Por Eva Cordero | Opinión
No mucho se había conocido hasta ahora sobre la situación actual de los enchufados hermanos venezolanos De Grazia.
Hace ya varios meses, Levin De Grazia, uno de ellos, fue deportado de Estados Unidos, después que las autoridades de inmigración norteamericanas descubrieran que la visa de residente que tenía el caballero en cuestión, había sido obtenida de manera fraudulenta, gracias a un matrimonio arreglado, con una ciudadana estadounidense.
Pero las autoridades de inmigración lograron demostrar que se trataba de un matrimonio fraudulento y por conveniencia. Era simplemente un ardid para obtener la ciudadanía.
La deportación de Levin De Grazia se dio después que saliera de Estados Unidos hacia una isla del Caribe e intentara volver a territorio estadounidense. A su regreso, fue retenido en el aeropuerto de Miami, donde le fue abierto un proceso de deportación, para luego expulsarlo, obligándolo a volver a Venezuela, su país de origen.
Ahora, desesperadamente, los hermanos, y particularmente Levin De Grazia, quieren construirse una nueva reputación en internet, haciéndose pasar por algo que no son, cuando es bien conocido que se trata de unos «enchufados» a quienes la suerte les ha sonreído gracias a las relaciones políticas que poseen en Venezuela.
A través de Bancamiga, el banco perteneciente en Venezuela a los De Grazia, y a través de abogados que han contratado para ese fin, realizan las gestiones en Estados Unidos para que se haga una reconsideración de la medida de expulsión, le sea concedido un «perdón» a Levin De Grazia y todos los hermanos puedan regresar a Miami, ahora ya no bajo la premisa de los restaurantes que tienen en Norteamérica, sino del banco del que los mismos son dueños en Venezuela. Es por tal razón que ahora los hermanos tratarían de borrar apresuradamente de las redes sociales y de internet su pasado negativo, para ver si así consiguen que las autoridades de inmigración estadounidenses no tengan otros motivos para negarles el regreso a Norteamérica.