Juan Carlos Zapata (ALN).- Ya es hacia el final. Cuando los pretendientes a casarse con Penélope tiene que pasar la prueba. La de armar y templar el arco y una vez hecho esto, disparar la flecha que tiene que pasar por el hueco de las 12 segures. Allí está Ulises, de incógnito y cuando dice que quiere hacer la prueba, es que se produce el anuncio. Un comentario que bien pudiera estar hoy en una primera página de un diario o en las redes sociales. Y hacerse viral.
Es Penélope la que entra al salón y les dice que deja allí el arco de Ulises y quien lo arme y ejecute con éxito la operación, se casa con ella. Llevan en esto 10 años. Comiendo y bebiendo, consumiendo la hacienda de Ulises, de Penélope y Telémaco. Son unos depredadores. Hasta han tramado el asesinato de Telémaco, que entonces se hace hombre y comienza a cuestionar lo que hacen los pretendientes que no son otros que los hijos de la sociedad ilustre de Itaca.
Probó Leodes y no pudo. Antínoo ordenó que lo calentaran y lo untaran de sebo, y aun así tampoco. Era mucho arco para ellos. Entonces Ulises les anunció que quería intentarlo y eso enardeció a los príncipes, pues aquel Ulises estaba disfrazado de pordiosero y no podía admitirse que tal individuo tuviera la desfachatez de proponerse. Creían que el vino lo había trastornado. Lo despreciaban, y le reclamaron que si siendo forastero y mendigo, no le bastaba con estar allí, en el banquete de los ilustres de la ciudad.
Es Penélope, que aun no sabe que ese hombre es su esposo, quien le despeja la oportunidad, señalando que si tiene éxito, ella no será su esposa pero en cambio recibirá unos buenos regalos.
Y es ahora que llega el detalle. Los príncipes temen que el pordiosero tenga éxito en la prueba. El cuerpo no dice lo que señalan las ropas ni el rostro arrugado cuando Ulises se despoja de los andrajos que lo cubrían. Es Eurímaco quien le dice a Penélope que no se trata de que el forastero se la pueda llevar como esposa sino lo que dirán los hombres y las mujeres de Itaca si se enteran de que el forastero ha tenido éxito.
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Imaginemos lo que se diría en las redes sociales si se hiciera un paralelismo del caso. O lo que dirían los medios digitales. O lo que dirían los titulares de la prensa escrita del día siguiente, con algunos otros detalles.
“Hombres muy inferiores pretenden a la esposa de un varón intachable y no pueden armar el pulido arco”, dice Eurímaco. Ahí está la noticia, ahí el titular. Los hombres inferiores son los príncipes pretendientes.
El mismo Eurímaco aporta la entradilla de la nota: “Mientras que un mendigo llegó errante, tendiolo con facilidad e hizo pasar la flecha a través del hierro”.
Eso es lo que teme Eurímaco. La descarga de los rumores. “el oprobio”. El comentario tiene todos los elementos para hacerse viral.
El resto de la historia se sabe. Ulises tensa el arco, pasa la flecha por el hueco de los 12 segures. Y se produce la matanza de los pretendientes.
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