David Boies quiere ocultar detalles del fideicomiso para litigios de PDVSA

PDVSA

Petróleos de Venezuela (PDVSA), para que nuestros amigos estadounidenses no lo olviden, es el principal motor de lo que queda de la economía de Venezuela. Siempre ha sido así. Pase lo que pase con/a PDVSA, es un asunto de gran trascendencia para/para Venezuela y sus ciudadanos. PDVSA lanzó en Florida y Suiza demandas de fraude en competencia -contra Glencore, Trafigura, Vitol, Lukoil, etc.- en lo que su asesor legal presentó como uno de los esquemas de corrupción más grandes que golpean al gigante energético. Un esquema que, supuestamente, duró años y le costó a la empresa miles de millones en pérdidas. La forma en que se perpetró el esquema es de gran interés, ya que las identidades de los ejecutivos de PDVSA, Trafigura, Glencore, Vitol, Helsinge y Lukoil están involucradas. Pero la forma en que se formó toda la denuncia, los abogados e investigadores involucrados, las personas que aportaron las pruebas, las conexiones de estos con los funcionarios de PDVSA, es igualmente relevante. Queremos escuchar los méritos del caso, por supuesto, y también queremos saber por qué, por ejemplo, PDVSA decidió regalar el 66 % de las posibles ganancias del caso a David Boies, Alex Pencu, Bill Duker y John Brennan.

¿Quién negoció esto? ¿Quién lo aprobó? ¿Cómo se aprobó? ¿Por qué David Boies, el «litigante preeminente» de Estados Unidos, no quiere que lo sepamos? ¿Qué tiene que esconder?

Boies intentó, sin éxito, ocultar la Carta de Compromiso, que establece el acuerdo innegablemente corrupto que negoció con PDVSA. Ahora Boies está intentando, y ha vuelto a fallar, mantener bajo secreto los acuerdos entre Brennan, Duker, Wilmer Ruperti y Vanessa Freedman. Boies no quiere que los venezolanos -a los que absurdamente dice representar- sepan cómo se constituyó PDVSA US Litigation Trust; quién inició el caso; quién es el financista (Duker) y en qué medida está involucrado; qué arreglos se hicieron entre el investigador (Brennan) que primero obtuvo la evidencia de irregularidades en las que se basa el caso y el financista; el papel de Wilmer Ruperti y Vanessa Freedman (ex esposa separada del acusado principal Francisco Morillo) en la provisión de dicha prueba; en resumen, Boies y su alegre banda de compañeros de viaje quieren que tomemos todo lo que dicen al pie de la letra e ignoremos al elefante que ocupa el 66% del espacio en la habitación, junto con la participación directa de Wilmer Ruperti.

Este sitio ha tratado de obtener una palabra de Ruperti, de Boies, de Brennan, de Duker, de Pencu y de Freedman. Hasta ahora, solo Ruperti y Freedman han respondido, el primero con algunas divagaciones filosóficas y ambos con acusaciones de que este sitio está siendo manipulado. Nuestro interés en cómo establecieron este concierto corrupto = manipulación. Recuerda otra confrontación que tuvo este sitio con otro ‘empresario’ venezolano, quien hizo las mismas acusaciones, pero se negó a responder las preguntas pertinentes.

Ahora es público, según la declaración de Duker que se ve a continuación, que Ruperti se acercó a Brennan, con información obtenida de Freedman, sobre los posibles tratos fraudulentos de Morillo con PDVSA, que involucran a Glencore, Trafigura, Vitol, etc., que por cierto usan la corrupción, sin un una pizca de duda- para generar negocios dondequiera que operen. Si bien es razonable tener grandes expectativas en cuanto a los méritos del caso, que con suerte el Departamento de Justicia revelará, es igualmente natural cuestionar el acuerdo de Brennan, Duker, Boies, Freedman y Ruperti. La participación de Ruperti es de especial interés, ya que le da a este asunto de la confianza un hedor imposible de evitar, y esa es la razón probable por la que Boies quiere mantener todo bajo secreto.

Y un mensaje a la Sra. Freedman: cualquier daño causado a su persona no se puede pagar tomando el 66% de lo que pertenece a 30 millones de venezolanos.

Nada de eso tiene sentido si se elimina a Ruperti de la escena. Que un investigador se quede con el 22% de lo que por derecho es propiedad de PDVSA no tiene sentido. Un financiero sin antecedentes y completamente ajeno a los negocios energéticos y/o de PDVSA, llevándose el 22%, no tiene sentido. Boies comparte su 22% con Pencu, quien según Duker cocinó todo con Brennan y Ruperti antes de acercarse a él para financiar el litigio, solo tiene sentido cuando colocamos a Pencu en la imagen como exasesor legal de Ruperti. Quite a Ruperti y Guerric Canonica tampoco presentará una denuncia penal en nombre de PDVSA en Suiza. Todo huele a Ruperti, y eso no es bueno, no pasa la prueba del olfato.

No hay un solo corredor honesto involucrado. Así que aquí está la esperanza de que el juez de Florida siga negando las solicitudes de censura de Boies, y que la investigación criminal en curso del Departamento de Justicia revele toda la repugnante empresa, verrugas y todo.