Polar cedió la marca P.A.N. hace 10 años y ahora la acusan de negociar dólares

Lorenzo Mendoza

15/09/2011 08:18:26 p.m. | Fabiana Culshaw.- La solicitud de cesión de la marca Harina P.A.N. a Deutsche Transnational Trustee Corp. data del año 2000 y la transacción aparece con fecha 2002, según los registros del Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (Sapi).

Ayer, 11 años después, el Sapi informó el hecho, señalando que la «marca Harina Pan es ahora propiedad de una empresa canadiense».

Emen conversó con José Julián Villalba, presidente del Servicio, quien señaló: «Queremos evitar casos como Polar, que vendió su marca Harina Pan para conseguir divisas a través de Cadivi (por concepto de la licenciación de la marca) y además difunde su imagen como criolla, cuando no lo es. La estrategia de Polar es legal, pero engañosa», respondió Villalba.

Empresas Polar, por su parte, emitió un comunicado señalando que la marca P.A.N. «ha sido, es y seguirá siendo un producto venezolano», pero sin dar mayores aclaraciones.
El por qué de la cesión

Otras marcas de Polar también tienen titularidad extranjera; P.A.N. no es la única.

¿Por qué Polar no ha dado explicaciones de su cesión de algunas marcas? Según los especialistas consultados por Emen, la transacción de «cesión de marca» es un procedimiento bastante frecuente en los negocios, y generalmente las compañías mantienen en reserva sus motivaciones.

En teoría, las cesiones suelen ser parte de la planificación empresarial, en la que se evalúan, por ejemplo, jurisdicciones favorables desde el punto de vista fiscal (no son evasiones fiscales, sino que la figura está contemplada en la ley). Y también existen otras motivaciones administrativo-legales para ceder las marcas a titulares extranjeros, no necesariamente vinculadas al riesgo-país, aunque la «protección de intangibles» (es decir, de las marcas) podría ser un factor de peso.

Similares transacciones hicieron Industrias Pampero (con el ron Pampero), Licorerías Unidas (con Cacique) y la editora El Universal (con su periódico), entre otras.

Los abogados aclaran que ceder una marca no significa «renunciar» a ésta, en la medida en que existen condiciones y limitaciones en los contratos (incluyendo que las cesiones pueden establecerse por tiempos limitados).

En el caso específico de Polar, resulta imposible que su intención, al ceder la marca P.A.N. a manos extranjeras, haya sido para conseguir dólares preferenciales, dado que la transacción fue adelantada antes de 2002, fecha de creación de Cadivi. (El Sapi señala que el registro de la marca bajo la titularidad de la empresa Deutsche Transnational Trustee Inc. fue en 2004, pero en los registros aparecen fechas anteriores).

Por otra parte, es de público conocimiento que Cadivi no paga con facilidad las regalías por licencias de marca. (Polar le cedió la marca P.A.N. a la canadiense, pero tiene la licencia y, por ende, aplica la ley que le otorga el derecho a recibir divisas para pagar las regalías correspondientes a dicha licencia).

Protegida pero no blindada

Muchos suponen que Polar, a través de la titularidad extranjera de P.A.N., quiso protegerse contra intentos de expropiación por parte del gobierno, pero la transacción se inició cuando ese tipo de riesgo no existía en el país (año 2000). De todas formas, a la luz de hoy, ese convenio actuaría igualmente, por lo menos en forma parcial, como protección.

» Si el Estado quisiera anular alguna marca, lo podría hacer ya sea ésta nacional o extranjera, porque el derecho marcario es territorial y Venezuela es soberana», dijo Villalba a Emen.

No obstante, Ricardo E. Antequera Hernández, abogado del Estudio Antequera Parilli & Rodríguez, afirma que «cuando el titular de una marca está en el exterior, los procedimientos de expropiación son más engorrosos y el precio no se fija localmente, sino por tratados internacionales».

Deutsche Tran Trustee Inc. se encuentra domiciliada en la Isla del Príncipe Eduardo de Canadá, y todo parece indicar que Polar habría cedido la marca P.A.N. como prenda de fideicomiso a dicha institución. (En estos casos, hablar de «venta» no sería correcto estricto sensu, sino de «transferencia» o «cesión»).

Si la marca se encuentra bajo la figura de fideicomiso o prenda fiduciaria, los actos administrativos del gobierno para tomar la marca aún serían más complejos por su naturaleza y porque involucra a terceros.

Villalba afirmó a Emen que el gobierno no tendría intención de «anular marcas», salvo que incumplan las leyes, aunque mencionó que «hay casos de vulgarización a contemplar».

La «vulgarización de marcas» es un término en PI que se refiere a aquellas marcas que pasan a ser descriptivas del producto, o genéricas (como precisamente lo es la «Harina Pan» que se ha vuelto sinónimo de «harina precocida de maíz»).

Existe una figura de «expropiación de marca» por utilidad pública, pero casi sin precedentes (exceptuando la expropiación de la marca Fama de América). Generalmente, las «avanzadas» se llevan a cabo sobre las fábricas y pertenencias de las empresas bajo la mira.

P.A.N. ¿es nacional?Antequera ratifica que muchas empresas tienen sus marcas con titulares extranjeros, lo que no cambia el origen de los productos. «Siguen siendo marcas venezolanas, porque la nacionalidad no está dada por la titularidad, sino por el origen, la tradición y los valores de los productos».

Es claro que el gobierno no piensa igual, al afirmar que Polar «por un lado, presenta una imagen de nacionalidad, y por otro cede la marca a extranjeros».
Es por eso que «estamos avanzando en la reforma de la Ley de PI, conjuntamente con la Superintendencia de Inversiones Extranjeras. También revisamos la ley que regula el mercadeo y la publicidad de las empresas», anunció Villalba.

Lo que viene

Haciendo una lectura «entrelíneas», el gobierno analiza una posible restricción o eliminación de la providencia del pago de regalías por concepto de licencias de marca (aunque eso iría contra los derechos de propiedad). Esto se acompañaría de la revisión de las políticas de inversiones extranjeras, según palabras oficiales, «para evitar estrategias de engaño».

Otro frente es el tema de la Propiedad Intelectual (se manejan tres borradores de propuestas de cambio por parte del Sapi).

Y un tercer foco podrá estar en la Ley de Contenidos, ya sea haciendo aplicar los artículos contra la «publicidad engañosa», o incluyendo cláusulas que se refieran específicamente a la naturaleza de la nacionalidad de las marcas y la «congruencia» de sus mensajes.

Por lo pronto, este tema «levanta polvo». Si el gobierno pugna por la «justicia social», Polar hace sus aclaraciones como defensa. En otras palabras, cada parte defiende sus intereses y avanza.