Ha sido divertido ver la rivalidad entre el actual campeón de F1 Fernando Alonso y su compañero de equipo Lewis Hamilton. Habiendo tenido la oportunidad de ver y vivir a través de los informes de los medios tanto en inglés como en español, puedo concluir que ninguno de los dos está mirando las cosas objetivamente. Los británicos, alimentados por las típicas chorradas impresas en los tabloides, piensan que Hamilton es la segunda venida de Jesucristo. Los españoles, pues para ellos también es motivo de orgullo nacional. Sin duda, Hamilton ha hecho un debut extraordinario en la F1, aunque lo que la prensa del Reino Unido no menciona es que es el primer hombre en la historia de la F1 en tener la oportunidad de conducir, posiblemente, el mejor auto en, posiblemente, el mejor equipo en su Primera Estación.
Fernando Alonso, por otro lado, es el actual campeón que destronó nada menos que a Michael Schumacher, nuevamente, posiblemente, el mejor piloto en la historia de la F1. No es poca cosa teniendo en cuenta el tipo de equipo con el que logró la hazaña. Curiosamente, ningún colaborador cercano de Alonso o él mismo parece recordar un logro tan fenomenal y más bien pasan una cantidad excesiva de tiempo quejándose de lo que Hamilton hace o deja de hacer, dándole un nivel de atención e importancia que el novato ciertamente no. no me lo merezco
Pero luego la FIA degradó a Alonso 5 lugares en la parrilla por supuestamente haber bloqueado el intento final de Hamilton de establecer la vuelta más rápida, entregando efectivamente la victoria del británico Hungría en bandeja de plata. Es justo que algunos digan, sin embargo, ¿alguien podría explicar qué artículo del reglamento del campeonato violó Alonso? Internet está lleno de interpretaciones de los comentarios de ambos conductores, por desgracia, no hay nada sobre qué parte de las regulaciones se infringieron.
Hamilton es un buen piloto y ha estado al volante durante 13 años, por lo que apenas es un novato. Alonso debería comportarse como lo que es, el actual campeón de F1, y dejar de considerar los tabloides y el ego inflado de Hamilton.
Desafortunadamente, el deporte se está acercando rápidamente al territorio del Tour de Francia debido a decisiones absurdas de un órgano rector despojado de credibilidad.