Charles-Henry de Beaumont, un gestor financiero que estuvo en Suiza al servicio de adinerados individuos asociados a la corrupción en Venezuela

Charles-Henry Du Boscq de Beaumont es un asesor financiero francés que ha trabajado con fortunas surgidas durante la era chavista en Venezuela. Nació en Saint Julien en Genevois, Francia, el 25 de febrero de 1976 y es conocido por ser un gestor hábil de los patrimonios de los adinerados. Su localidad de origen, Saint-Julien-en-Genevois, se encuentra a menos de diez kilómetros de Ginebra.

Se le acusa de haberse quedado con 22 millones de dólares al cobrar una comisión del 0,75% por todas las transferencias entrantes y salientes que se realizaron a través de CBH2. La foto de su pasaporte muestra a un hombre de buena presencia, blanco -blanquísimo-, de 1,82 centímetros y de profundos ojos azules, según un reporte de expresa.se.

Sus clientes venezolanos eran funcionarios y exfuncionarios del Gobierno, y empresarios vinculados a gigantescas tramas de corrupción en Venezuela, particularmente en Pdvsa y la Corporación Eléctrica Nacional.

El francés trabajó en plantilla del CBH entre el 27 de junio de 2011 y el 13 de marzo de 2013, de acuerdo con la ‘Gaceta Oficial de Comercio Suiza”. En esa fecha consta que le revocaron los poderes como director de la sede del CBH de Ginebra. Los archivos bancarios exponen cómo captó a clientes venezolanos millonarios y gestionó decenas de millones de dólares de sus fortunas a través de CBH y una red de sociedades registradas en jurisdicciones opacas como Panamá.

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De Beaumont es lo que en el argot financiero internacional se llama ‘external asset manager’ (EAM) o gestor externo de activos. En CBH, sus cometidos consistían en atraer clientes en mercados emergentes como Venezuela, Brasil y Oriente Medio para luego venderles los productos del banco de Ginebra. Estos intermediarios en Suiza están registrados ante la Autoridad Federal Supervisora del Mercado Bancario Suizo (Finma).

Entre 1994 y 1998, el francés hizo su carrera universitaria de grado y posgrado en finanzas y ‘marketing’ en la prestigiosa European Business School de París. En el entretanto pasó algunas temporadas en las también escuelas de negocios EBA de Múnich y Regent’s College de Londres.

El agente urdió una red de sociedades en paraísos fiscales para gestionar sus propios activos y canalizar también los de sus clientes.

A partir de 2000, se desempeñó como asesor y bróker de grandes fortunas en firmas de consultoría de Londres, hasta que fue contratado como director de captación de activos en el BNP Paribas de Ginebra. Ocupó ese mismo cargo en CBH para mercados emergentes desde enero de 2010 hasta mediados de 2013, periodo en el que gestionó el patrimonio de los dirigentes chavistas.

El intermediario vivió en Suiza hasta que a finales de 2013 trasladó su residencia a otro lugar donde las operaciones financieras también brillan por su opacidad: Gibraltar. Posteriormente se trasladó a República Dominicana, según varios testimonios recogidos de su entorno y su perfil de LinkedIn. En este último destino continuó brindando servicios a los más excelsos “enchufados” venezolanos.

De Beaumont urdió una red de sociedades en jurisdicciones poco transparentes y paraísos fiscales para gestionar sus propios activos y canalizar también los de sus clientes. Lo hizo junto a su esposa, la suiza Alessandra Gherardi, quien es también propietaria al 50% de algunas de sus empresas. Ambos registraron sociedades y abrieron cuentas en Panamá, San Vicente y las Granadinas, Suiza o el archipiélago portugués de Madeira. Algunas de sus compañías son Amblia Limited, Upson Columbus Corp. o Novopax Consulting INC.

Entre sus clientes, en un documento de apertura de una cuenta en el Banco Espirito Santo portugués en 2013, describe De Beaumont de su puño y letra, estaban la misma petrolera estatal venezolana PDVSA o Greenhill International Ltd (San Vicente y las Granadinas), cuyo director general era por entonces un banquero y empresario venezolano.

De Beaumont abrió cuenta en Banco Espirito Santo. Citó a sus clientes, entre ellos, PDVSA.

Documentos revelaron que los movimientos en las cuentas de Charles-Henry de Beaumont fueron mmillonarios, además de llevar un alto tren de vida. No en vano, era poseedor de la exclusiva tarjeta de crédito American Express Centurion Card, conocida como ‘black card’. No es fácil llevar una tarjeta ‘black’ en la cartera, ya que los clientes no pueden solicitarla ‘motu proprio’, sino que son los bancos los que la suministran a una élite de multimillonarios finamente seleccionados. Se entrega en un lujoso estuche de cuero.

Los archivos filtrados muestran varios gastos y saldos del asesor financiero con su tarjeta ‘black’. Por ejemplo, se sabe que en el verano de 2013 viajó bastante. Entre otros lugares, estuvo en Irlanda, en Reggello, localidad de la Toscana, y en Estepona y Marbella.

En un documento elaborado el 9 de octubre de 2013 por Alexandra Gherardi (alias Alessandra Gherardi du Bosq de Beaumont, es decir, la esposa de Charles Henry de Beaumont), dirigido a Joseph Benhamou, presidente de CBH… comunica lo siguiente:

«… Me gustaría confirmar mi decisión de comprar 10.929 (diez mil novecientas veintinueve acciones) de Compagnie Bancaire Helvétique Switzerland al precio acordado de 487,80 CHF (cuatrocientos ochenta y siete francos suizos con ochenta céntimos) por acción por un importe total de 5.331.166 francos suizos (cinco millones trescientos treinta y un mil ciento sesenta y seis francos suizos)».

De Beaumont compró un condominio en 50 S POINTE DR UNIT TH7, MIAMI BEACH, FL 33139, en enero de 2014, por el cual pagó $ 4.6 millones. Una compañía de propósito especial, CONTINUUM TH 7, LLC, se registró en Florida para la compra. Previamente, francés contaba con un piso de € 399,000 en Marbella, España.

En el año 2020 se conoció que un foco clave de una investigación en Liechtenstein era el banquero suizo Charles-Henry de Beaumont, quien trabajó en Compagnie Bancaire Helvetique SA, con sede en Ginebra, al mismo tiempo que Claudia Patricia Díaz Guillén se desempeñaba en Venezuela como tesorera nacional. La solicitud de Liechtenstein identificó a Beaumont como la persona “a cargo de transferir los fondos de miembros corruptos del gobierno venezolano a Suiza”.

Según la solicitud de la corte de Liechtenstein, Beaumont supuestamente trabajaba con un financista venezolano que llamó la atención en 2017 por ser dueño de la firma offshore que compró el fondo de cobertura del asistente de Donald Trump, Anthony Scaramucci, cuando se unió a la Casa Blanca.

El CBH, de propiedad familiar, es uno de los bancos más pequeños de Suiza, pero sus activos bajo administración se duplicaron con creces, a 10 500 millones de francos suizos (11 400 millones de dólares), desde 2013. Los activos de clientes ubicados en América Latina y el Caribe representaron el 19 % de su negocio en el año 2019, según los registros financieros proporcionados por el banco.

Una empresa que Díaz supuestamente usó para comprar 250 lingotes de oro valorados en más de 9,5 millones de dólares, Amaze Holding Ltd., se registró en junio de 2012 en la misma dirección de St. Vincent a los pocos días de otras dos empresas, Greenhill International Ltd. y Amblia Ltd., que Beaumont supuestamente poseía y controlaba, según el tribunal de Liechtenstein. Las transferencias electrónicas de empresas ficticias panameñas se enrutaron a través de CBH a las cuentas de Greenhill y Amblia en el Liechtensteinische Landesbank de propiedad estatal en 2012, según el tribunal de Liechtenstein, de acuerdo con un reporte AP.

Los fiscales en Miami también apuntaron a de Beaumont. En 2018, presentaron su propia solicitud de asistencia legal a Ginebra, acusando al ciudadano francés de crear varias compañías ficticias para lavar hasta $ 4.5 mil millones robados a través de acuerdos cambiarios fraudulentos con el gigante petrolero estatal de Venezuela, PDVSA. Las empresas pantalla prestaron a PDVSA bolívares supuestamente comprados en el mercado negro, donde eran tres veces más baratos. Pero fueron reembolsados en dólares estadounidenses a la tasa oficial inflada, lo que permitió que cualquier persona con un «contrato de préstamo falso» triplicara su dinero casi de la noche a la mañana, según los fiscales estadounidenses.

Los fiscales estadounidenses sostienen que Beaumont se embolsó 22 millones de dólares al cobrar una tarifa del 0,75% por todas las transferencias electrónicas entrantes y salientes enrutadas a través de CBH a las empresas ficticias que ayudó a establecer.

“Beaumont también usó estos corredores de dinero para recibir y mantener sus sobornos”, según los fiscales. Supuestamente, una parte de los fondos se utilizó para comprar una propiedad de $4,6 millones en Miami y otra por valor de $1,3 millones en República Dominicana.

Mark Pieth, un experto en lavado de dinero de la Universidad de Basilea, Suiza, dijo en 2020 que CBH podía perder su licencia o enfrentar otras medidas disciplinarias si se determina que sabían, o deberían haber sabido, lo que Beaumont estaba haciendo por sus clientes venezolanos. Sin embargo, los fiscales estadounidenses en sus intercambios con las autoridades suizas en 2018 sugieren que Beaumont estafó al banco.

CBH dijo que Beaumont renunció en 2012 y que luego se cree que trabajó como administrador de activos independiente con varios bancos.

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