otro banco de Antigua que va a la quiebra

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Interacciones Banking Corporation, una pequeña entidad financiera que opera en la Isla de Antigua, donde un grupo de venezolanos tienen depósitos por un monto cercano a 20 millones de dólares se ha visto forzada a congelar sus operaciones. Antigua también era la sede del infame y también quebrado Stanford International Bank, y es una jurisdicción que se caracteriza por su inexistente supervisión bancaria y atraer a cuanto banquero inescrupuloso anda tras depositantes incautos. Antigua también es sede de Davos International Bank Ltd., BOI Bank Corporation, y Trium Bank Ltd.

Los accionistas de Interacciones Banking son los mismos que en Venezuela operaban Interacciones Casa de Bolsa, organización intervenida desde enero de este año, y cuya suerte tiene mucho que ver con los problemas desatados en Antigua.

En abril de 2010 las autoridades venezolanas otorgaron un plazo de 90 días a las casas de bolsa para que desmontaran las operaciones de mutuos, que constituían una parte muy importante de las transacciones.

Alejandro Lara, presidente de Interacciones, explica que para poder cumplir con esta orden el banco le prestó dinero a la casa de bolsa, infringiendo la prohibición de conceder préstamos a empresas relacionadas.

Pero luego vino otra exigencia de las autoridades que impactó con fuerza a Interacciones. «Nadie podía prever que quince días más tarde de que hubiésemos desmontado el grueso de los mutuos se prohibiría a las casas de bolsa realizar operaciones de permuta, esto acabó con el flujo de caja», dice Alejandro Lara. En realidad si hubo tiempo para comprar las divisas en las postrimerías del mercado de permuta: Interacciones casa de Bolsa simplemente carecía de la caja en bolívares para repagarle de manera oportuna al banco de su grupo el crédito concedido de manera irregular.

Añade que ha ideado una «ingeniería financiera» para que los clientes del banco recuperen su dinero que cuenta con la autorización de las autoridades de Antigua: básicamente el esquema contempla que los clientes cambien su acreencia por acciones de una compañía que está por crearse y que tendrá como activos, al menos inicialmente, bonos de Pdvsa con vencimiento en 2022.

La idea es que el rendimiento que generen los bonos, permita que los clientes recuperen el dinero que tenían colocado al cierre del 31 de diciembre de 2010.

Los clientes serán divididos en tres tipos. Primero cobrarían aquellos que tenían títulos valores como respaldo, luego quienes tenían depósitos a la vista y por último los que poseían deuda subordinada emitida por Interacciones Banking.

Una porción de los bonos de Pdvsa se adquirirá con préstamos bancarios, por lo que durante los primeros cuatro años el rendimiento será para cumplir con este compromiso y luego se destinará a la clientela.

«Interacciones Banking está buscando soluciones para sus clientes. El esquema ciertamente no es perfecto, es a largo plazo, pero en finanzas es posible mejorar las cosas con el tiempo adecuado», afirma Alejandro Lara de acuerdo a una reseña del diario El Universal.

Tomado de otro banco de Antigua que va a la quiebra

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