Así describen la lavadora en Estados Unidos del enchufado venezolano Dommyng Hernández

La eternización de Miguel Díaz-Canel al frente del régimen cubano para garantizar la continuidad del comunismo salió de los planes del castrismo ante la ola de protestas que claman por un cambio en la isla y su falta de pericia política para contener a la nueva generación que lo desafía sin importarle la represión, reseñó Gabriela Moreno en PanAm Post.

La cuenta regresiva para la estocada al dictador ya comenzó con el posicionamiento de dos fichas en su entorno y ante el país: el exvicepresidente Carlos Lage y el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja. La irrupción de ambos en la escena política abona el camino para la sucesión de Díaz-Canel, quien en sus poco más de dos años en el poder impuso una reforma monetaria que aumentó la conflictividad interna y la frustración social en medio de la pandemia.

Sus errores pesan en el régimen que decidió resucitar a la figura de Lage con un video divulgado en redes sociales con un mensaje donde expone su fidelidad a la “revolución” –después de su destitución hace una década por parte de Raúl Castro– y el nombramiento de Rodríguez, jefe del conglomerado económico-militar GAESA, como miembro de la Asamblea Nacional, de la noche a la mañana, con la excusa de llenar una vacante tras el fallecimiento de un diputado.

“El momento del video de Lage y la entrada del general al parlamento no podrían ser más reveladores”, asegura El Nuevo Herald. El medio se basa en que “la represión no ha amordazado a la juventud cubana, sin embargo, la popularidad de Díaz-Canel se ha derrumbado aún más”. Y eso, al castrismo, le incomoda.

En desgracia

Díaz-Canel cavó su destino. Su Administración eligió el peor momento para cambiar la política monetaria y autorizar la venta de alimentos y bienes de primera necesidad en dólares cuando la mayoría de la población no recibe remesas ni salarios en moneda extranjera.

Además, imponer las mismas tácticas de acoso, persecución y encarcelamiento a cientos de manifestantes, activistas, disidentes y periodistas independientes terminó de mermar su liderazgo que tampoco inspira el mismo tipo de adoración ciega al comunismo.

“Los cubanos, cada vez más frustrados, son más atrevidos y están más dispuestos a enfrentar las consecuencias de sus opiniones”, indica el medio norteamericano.

Con ese panorama tiene complicada su estadía. Incluso, el tuit donde adjuntó una foto de su última visita a la tumba de Fidel Castro en Santiago de Cuba, con su mano tocando el mausoleo de piedra en forma de grano de maíz para recordar que él encarna sus ideas, sólo desató burlas. Los memes abundaron.

Raúl Castro en acción

La incertidumbre por el rumbo del régimen obligó a Raúl Castro a asistir a una sesión del Partido Comunista a finales de octubre, a pesar de que está oficialmente retirado. Ahí un Díaz-Canel defensivo culpó a Estados Unidos, al embargo y a la pandemia de los problemas y trató de asegurar que mantenía el control y era capaz de neutralizar a una oposición cada vez más activa.

Pero no fue tan fácil. En una señal de que también está bajo presión dentro de las filas del partido, Díaz-Canel reconoció que “muchos están preguntando hacia dónde vamos”.

Raúl lo sabe. Lage –conocido como el “zar de las reformas” por ayudar a Fidel Castro a implementar una tímida apertura de mercado para sobrevivir al colapso de la Unión Soviética– es una de sus cartas para revertir la crisis.

En un video cuidadosamente editado, supuestamente creado para celebrar su cumpleaños número 70, Lage narra con fotografías personales que incluyen imágenes junto a los Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, que es un hombre de familia, un revolucionario dedicado y una figura política que todavía recibe “innumerables gestos de apoyo y respeto”.

 

Su familia luce bien vestida, celebrando en los hoteles. Lage aparece buceando, posando con una langosta y bebiendo whisky con amigos, todas actividades que la mayoría de los cubanos no pueden permitirse.

Siga leyendo en PanAm Post

Tomado de Así describen la lavadora en Estados Unidos del enchufado venezolano Dommyng Hernández