El discurso de Eva Golinger

Horror. Asco. Sorpresa. Arrechera. Vergüenza. Pena. Odio. Venganza… Sentimientos que definen lo que la Venezuela no chavista -que es mayoría- sintió ayer cuando vió, o escuchó, a la norteamericana Eva Golinger dirigirse al pais en cadena nacional, desde una asamblea nacional copada de los más altos personeros del chavismo, incluido el lider supremo. Golinger ha llegado al olimpo revolucionario. No cabe duda.

Admito que no me extrañó su discurso, o que se le haya dado tal tribuna. No  abrigo ninguno de los sentimientos mencionados. Dirán que estoy loco. Ido. Desconectado. Ya lo sé. Me permito decir sin embargo, que no se puede esperar otra cosa de una asamblea dirigida por un personaje tan deficiente como Cilia Flores. No se puede esperar otra cosa, cuando el líder supremo es Hugo Chavez, por cuanto Chavez, quien demuestra el más absoluto desprecio por el criterio individual, sólo puede ser líder supremo entre deficientes. Ultimadamente, un dizque líder supremo que sigue al pie de la letra las ordenes de Fidel Castro ni siquiera merece llamarse líder.

Por ello, no hay que arrecharse. Como se dice en inglés «let’s keep the eye on the ball», es decir, no perdamos de vista el objetivo, que no es otro que el rescate de nuestro país en el 2012. Dejemos que los deficientes sigan vitoreando a su lider, que sigan ovacionando en pie, que sigan demostrando su fervor y fanatismo revolucionarios. Es más, unamonos al coro aclamador, aupemos a los deficientes, clamemos por más promociones de colaboradores de las FARC a dirigir la Fuerza Armada Nacional, por más naturalizaciones de terroristas de ETA, por más apoyo y cobertura a los apólogos foráneos. Debemos coadyuvar a convertir este espacio de tiempo que nos separa del 2012 en la fiesta inolvidable del chavismo. Para que al concluir no quepa la menor duda, que el único lugar apto para los deficientes es la cárcel, el psiquiátrico, o el exilio.

Los que estaban en la asamblea ayer no representan a Venezuela. Son minoría. Saben que les queda poco tiempo, y precisamente por que lo saben aceleran su radicalización, ya que sólo así podrán mantenerse en el poder. Chavez necesita a Golinger, y a Rangel Silva, y a Cilia Flores, y a Isaias Rodriguez, y a Jorge Rodriguez, y a Arturo Cubillas, y a Andres Izarra… es decir Chavez necesita, más que nunca, a los incondicionales, a los que están dispuestos a empeñar su futuro y su libertad. Pero, ¿cuántos son, 50, 100, 1.000? ¿Cuántos están verdaderamente dispuestos a seguir al pie de la letra el cántico «Patria, Socialismo…» y morir por Chavez? Sabemos que el propio caudillo no arriesga el pellejo por nadie, por ello Manuel Caballero lo llama el «Héroe del Museo Militar.» Lo cojonudo del asunto es que los deficientes también lo saben, y créanme cuando les digo que todas esas demostraciones fundamentalistas son pura paja.

Vendrán más provocaciones, más peines, más trapos rojos. No importa. No debe importar. Nuestro objetivo sigue siendo rescatar a Venezuela de manos del crimen organizado y el terrorismo.

Somos mayoría. Somos decencia. Somos el futuro de Venezuela. Venezuela necesita gente recta, firme, unida en torno a ideales de justicia, libertad y democracia.

Tomado de El discurso de Eva Golinger