Hace un par de días, el Servicio Mundial de la BBC me llamó para pedirme mi opinión sobre si la ‘disputa’ diplomática entre EE. UU. y Venezuela equivaldría a algo significativo, como la ruptura de relaciones comerciales. Como dije entonces, nada pasaría por una serie de razones, la principal de las cuales es que Hugo Chávez no puede sostener su miserable revolución sin el montón de dinero que recibe de los EE.UU., que gasta sin rendir cuentas como suyo.
No hay nada en este mundo que el teniente coronel Chávez anhele más que el reconocimiento del gobierno de Estados Unidos. Hugo es, después de todo, solo un soldado de un pueblo olvidado de Dios en Barinas. No pudo controlarse con Obama en Trinidad, y la foto de él riéndose con Hillary Clinton, en la toma de posesión presidencial de Dilma Rouseff, demuestra cuánto suplica la atención de Estados Unidos. Además, me atrevería a decir que pagaría cualquier tipo de dinero y regalaría cualquier cosa para tener una ‘relación especial’, como la que supuestamente tenía el Reino Unido con los EE. UU. ¡Así que muchas gracias Hugo, por probar mi punto tan rápido!