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Al menos seis funcionarios del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) están involucrados en una averiguación por haber mantenido relaciones sexuales con prostitutas extranjeras, según un informe interno.

Hasta el momento se ha confirmado que cuatro de ellos sí participaron de estos actos, de acuerdo con las investigaciones de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Justicia (DOJ).

Un quinto funcionario habría solicitado «sexo comercial» y un sexto funcionario del FBI «cometió mala conducta» al no informar de los incidentes. Esto atenta contra el Memorando del Fiscal General de 2015 sobre «Prohibición de la Solicitud de Prostitución», reseñó Mamela Fiallo Flor en PanAm Post.

«La investigación de la OIG descubrió que cinco funcionarios no informaron sobre contactos o relaciones con ciudadanas extranjeras, incluidas ciudadanas extranjeras de las que obtuvieron sexo comercial, en violación de las políticas del FBI», se puede leer en el informe.

Además, durante las entrevistas del inspector general y los exámenes de polígrafo se detectó que los funcionarios «carecían de franqueza» sobre sus interacciones con prostitutas y otras faltas de conducta en violación de las políticas del FBI.

La investigación también encontró que uno de los funcionarios hizo declaraciones falsas durante las entrevistas y las pruebas de polígrafo. Esto es una contravención en sí misma, ya que estaba bajo juramento, en violación de la ley federal, al negar haber tenido relaciones sexuales con una prostituta.

Sumado al contacto sexual que viola las normas del FBI, los funcionarios habrían estado involucrados en el transporte de sustancias. La investigación destaca que uno de ellos le dio a un compañero de trabajo un paquete que contenía aproximadamente 100 píldoras blancas para que se las entregara a un agente de la ley extranjero.

El informe de la OIG reporta que el funcionario en cuestión “carecía de franqueza” cuando se le preguntaba sobre las píldoras, negando haberlas colocado en un paquete.

El documento de la Oficina del Inspector General señala lo siguiente:

“De los cinco funcionarios que solicitaron sexo comercial en el extranjero que no informaron sobre su mala conducta y la mala conducta de otros, y no informaron sobre contacto o relaciones con ciudadanas extranjeras, dos renunciaron, dos se jubilaron y uno fue destituido, todo mientras la investigación de la OIG estaba en curso”.

Al respecto, el expolicía y ahora comentarista John Cardillo denuncia que el FBI como institución es deshonesta y «unaccountable», término en inglés que significa literalmente que no rinde cuentas, o que no es confiable.

Y es que el hecho que la agencia a cargo de las labores de investigación tenga funcionarios bajo averiguación por actos que violan sus propias reglas muestra una falla en su funcionamiento, que ya tenía un legado de denuncias y sesgos político-ideológicos.

Por medio de filtraciones, durante la Administración del presidente Donald Trump, quedó al descubierto el rol de funcionarios del FBI en colusión con el Partido Demócrata que buscaba evitar la llegada a la Casa Blanca del «hombre naranja».

«El FBI está manchado. ¡Y usaron la campaña de Hillary (Clinton) torcida, un montón de basura, como base para perseguir a la campaña de Trump!», dijo el expresidente en Twitter, antes de ser bloqueado de forma permanente.

El 26 de diciembre de 2017, el entonces presidente Trump criticó duramente el rol del FBI. En una rueda de prensa y a través de redes sociales, el líder republicano manifestó su inconformidad y anunció que la oficina de inteligencia funcionaría mejor ahora, tras su llegada al poder.

Pese a que Hillary Clinton declaró ante la prensa —cuando se supo que financió parcialmente la investigación— que la información no fue utilizada en la campaña, existen indagaciones periodísticas que sostienen lo contrario.

La columnista e integrante de la junta de editores del Wall Street Journal, Kimberley Strassel, califica como «uno de los trucos políticos más escandalosos de la historia» a la contratación del Partido Demócrata de los EE. UU. de un exespía para incriminar a Trump durante la campaña electoral.

 

Con este reciente escándalo quedan también expuestas las fallas éticas dentro del FBI que ya se evidenciaron en 2017 en cuanto a sesgos de carácter político.

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