In Uncategorized

El pasado martes 21 de junio, el presidente saliente de Colombia, Iván Duque, catalogó como un «error» que el país neogranadino instale una dependencia gasífera con Venezuela.

Dichas declaraciones las realizó el mandatario saliente durante un acto de entrega de reconocimientos a inversionistas extranjeros. De acuerdo con Duque, una dependencia gasífera con Venezuela «pondría en riesgo» la soberanía energética del pueblo colombiano. En ese sentido, tampoco dudó en mal poner al gobierno venezolano.

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, contemplaría en su plan de Gobierno, que Ecopetrol le compre gas natural a PDVSA Gas y el suministro se haga a través del gasoducto Antonio Ricaurte que conecta Maracaibo con Puerto Ballenas.

«Las ideas de volver a instalar una dependencia gasífera con Venezuela son totalmente erráticas. Son erráticas porque hoy estamos viendo lo que ocurre en Europa. Uno no puede darle el control de la soberanía energética a un régimen autoritario, dictatorial. En cualquier momento, por una decisión de ventolera o irracional, puede suspender ese suministro de gas», así lo detalló el jefe de Estado colombiano.

Sobre este punto, destacó que una de las cosas que «más espanta» a los inversionistas extranjeros, es la «incertidumbre». Asimismo Duque relacionó este factor con la «inestabilidad jurídica y la imposibilidad de predecir qué va a ocurrir».

Una idea no concretada de Alex Saab y Álvaro Pulido

Desde hace algunos años el empresario barranquillero Alex Saab y su socio Álvaro Pulido (Germán Rubio), tuvieron la idea de participar en el desarrollo de un gasoducto que conectaría a Venezuela con islas del Caribe y con países vecinos, incluido Colombia.

En últimas instancias, el plan habría contemplado también la participación de empresas rusas y una asociación con Trinidad y Tobago, como reseñó  el 11 de agosto de 2019 un artículo de expresa.se que aquí mostramos:

«Alex Saab y Álvaro Pulido retoman proyecto de integrarse al sector del gas en Venezuela, ahora con la rusa Rosneft

Alex Saab, Álavaro Pulido (Germán Rubio)

Los astros siempre parecen estar alineados, como por obra de un pacto con sus creencias, a favor de los empresarios Alex Saab y Álvaro Pulido (antes Germán Rubio), quienes han demostrado tener una concepción privilegiada para los negocios en Venezuela.

Hace algunos años le pusieron el ojo al codiciado negocio del gas en el país petrolero y por ello se asociaron con la firma colombiana TRENACO y con otras empresas de las que muy poco se conoce.

Fuentes con conocimiento de la situación aseguran que los empresarios de origen colombiano signaron pactos con directivos de la empresa del Estado venezolano PDVSA GAS, a los que les habrían proporcionado cientos de miles de dólares en incentivos. Uno de ellos, se señala, fue el ex-presidente de PDVSA GAS Antón Castillo, quien tras recibir una tajada de los incentivos, no habría cumplido su parte en los tratos.

Antón Castillo

La intención de Saab y Pulido al parecer era la de participar activamente en la construcción de un gasoducto entre Venezuela y Aruba y la exportación de gas a islas del Caribe y al resto del mundo.

También participarían en la construcción y desarrollo de una red de gasoductos que cubriría principalmente la parte occidental de Venezuela y se extendería incluso hasta Colombia, para lo cual se habrían realizado contactos con la más alta dirigencia del gobierno de Juan Manuel Santos y con el propio ex-presidente colombiano.

El negocio, con cientos de millones de ganancias, fue olvidado durante un tiempo, pero estaría siendo retomado ahora con empresas rusas, gracias a los vínculos que han tejido con el gobierno de Vladimir Putin.

Se asegura que ambos empresarios, Saab y Pulido (antes Rubio), resguardan su fortuna en Rusia, haciendo frente a las sanciones y medidas que en su contra a ha aplicado el gobierno de los Estados Unidos.

El gigante ruso del petróleo Rosneft se beneficiará de condiciones preferenciales en el desarrollo de dos campos de gas en Venezuela, gracias a una enmienda a un acuerdo entre Caracas y Moscú, que se conoció el jueves pasado y donde Saab y Pulido tendrían participación.

Según la enmienda, Rusia y Venezuela se comprometen a «crear condiciones favorables, evitar discriminaciones y dar asistencia a la sociedad Rosneft y al Grupo Rosneft», filial del grupo ruso en Venezuela, en el desarrollo de dos yacimientos de gas.

Entre esas «condiciones favorables», figura principalmente una exoneración de impuestos en Venezuela para Rosneft, sus proveedores y sus subcontratistas (entre los que se cree estarán Saab y Pulido) para la explotación de los dos yacimientos, que se trata de gas de esquisto.

Los dos yacimientos son los de Patao y Mejillones, situados en el mar Caribe frente a las costas del estado de Sucre.

Su explotación por Rosneft, ya conocida, fue integrada en un protocolo sobre la «cooperación en la ejecución de proyectos estratégicos comunes», firmado en 2009 por ambos países. El presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó esa enmienda en junio.

Rusia es, junto con China, uno de los principales aliados de Venezuela, que atraviesa una profunda crisis política y económica. Este respaldo incluye a Rosneft, que lleva a cabo varias inversiones en el país exportador de gas y petróleo.

Una parte de la deuda que tiene Venezuela con Rusia es reembolsada en hidrocarburos, según acuerdos entre la petrolera estatal venezolana Pdvsa y Rosneft.

Tomado de Así describen la investigación en Estados Unidos contra el alcalde venezolano Elías Sayegh y su padre por tener supuestamente una “lavadora”

Recommended Posts