¿Cómo abordan la guerra cognitiva las potencias mundiales?

La manera cómo la guerra cognitiva se asume por los principales países potencia del mundo varía, como lo indicamos, de acuerdo a sus patrones y a la visión, siendo la ética y el manejo de los valores, fundamental en este sentido. Así, para cada uno de estos países su aplicación tendrá un significado y repercusiones distintas.

Como se ha apuntado en anteriores entregas, no existe un consenso entre las principales potencias mundiales sobre el establecimiento de la doctrina y los límites de la guerra cognitiva. Para cada uno de estos países los conceptos y su significación gira en torno a sus propios intereses, no recibe el mismo nombre y se asume de acuerdo a la doctrina de cada una de estas naciones.

Mientras que China y Rusia avanzan hacia la integración del dominio cognitivo en sus doctrinas militares de forma más explícita y ofensiva, Estados Unidos lo incorpora dentro de la dimensión informativa y la OTAN se enfoca en comprender la amenaza y desarrollar contramedidas.

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El rumbo de la investigación cerebral

El desarrollo y aplicación de la guerra cognitiva conlleva a la manipulación de la mente y, por tanto, plantea un dilema ético para Occidente.

La investigación cerebral en Estados Unidos centró su esfuerzo en el programa The Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies (BRAIN) con el objetivo de explorar la actividad y funcionamiento de cada neurona y, a partir de esa información, elaborar un mapa completo del cerebro.

En China también avanza el Brain Project, el cual busca identificar los principios neuronales de la cognición para desarrollar medios novedosos para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cerebrales importantes. Del mismo modo, apunta al establecimiento de tecnologías para la inteligencia computacional del cerebro.

La intención de Rusia es utilizar el dominio cognitivo en su beneficio y agregarlo a sus estrategias multidominio. Para ellos, el dominio cognitivo se basa en las ciencias sociales y humanidades y no ofrece «dispositivos listos para usar».

Entretanto, la Unión Europea (UE) orienta su programa Human Brain Project (HBP) desde primera década del siglo XXI con el propósito de modelar y simular el funcionamiento del cerebro usando supercomputadoras.

Estados Unidos y la guerra Cognitiva

En estados Unidos el concepto de guerra cognitiva no se ha asumido ni incorporado a su jerga y operaciones debido a razones legales o de otro tipo. Pero esto no debe interpretarse como que no la plica, toda vez que las definiciones de esta se han integrado en operaciones en la dimensión informativa.

En el ámbito militar estadounidense, la guerra cognitiva está presente en los aspectos informativos, físicos y humanos —es decir, cognitivos— del entorno y con ello se describen las diferentes características de los objetos, actividades o actores en el contexto de unos y otros y del entorno más amplio.

De este modo, las «Operaciones Integradas Globales en el Entorno de la Información» se dirigen a «maximizar los impactos cognitivos del poder informativo combinado y la fuerza física en las percepciones y la toma de decisiones de un adversario y otros actores relevantes.»

EE. UU. se apunta, entonces a la coacción del comportamiento, dar a conocer los costos de la agresión, así como a ofrecer oportunidades de actualización de alianzas y a la creación de nuevas asociaciones estratégicas para proteger los intereses estadounidenses.

Desestabilización de sociedades

EE. UU. advierte que la guerra cognitiva dirigida por sus adversarios procura la desestabilización de sociedades, organizaciones militares, así como la fractura de alianzas.

La doctrina estadounidense se vale del proceso de determinación de objetivos y efectos que deben lograrse en las operaciones militares, siendo las fuerzas de información el componente activo de la guerra cognitiva y de la reserva, organizadas, entrenadas y equipadas para crear efectos en el ambiente informativo.

En la evaluación de información quedó demostrado que la correlación entre indicadores y eventos es más precisa que establecer relaciones concretas de causa y efecto.

Las tres batallas de China

En China se instrumentan tres tipos de batallas:

En la opinión pública para influir en la opinión pública nacional e internacional.

Psicológica para escandalizar y desmoralizar a los soldados y civiles enemigos.

Legal para ganar el apoyo internacional a través del derecho internacional.

Para los chinos «la lucha en el entorno cognitivo afecta directamente al cerebro, influyendo en las emociones, los motivos, los juicios y las acciones e incluso controlando el cerebro del enemigo» y, en tal sentido desarrolla el concepto de «Intelligentized Warfare» desde 2019, el cual se centra en controlar directamente la voluntad del enemigo mediante IA en múltiples dominios, entre ellos el cognitivo.

Los especialistas chinos creen que la futura guerra de información tendrá lugar en tres dominios: físico, informativo y cognitivo. Dado que incide directamente en la voluntad del líder y la opinión pública, China actúa para incidir en el cognitivo, tenido por ellos como el central.

Confrontación militar dirigida al cerebro

Para China el dominio cognitivo se constituirá como el dominio final de la guerra militar entre potencias, lo cual afectará directamente al cerebro e influirá en emociones, motivos, juicios y acciones, incluso buscará controlar el cerebro del enemigo.

El foco de la competencia militar apunta a la ciencia cerebral militar, con objetivos que van desde comprender y monitorear el cerebro hasta dañarlo, interferir con él, repararlo y mejorarlo, lo cual creará un nuevo estilo de combate de «guerra cerebral» y redefinirá el campo de batalla.

China apunta al cerebro como el principal campo de batalla de la guerra futura y el control de este es la clave para combatir en los dominios cognitivos más críticos.

La guerra cerebral china tiene por objetivo comprender, monitorear, proteger, dañar, interferir, reparar y mejorar el cerebro. También simularlo está entre sus propósitos y la inteligencia robótica es el medio para ello, con miras a predecir decisiones humanas.

Rusia se enrumba al dominio cognitivo

El objetivo que se ha planteado Rusia es la utilización del dominio cognitivo como estrategia multidominio. Como su visión del asunto se sustenta en las ciencias sociales y las humanidades, carece de «dispositivos listos para usar» y no se limita a quienes toman decisiones, sino que también puede incluye sectores más amplios de la población.

Los rusos manejan el concepto de «control reflexivo» como eje central en su concepción de la guerra cognitiva y se dirige a predeterminar la decisión de un adversario a favor de Rusia mediante la alteración de factores clave en su percepción del mundo. Estiman esto como una ventaja asimétrica clave.

Rusia, en lugar de ciberespacio, habla de “espacio de información” que comprende el procesamiento de información humano y computacional, abarcando el dominio cognitivo. Separan las operaciones en los dominios de la técnica de la información y la psicología de la información, como corrientes principales de la guerra de la información.

En Rusia el término «arma de información» incluye el dominio cognitivo humano, entretanto el control reflexivo es la práctica de predeterminar la decisión de un adversario a favor suyo a través de la alteración de factores clave. Enfatiza que la información es el principal medio cognitivo no militar para librar la guerra.

En la guerra cognitiva, las medidas políticas, económicas, informativas, humanitarias y otras no militares, son instrumentos de poder blando que acompañan operaciones militares encubiertas, como la guerra de información y el uso de fuerzas especiales.

La doctrina militar rusa considera el compromiso militar solo después de agotar los medios no militares, incluidos los medios cognitivos.

OTAN: tecnologías emergentes y disruptivas

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) reconoce que las tecnologías emergentes y disruptivas alteran el carácter del conflicto y se convierten en escenarios clave de la competencia global. Estiman como amenazas a las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas y la desinformación.

Este organismo se enfila a la promoción de la innovación y a la inversión en tecnologías emergentes y disruptivas para mantener su ventaja militar.

En este sentido, la doctrina militar de la OTAN contempla un ámbito de la información que incluye la información, los individuos y las organizaciones, así como los espacios físico, virtual y cognitivo donde esto ocurre, en lugar de un dominio cognitivo separado.

La OTAN incluye la cognición como un área de trabajo con temas relacionados como pensamiento crítico, neurociencia, información interrumpida y toma de decisiones, mientras que la guerra cognitiva se define como la militarización de la opinión pública por una entidad externa para influir en la política y desestabilizar instituciones públicas.

La desestabilización es el objetivo fundamental de la guerra cognitiva, junto a la influencia sobre poblaciones objetivo con miras al cambio de paradigmas.

Prevé el impacto militar de las tecnologías de mejora biológica y humana destinadas a intervenir en el funcionamiento de las células y su material genético. Las áreas de investigación disruptivas de interés para la OTAN incluyen bioinformática y biosensores, mejora humana, contramedidas y tecnologías médicas, así como biología sintética

La OTAN prioriza las acciones cognitivas en situaciones donde la fuerza física no es apropiada con el objetivo de degradar, interrumpir y destruir la capacidad cognitiva y de sistema de comando y control del enemigo.

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