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José David Chaparro es un venezolano que desde hace más de siete años vive en Ucrania y desde que inició la guerra no dudó en quedarse para combatir en defensa de la libertad de ese país.

Desde su hogar convertido en refugio, Chaparro ofreció una entrevista a El American en la que describió cómo la sociedad civil logró organizarse junto al Ejército para la defensa territorial. Explicó, además, qué fue lo que pasó en ciudades como Bucha e Irpin, que fueron arrasadas por los rusos, reseñó Sabrina Martín Rondón en El American.

¿Cómo se organizaron para defender la capital de Ucrania?

“Con respecto a las comunidades y cómo nos hemos organizado, es algo que surgió de la noche a la mañana. Nosotros sabíamos que había tropas en la frontera, sabíamos que se aproximaban vientos difíciles, pero nadie esperó que se desatara esta ola tan violenta de la noche a la mañana”, explicó.

“El 23 de febrero amaneció con fuego en el cielo, amaneció con artillería, con ataques aéreos, y fueron horas simplemente las que se necesitaron para que la ciudadanía se organizara. No te imaginas las colas de personas civiles, así como yo, que fuimos a inscribirnos, a firmar un contrato de voluntarios con el Ejército y la defensa territorial. Recibimos armamento, instrucción y nos fuimos organizando por los sitios donde vivíamos”, relató.

¿Qué pasó en Irpin y Bucha?

Chaparro explicó que Irpin y Bucha eran ciudades dormitorio que están muy cerca de Kiev, ciudades que fueron tomadas por los rusos, pero que, gracias a las fuerzas especiales ucranianas, fueron recuperadas. Sin embargo, las pérdidas humanas y materiales son incontables.

“Ellos [los rusos] se instalaron en ciudades como Bucha e Irpin, dentro de la población civil, o sea a la población civil la usaron como escudo y cuando en una urbanización, cuando en unos barrios se meten militares y empiezan a atacar desde casas civiles, la respuesta no puede ser inmediata porque si nosotros respondemos inmediatamente íbamos a matar a muchísima gente”, explicó.

“El invasor se protegió, se blindó con los civiles y para ese tipo de acciones también están las fuerzas especiales que fueron las que repelieron y empezaron a hacer un trabajo paulatino con semanas de combates en esos pueblos (…) Cuando tú tienes al enemigo que se protege en las casas donde hay escuelas, donde hay colegios, donde hay hospitales, se protegen y empiezan a atacar desde ahí, imagínate lo difícil de la situación. Las personas se ven entre un fuego cruzado y las víctimas por supuesto que se elevan más”, agregó.

Chaparro, que horas antes de esta entrevista visitó Bucha e Irpin para llevar insumos y alimentos, relató que los rusos se retiraron de esas ciudades dejando minas por doquier.

“Dejaron minados los campos, las casas, los cuerpos que están abatidos, los cuerpos los dejaron con trampas de minas y ahora las minas no son como las que conocíamos que era un plato grande, ahora las minas modernas son pequeñas y el que no las conoce las pisa y vuela”, explicó.

Cuando se le preguntó que es lo más duro que ha podido vivir, José David explicó que ha sido ver el “dolor ajeno”.

“Ha sido duro ver niños pequeños alcanzados por las trampas y por el fuego, gente que ha perdido la razón, que lo ha perdido todo y que se ha quedado solamente con lo que tenía puesto, todos los días son diferentes, siempre hay algo que puede ser peor”, relató consternado.

“Occidente nos convirtió en un polígono de tiro, en un laboratorio de prueba”

Chaparro, quien es experto en derecho internacional y diplomacia, criticó la reacción de Occidente ante la guerra. Asegura que Estados Unidos y Europa hicieron de Ucrania “un polígono de tiro y un laboratorio de pruebas mientras todos se quedaron como observadores”.

“Esta es una guerra que fue inducida, es verdad que hay un pasado, pero el afán de la Comunidad Europea en ayudar a que Ucrania se vea envuelta en este acontecimiento… aquí hay una doble cara y creo que no es nada nuevo. Por una parte, indujeron a Ucrania a ir a la guerra, y por otra, cuando entramos ya en el conflicto, se quedaron como observadores por mucho tiempo”, criticó.

“La ayuda concreta empezó a llegar luego y ni siquiera fue una ayuda seria o efectiva para que nosotros podamos sentir que de verdad nos están ayudando, son gotas de agua que simplemente mandan de vez en cuando para que quede como constancia de una ayuda”, agregó.

“Nosotros sí hemos recibido ayuda de gente extranjera que ha venido aquí a combatir, yo mismo he recibido a algunos de ellos; son personas voluntarias como yo que simplemente tienen otra nacionalidad y vienen a combatir sin ningún tipo de interés, pero nosotros no hemos recibido gran ayuda militar extranjera, yo creo que todo eso es propaganda”, dijo.

 

“Aquí la gente se ha defendido con las armas que había, con las personas que estamos aquí adentro y con el valor de cada una de ellas (…) Los Estados Unidos para mí no ha cumplido un papel muy importante en este caso. Yo creo que han hecho de nosotros un polígono de tiro, un laboratorio de pruebas donde ellos simplemente son observadores”, sentenció.

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Tomado de El doble rasero de los asesores venezolanos del presidente salvadoreño Nayib Bukele

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