. 

Por su parte, a Héctor Castro Santana lo delata su primer apellido. El abogado de 49 años de edad es nieto de Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel y Raúl y, por lo tanto, sobrino-nieto de los dos caudillos revolucionarios. Aunque hace más de 20 años que emigró de Cuba, asegura que mantiene una buena relación con su tío abuelo Raúl y el resto de la familia. 

Castro Santana se fue a estudiar a España unos meses después de graduarse en Derecho en la Universidad de La Habana, en 1999. Luego de dos años, se tituló con un máster sobre la Unión Europea en la Universidad de Alcalá de Madrid. Y en el curso siguiente, en 2002, homologó su título como abogado en ese mismo centro. 

A pocos meses de homologar su título, y casi en simultáneo con la construcción de la trama de Adato en México, Castro Santana comenzó a hilar su propio emporio. En junio de 2002 fundó el primero de sus tres bufetes, The CC Law Firm, en el distrito de Salamanca, uno de los más caros de Madrid y de toda España, repleto de tiendas de lujo e inmuebles millonarios. 

A la tríada de escritorios jurídicos que integran el ya citado bufete Boza Abogados y Consultores SL, junto con The CC Law Firm, la completa otro más reciente, inscrito en 2021, HCFC Abogados Internacionales SLP, que se especializa tanto en la oferta de servicios de trámites de nacionalidad y extranjería a cubanos, como en el asesoramiento a empresas interesadas en invertir en Cuba. 

Vale aclarar que la abogacía es una profesión que no todos los cubanos graduados en la isla pueden ejercer en el extranjero. Ello requiere de estudios extras y trámites burocráticos que la mayoría no puede costearse. Para colmo, dentro del país, está prohibida su práctica de forma independiente.

Cuando Castro Santana se inscribió como administrador único del bufete Boza Consultores SL. en 2013, la empresa ya llevaba cinco años operando. Al frente de ella estaban Luis Enrique Martínez Estañol y Amílcar Frías Sardiñas, cubanos también, quienes hasta entonces tenían todo el poder legal para tomar decisiones sobre la sociedad, en su condición de administradores solidarios. Ambos, como Castro Santana, se graduaron con una Licenciatura en Derecho en la Universidad de La Habana y se residenciaron en Madrid. 

Sardiñas Frías, junto con su ex esposa, Norvis Díaz Baños, tiene además otras dos compañías: la USA General Construction Consulting Group, Corp., creada en 2007 en Florida; y Fisher Design Group SL., registrada en 2014 en Madrid. Esta última está involucrada en sectores recurrentes de la red comercial, como la comercialización de materias primas agrícolas, metales y minerales. 

Al otro, Martínez Estañol, se le puede ver en varias fotos de su perfil en Facebook con Castro Santana, el sobrino-nieto de Fidel y Raúl. Según muestran las gráficas, han compartido cenas, aventuras como lanzamientos en paracaídas, y asientos en las primeras filas del estadio Santiago Bernabéu, casa del Real Madrid, en la final de la Supercopa de España de 2017. Martínez Estañol, miembro de la Asociación Profesional Abogados de Extranjería de Madrid (Apaem), se desempeña como apoderado y administrador de unas nueve empresas, incluidas consultoras legales, importadoras y exportadoras. 

Con la inscripción de Castro Santana en Boza Abogados y Consultores SL, Martínez Estañol y Frías Sardiñas pasaron a ser apenas representantes de la empresa. La movida, que en los registros los subordinó a Castro Santana, también trajo consigo el cambio de nombre de la compañía, pues antes se llamaba solo Boza Consultores SL. 

Al día de hoy, el bufete tiene una plantilla que no supera los nueve empleados, mientras factura alrededor de dos millones de dólares al año. La oficina donde opera en Madrid aparece, además, entre los puntos de recogida de paquetes para el envío desde España a Cuba, a cargo de la empresa Viajes Sunshine SL, registrada a nombre de Yolexi Singh Frías, un cubano acusado en España de espionaje para los Castro. Consultoría Jurídica Miramar S.L, otra de las empresas de Singh Frías, también comparte la misma dirección en Madrid con Boza Abogados y Consultores SL. 

En noviembre de 2023, Yolexi Singh Frías anunció en su cuenta de Instagram que la mipyme cubana Nego Servis Expreso SURL tenía “variedad de cervezas disponibles para su negocio”, enviaba piezas de repuesto para autos, y ofrecía el servicio de compras mayoristas para empresas en Cuba. La mipyme está registrada en la isla por Rogelio Singh Luque, padre de Yolexi y ex coronel de la Seguridad del Estado. 

Durante sus 16 años de operaciones, el escritorio jurídico Boza de Castro Santana ha incorporado a su nombre al menos una veintena de compañías, de las que esta investigación no pudo confirmar que todas tuvieran vínculos con el régimen castrista.

Pero Castro Santana, el sobrino-nieto de Fidel y Raúl Castro, no se limitó en sus negocios al ámbito legal. En 2018 incursionó en el sector inmobiliario, con Elite Real Estate & Consultancy SL, empresa de la que ha sido el único administrador hasta la fecha. Y junto a otro amigo cercano, Yuro Leyva, actor de profesión y residente en la capital española, fundó otras dos empresas de promoción artística y de espectáculos. 

Hummo Productions fue la primera. La registraron en 2014, en la misma dirección de la sede de The CC Law Firm. Artistas y agrupaciones reconocidas en el ámbito internacional, como Los Van Van, o el dúo reguetonero Gente de Zona, han sido promocionados por la agencia. 

En declaraciones a Yucabyte, Leyva aseguró ser el fundador, productor y propietario único de la agencia. “Cuando creé Hummo Productions SL no contaba con el conocimiento de cómo administrar una empresa en España, era todo nuevo para mí”, explicó por correo electrónico. “Para hacer frente a todas las necesidades técnicas y legales que este empeño conlleva, pedí a Héctor (quien ya era un abogado con experiencia en administración de empresas) que fuera administrador de mi empresa hasta que yo tuviera suficiente capacidad para hacerlo solo, a lo que accedió gratamente durante un tiempo, hasta que yo pude hacerme cargo”, refirió. 

Según el actor, él y Castro Santana se conocieron en Madrid a través de una amiga que tienen en común. Su relación, dice, se “convirtió en una amistad sincera, sólida”. Tanto es así que luego, en 2016, ambos se aventuraron en un nuevo negocio y fundaron la compañía Gateway Cuba Limited, inscrita en Reino Unido, junto con el empresario Howard White. 

Por esa época, Castro Santana disfrutaba en España de ciertas atenciones especiales por llevar el apellido de la familia más poderosa de la isla. En una entrevista a un medio local gallego -de Galicia partieron a Cuba los ancestros de los Castro-, mientras se encontraba en un viaje de turismo, dijo sentirse reconocido y querido por la gente, “lo mismo dentro como fuera de Cuba”. En la entrevista admitía de paso que “tengo relación con la gente de la Embajada” de Cuba en Madrid.

Estos privilegios continuaron abriéndole las puertas a Héctor Castro Santana, que todavía acogió parte de otro racimo de empresas en España y en jurisdicciones offshore, también mediante la firma Boza Abogados y Consultores SL. Al igual que en el grupo fundado en Suiza a partir de Gieinter AG, en esta trama participan el cubano Oscar García Fernández y la italiana Giovanni Vecchi.

Yucabyte contactó mediante correo electrónico a Castro Santana, así como a Martínez Estañol y Singh Frías, a fin de que pudieran explicar su rol en las empresas involucradas en esta red. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota, ninguno de ellos había respondido.

El carbón semiesclavo cubano prende la ‘barbacoa’   

La piedra angular de otra parte de la red conectada con Castro Santana es una empresa panameña: Gliola S.A.

Gliola S.A. se define como “líder en el mercado del carbón producido en Cuba”. Desde 2005 opera como un “exportador de productos cubanos no tradicionales”, registrado en la Cámara de Comercio y en la base de datos del Mincex, donde aparece otro italiano como representante, Giancarlo Battagliola. En el caso de Gliola S.A., la mencionada categoría de productos “no tradicionales” de la isla incluye principalmente carbón, pero también ron, langostas, frutas y vegetales.

Castro Santana se vincula con esta red mediante una empresa que ha estado operando en España desde al menos 2012 bajo varias denominaciones y administradores. Por un tiempo se llamó Forma Caribe SL, que cambió su nombre a Gliola SL cuando, en 2019, se mudó a la misma calle y número de Madrid donde se halla el bufete de Castro Santana. 

Pero no solo fue un cambio de nombre y dirección. Gliola SL recibió entonces una inyección de 174.000 euros, lo que representó un incremento de casi 6.000 % en su capital. Tuvo por administradora y vicepresidenta una compañía, la suiza VG Vegetables Goods AG, que se registró como proveedora en el Mincex cubano. Asimismo, incluyó entre sus actividades, además de las que ya venía ejerciendo en la importación y venta de carbón vegetal y sus derivados, la consultoría legal en mercado e inversiones en Cuba, es decir, la especialidad de Héctor Castro Santana.

El grupo tiene otras dos empresas parientes. La más reciente, Gliola LTD, se registró en junio de 2020 en Reino Unido y, a tan solo tres meses de fundada, cambió su denominación a BCE-Online LTD. Dirigida por Antonio Brundo, la compañía asesora a otras en materias de finanzas y publicidad. 

Brundo, un ciudadano italiano de 42 años, ha liderado otras empresas británicas bajo nombres similares. Una de ellas, que ha cambiado ya seis veces de nombre desde su fundación en 2016, la dirige junto a una persona jurídica, la panameña Gliola S.A., ya presentada más arriba en este reportaje. 

En Alemania, Brundo se registró en 2011 como director de dos empresas más: Miracoal GmbH y Bce-trade.com GmbH. Ambas compañías aparecen vinculadas al sitio web de Carbocuba, una marca de combustible de marabú. En la última, la dirección de Brundo fue fugaz, pues ese mismo año dejó el cargo a favor de Carlo Comizzoli, otro italiano que ocupa puestos en la presidencia de varias empresas en Panamá, y que ha trabajado con Massimo Vecchi desde la década de los años 80. 

La segunda pariente de Gliola S.A., Gliolasa SL, también está activa en la exportación de carbón cubano, aguardientes, miel, frutas, pescados y mariscos a la península ibérica. Se creó en Madrid en 2018 y se estableció en un local, sin cartel ni placa que lo identifique, en un edificio de dos plantas en Arganda del Rey, un municipio industrial a las afueras de la capital española.

Justo en esa dirección de Gliolasa SL en Arganda del Rey -calle Otoño, número 51- radica otra empresa, Marabú Grill. Al igual que las otras, trabaja en la importación de carbón a España, y aparece también como restaurante en algunos directorios. 

¿Y por qué habría de servir una denominación como la de marabú para bautizar un negocio con conexiones cubanas? Porque el marabú (Dichrostachys cinerea), aún siendo una especie invasora de origen surafricano, es un arbusto que ya ocupa alrededor de 20.000 kilómetros cuadrados de tierras agrícolas en Cuba. Su madera, expuesta a grandes temperaturas en hornos especiales, produce un carbón de alta calidad, con demanda en mercados internacionales. Así fue como su propagación, que fue vista en el s. XX como la de una plaga, pasó a ofrecer oportunidades para la exportación.

En 2022, las exportaciones cubanas de carbón se valoraron en 41 millones de dólares, incluyendo el carbón vegetal de marabú que produce la mano de obra esclava de presos en varios campamentos del país. De ahí, pues, que la especie pueda dar nombre tanto a un restaurante como a una importadora de carbón cubanas en las afueras de Madrid.

Ese mismo año, en 2022, Castro Santana cesó como administrador de Boza Abogados y Consultores SL, así como de la empresa Selected Spirituous & Foods SL, una comercializadora de bebidas. Un año antes, había cambiado el registro de esta última a su nombre, con la misma dirección de The CC Law Firm, el primero de sus bufetes. 

Hummo Productions, la empresa de promoción artística, también sufrió entre tanto algunas modificaciones. Dos años atrás, Héctor Castro se nombró administrador pero, tan solo cuatro días más tarde, el Boletín Oficial del Registro Mercantil de España (Borme) lo declaró un error.

El “error” en el registro de Hummo, ocurrió, llamativamente, apenas meses después de que activistas y medios independientes de Cuba publicaran información sobre las actividades empresariales de Castro Santana y algunos detalles de su vida privada, como su afición por los habanos, el golf y los viajes.

Recargas telefónicas, Miami y un Castro ‘topmodel’  

Como refiere el diplomático García Díaz en entrevista con YucaByte, el régimen castrista siempre ha justificado sus negocios y entramados comerciales, así como la falta de transparencia en ellos, con la excusa de que se trata de medidas necesarias para burlar el embargo de Estados Unidos.

Así es como en los últimos 40 años ha ido creando empresas fuera de Cuba, que continúan operando hasta la fecha. Y así fue también como Pepe Adato siguió desarrollando sus nodos empresariales desde Cancún, principalmente. 

Como se ha dicho, los Adato participaban en los negocios con Cuba desde finales de los 90. Manejaban personas jurídicas como Yonel S.A. o Interglobe Inc, esta última, inscrita en la Cámara de Comercio de Cuba tan temprano como en 1997. También Dibermex, con la que años después introducirían la cerveza Sol en Cuba. Estas importadoras-exportadoras también enviaron a la isla cargamentos de maltas, frijoles y calzados, entre otros productos. 

Sin embargo, no fue sino hasta 2007 que las empresas de la familia comenzaron a florecer. Desde ese año y hasta 2017, Adato Steiermann y su esposa, María Begoña Arellano, compraron acciones de cuatro empresas y registraron otras cinco. Dos hermanos de nacionalidad cubana, Yaino y Onaney del Castillo Barbosa, cooperaron desde los registros mercantiles como socios de esa expansión. 

El primero de ellos, Yaino del Castillo Barbosa, residente en Kholy, un tradicional barrio habanero de mansiones, reservado exclusivamente para militares y funcionarios de alto rango del gobierno, es en particular un amigo cercano de Adato. Han compartido fiestas y paseos en autos descapotables por el Malecón, durante los viajes del mexicano a La Habana. 

Yaino del Castillo es, además, pareja actual de Liset Ulloa Díaz, madre de Antonio Tony Castro Ulloa, otro de los nietos de Fidel. Al igual que su padre, Antonio Castro Soto, y su primo, Sandro Castro, Tony, el topmodel de la familia, ha protagonizado escándalos por su estilo de vida ostentoso, que incluye paseos en yates y viajes por Europa. 

Como otros nombres de esta red, los hermanos del Castillo aparecen también en registros mercantiles internacionales. Yaino fue el accionista mayoritario, con 99.9% de participación, en la cubana Yum Comercializaciones, incorporada en las Sociedades Mexicanas de Inversión Extranjera. Onaney, por su parte, administró desde  2013 y hasta 2015  la compañía Caribbean Export & Real Estate, LLC, junto a Horacio del Castillo; y en 2020 creó la consultora legal OCB Consulting Inc, ambas en Florida, EE.UU. 

No fue casualidad que la bonanza en México de los Adato coincidiera con los cambios en el mapa del poder en Cuba. Entre 2006 y 2008, Fidel Castro fue cediendo el mando a su hermano Raúl, quien dispuso de nuevas medidas de liberalización cuando ocupó el cargo de presidente en los Consejos de Estado y de Ministros. Entre las flexibilizaciones, Raúl Castro autorizó la compra de líneas y teléfonos celulares a nacionales.  

Luego, en 2012, la empresa estatal de telecomunicaciones, Etecsa, implementó las ofertas de recargas de saldo móvil, pero solo desde el exterior. Con ello abrió las compuertas a un negocio que, según cálculos de investigaciones previas de YucaByte, representa beneficios por más de 1.400 millones de dólares anuales para el monopolio de telecomunicaciones. Para completar la operación, surgieron diferentes proveedores que ofrecen el servicio de pago remoto en el extranjero, entre quienes los Adato se colaron.

Cuando reventó el auge de las recargas, los Adato ya tenían negocios con Cuba en este sector. Por ejemplo, las conocidas Interglobe Inc. y Yonel S.A. servían de proveedores ocasionales -según los registros consultados- de adaptadores telefónicos, cableado y otros equipos de telefonía. Así que no tardaron en formar parte del nuevo negocio de Etecsa. 

Global Digital Services Dominicana S.A, registrada en Panamá a nombre de Adato, su esposa y uno de sus hijos, Daniel Adato Arellano, fue una de las plataformas iniciales que tenían acuerdos comerciales con la estatal cubana para procesar las recargas, en 2013. 

MiNumeroLocal, socia de Global Digital Services Dominicana S.A, también fue de las primeras en ofrecer recargas. Su dueño en los papeles, Juan Carlos Oliva, es un ingeniero en telecomunicaciones cubanoamericano que tiene, a su vez, unas nueve empresas activas a su cargo, en los ramos de informática y telecomunicaciones, servicios jurídicos y agencias de viajes.

Aunque con origen en el sector de las telecomunicaciones, Global Digital Services Dominicana S.A y MiNumeroLocal participan en otros negocios que apuntan al mercado de los expatriados cubanos. La primera, dirigida por Adato, pero a la que se incorporaron luego como socios los hijos de Juan Carlos Oliva, ha incursionado en el negocio de paquetería y mensajería mundial. En 2012 hacía envíos a Cuba de medicinas, ropas, alimentos y equipos electrónicos, por cinco dólares la libra. Mientras, MiNumeroLocal está involucrada en el negocio de tiendas online de compra de alimentos para Cuba, y ofrece vuelos chárter a La Habana. 

En estos momentos, la red de Adato continúa en expansión. Justo el año pasado, en mayo de 2023, en una segunda racha de creación de firmas, registró tres nuevas en Florida: Dibermex Travel Services LLC, Dibermex Communications LLC, y Dibermex Logistics LLC. Todas ellas con sede registrada en la misma dirección de una de las empresas de Oliva, quien también ejerce como socio de la sucursal original de Dibermex en el mismo estado. 

Así mismo, en 2021 el Ministerio de Economía y Planificación de Cuba aprobó una mipyme llamada Dibermex SURL, que también se dedica al mayoreo de bebidas y confituras. Tampoco parece casual que su representante sea Marco Jesús Amorós Moreno, la cara oficial de la marca Sol en Cuba, a quien se mencionó al principio de este reportaje. 

Al igual que a otras personas de esta red, Yucabyte contactó vía correo electrónico a José Israel Adato Steiermann, Yaino del Castillo Barbosa, Juan Carlos Oliva y Marcos Jesús Amorós Moreno. Hasta el cierre del reportaje, no se obtuvo respuesta de ninguno de ellos. 

Amorós, el gran amigo de Sandro Castro, inscribió Dibermex SURL en la dirección de su propia casa, en El Vedado, donde también tiene sede el mercadito May May. De nuevo, un rizo de privilegios; porque solo los cubanos que pueden permitirse costear los precios infladísimos de los productos importados consiguen hacer compras en las mipymes minoristas que funcionan como bodeguitas privadas.

Varias notas e investigaciones de la prensa independiente han revelado los vínculos de mipymes con otra nieta de la familia Castro, represores y testaferros del régimen. Además, otras redes de importadoras-exportadoras y envíos de paquetería a Cuba han salido a la luz en los últimos meses. Todo un entramado en expansión, conectado con los primeros negocios que la cúpula castrista creó cuatro décadas atrás. 

Tomado de Así se expanden los negocios internacionales de la familia Castro