El portavoz de ETA en la apología pública del terrorismo

José Luis Rodríguez Zapatero

Pernando Barrena es portavoz y uno de los actuales líderes del ‘partido político’ Herri Batasuna. Bajo el mandato del presidente del Gobierno, José María Aznar, el gobierno consideró oportuno prohibir que ese «partido» participara en la política española debido a su manifiesta y estrecha conexión con ETA, el grupo terrorista vasco. Como los vascos saben desde hace mucho tiempo, Herri Batasuna -que se traduce como Unidad del Pueblo- no es más que otro nombre de lo que en su día fue conocido como ETA Político Militar, lee la rama política de ETA. No hace falta decir que sigue la línea radical del grupo terrorista y su marco ideológico está firmemente construido sobre la difusión y el uso del terrorismo para lograr objetivos políticos.
Hace unos días un grupo de españoles fueron asesinados por un terrorista suicida en Yemen. Algunos de los asesinados eran vascos, de San Sebastián y Zarautz, que habían elegido ese país como destino de vacaciones. La reacción del Gobierno del presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero ha sido reveladora. Como en el reciente ataque terrorista en el que murieron tropas españolas señaladas bajo el programa de paz de la ONU en el Líbano, Rodríguez Zapatero hizo una de esas promesas políticas que nunca podrá cumplir: “no descansaremos hasta que los responsables sean llevados ante la justicia”.

Sin embargo, la reacción de un tal Pernando Barrena debe tomarse en su contexto apropiado, porque aquí hay un hombre, hablando en nombre de un ‘partido’ prohibido que declara para que conste en acta: «obviamente, los ataques contra civiles inocentes en Yemen buscaban aterrorizar y dañar inocentes, mientras que lo ocurrido en la T4 (el atentado de ETA en el aparcamiento del aeropuerto de Madrid el pasado mes de diciembre) no se hizo con la intención de perjudicar a inocentes”. Quizás Barrena no considera a las dos víctimas de la T4 como “inocentes”, a pesar de que se trata de inmigrantes ecuatorianos que trabajaban en este país.

Sin embargo, sus declaraciones, transmitidas a la nación, plantean una serie de preguntas. En primer lugar, ¿cómo es que a este hombre se le permite difundir su mensaje a millones de hogares, dadas sus credenciales, situación política y relación con un grupo terrorista? En segundo lugar, ¿cómo sabe que la intención de ETA en el atentado de la T4 no era “aterrorizar y dañar a inocentes”? En tercer lugar, ¿cómo es que a este hombre, culpable como es de apología del terrorismo, se le permite ocuparse de sus asuntos en libertad? Y en cuarto lugar, ¿cómo es que alguien relacionado con una organización que ha matado a más de 800 personas inocentes recibe tanta cobertura mediática?

No es bonito lo que está pasando en esta incipiente democracia…