Así Alex Saab movió dinero por varios países mediante su «guiso» como proveedor de materiales para la construcción de viviendas en Venezuela

La revelación de que Álex Saab trabajó como colaborador de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) desde 2018, abrió un nuevo capítulo en la investigación sobre el empresario colombiano.

Saab, acusado de ser el testaferro del presidente venezolano Nicolás Maduro, enfrentará un juicio por conspiración para lavado de activos en octubre de 2022. Sin embargo, la revelación de que colaboraba con la DEA podría significar que las pruebas en su contra incluyan lo aportado por él mismo, reseñó el medio ecuatoriano Primicias.

Según el documento desclasificado, Saab se reunió con agentes especiales de la DEA y del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en agosto de 2016 en Bogotá, Colombia.

En esas reuniones, fue interrogado y proporcionó información sobre sus empresas que contrataron con el Gobierno de Venezuela para construir viviendas de interés social.

Según el documento, Saab narró la forma en que se pagó a esas empresas en relación con los contratos. También cómo fluyó el dinero después que sus empresas recibieron los fondos.

Esta información es especialmente importante para Ecuador, pues los contratos para la construcción de vivienda social usaban material exportado desde este país y usando el sistema Sucre para su pago.

El fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, creó en 2012 la Gran Misión Vivienda. Se trataba de un programa de construcción masiva de viviendas para personas de bajos recursos.

Meses antes (noviembre de 2011), Chávez y el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, suscribieron un convenio para la construcción de viviendas populares en Venezuela.

En esa firma, apareció Álex Saab como representante de la empresa colombiana Fondo Global de Construcción (Foglocons), que sería la encargada de proveer los materiales.

Como inicio de este proyecto, el Gobierno venezolano adjudicó dos contratos. El 27 de marzo de 2012, una empresa firmó con el Ministerio de Vivienda y Hábitat de Venezuela para la construcción de 2.800 apartamentos.

El mismo día, el mismo Ministerio firmó otro contrato, esta vez con la empresa ELM Import, para la construcción de 5.600 viviendas.

Ambos sumaban unos USD 654 millones al cambio de la época, según el portal Armando.info.

Sin embargo ELM Import nunca llegó a contratar a la empresa colombiana Foglocons. En cambio, estas dos empresas firmaron contratos con la compañía ecuatoriana del mismo nombre, con sede en Guayaquil. Estos se firmaron en diciembre de 2012.

ELM Import contrató a Foglocons Ecuador para que les provea de paneles prefabricados para construir las viviendas del programa social venezolano.

Foglocons se constituyó con sede en Guayaquil en octubre de 2012, con dos accionistas:

  • Luis Alfredo Sánchez Yánez.
  • Álvaro Pulido Vargas, contra quien actualmente pesa una orden de detención en Estados Unidos como socio de Saab.

Para el pago de las transacciones, Foglocons y las empresas venezolanas decidieron utilizar el sistema de compensación Sucre. Esto les permitía convertir los bolívares venezolanos en dólares y recibirlos casi inmediatamente (aunque el país aún no recibiera el pago desde Venezuela).

Foglocons recibía sus pagos en dos cuentas bancarias en Ecuador, pero utilizaba principalmente la del ya cerrado Banco Territorial. Esta institución no llevaba un buen control o due diligence de sus clientes, lo que permitió que el dinero entrara a pesar de las irregularidades, por ejemplo, en las declaraciones de aduana.

La falta de controles en Ecuador hizo que no se detectara (o se omitiera) que las cifras reportadas a la Aduana no coincidían con los montos recibidos. Según la Fiscalía, Foglocons reportó exportaciones por USD 13 millones, pero recibió pagos por USD 159,9 millones.

Además, en el SRI declaró pagos a proveedores por apenas USD 200.000.

Las investigaciones de la Fiscalía además hallaron declaraciones de Aduana duplicadas o falsificadas y facturas adulteradas durante el allanamiento a Foglocons. Estos documentos involucran a una red de empresas que también usaba el Sucre (aunque en menor medida).

Pero el dinero de las fraudulentas exportaciones ya estaba en Ecuador. Y para cuando las autoridades lograron destapar el caso, se lograron congelar solo USD 57 millones.

Para lograr hacer estos fraudulentos pagos, Saab y Pulido pagaban sobornos a trabajadores de las Aduanas de Venezuela, de la Guardia Nacional y de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Esto consta en la acusación contra Saab en Florida.

La Cadivi era el ente encargado de administrar las tasas de cambio en Venezuela hasta 2014, cuando desapareció. Las coimas a estos funcionarios les permitió beneficiarse de la tasa de cambio controlada por el Gobierno y obtener dólares estadounidenses a un cambio favorable.

Saab y Pulido pagaron a funcionarios de la Cadivi para que usen un solo embarque de productos (recibido de Ecuador) en varias ocasiones, para hacer múltiples pagos.

Trabajadores de la Guardia Nacional o de las Aduanas, encargados de verificar la carga, tomaban fotografías de un mismo cargamento en distintos lugares, para hacerlo pasar como varios cargamentos.

Además, entregaban facturas falsas o fraudulentas de cargamentos que nunca llegaron a Venezuela. Pero por los que Cadivi sí hizo los pagos, en dólares.

El dinero que llegaba a Ecuador permanecía pocos días en el país. Según la Fiscalía, en máximo tres días se movía hacia paraísos fiscales como Curacao, Hong Kong, Holanda, Suiza y Panamá.

Pero mucho del dinero que la Cavidi pagó ni siquiera llegaba a Ecuador, desde donde se hacían las supuestas exportaciones. Una investigación del periodista Gerardo Reyes evidencia que el pago de sobornos en la Cadivi también permitió que se cambien las órdenes de pago hacia otros destinos.

Cerca de USD 350 millones terminaron en cuentas en Estados Unidos, según una investigación. Y de ahí, se movieron a cuentas controladas por Saab y Pulido en otros países.

Según el documento desclasificado, Saab acordó devolver parte de las ganancias obtenidas por las “actividades ilícitas” cometidas por él y su socio, Pulido.

Hizo en total cuatro transferencias desde cuentas propias o controladas por él a cuentas de la DEA:

  • 9 de agosto de 2018: USD 3,25 millones.
  • 24 de septiembre de 2018: USD 3,31 millones.
  • 1 de noviembre de 2018: USD 3,13 millones.
  • 5 de febrero de 2019: USD 2,94 millones.

Tomado de Así Alex Saab movió dinero por varios países mediante su «guiso» como proveedor de materiales para la construcción de viviendas en Venezuela

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