Carlos Sánchez Berzaín: “Venezuela lucha por la libertad de las Américas”

“Venezuela lucha por la libertad de las Américas”, es la sentencia que formuló el constitucionalista, politólogo e internacionalista boliviano, Carlos Sánchez Berzaín, al momento de emitir las conclusiones del foro del mismo nombre organizado por el Instituto Interamericano para la Democracia.

Refirió que lo que ocurre actualmente en Venezuela tiene efectos definitivos para las Américas, en general. Asegura que, si la libertad venezolana no se alcanza en esta ocasión, “será simplemente un episodio más de un final inevitable de las dictaduras” imperantes en el continente.

“La libertad va a llegar, pero los pueblos de las Américas y los gobiernos democráticos de las Américas y del mundo, tienen que acelerar ese proceso, para evitar que suba el costo en vidas, en tortura, en sufrimiento y en miseria, que está hoy día soportando el pueblo venezolano”.

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Venezuela: dictadura del socialismo del siglo XXI

Como primera conclusión, Sánchez Berzaín deja sentado, de manera tajante, que Venezuela es una dictadura del socialismo del siglo XXI y, si bien no es única, sí es la principal del sistema castrochavista.

Explica que Venezuela forma parte del sistema de expansión de la dictadura de Cuba, gracias al dinero y el petróleo que Hugo Chávez puso al servicio de Fidel Castro. Para el año 1999, la dictadura cubana se encontraba en agonía, por lo que Castro y Luis Inácio “Lula” Da Silva en Brasil, organizaron un proceso expansivo del sistema comunista de la isla, al resto de la región Latinoamericana.

Carlos Sánchez Berzaín refiere que el triunfo de Chávez oxigenó a la dictadura cubana, entretanto Castro y Lula Da Silva —a través del Foro de Sao Paulo— pusieron al nuevo mandatario venezolano a la cabeza del proceso expansivo que denominaron “Movimiento Populista Bolivariano”. Un sistema que, valiéndose de la riqueza venezolanas, irrumpió en las Américas en un momento en que Estados Unidos, después del 11 de septiembre de 2001, se encontraba en retirada.

Control de las Américas

Este proceso expansivo que Cuba ejerce a través de la dictadura del socialismo del siglo XXI establecida en Venezuela, comenzó a ejercer control sobre la región Latinoamericana.

Este control se extiende, incluso, a la Organización de Estados Americanos (OEA), donde por 10 años operó como secretario general, José Miguel Insulsa, agente del sistema dictatorial. Se trata de un periodo en el que Movimiento Bolivariano adquiere gran auge y se establece un sistema de gobiernos de dictadura y de gobiernos paradictatoriales.

Sánchez Berzaín incluye entre las dictaduras a Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. “Pasó por ahí el Ecuador con Rafael Correa”. Por su parte, como gobiernos paradictatoriales clasifica a México, Colombia, Brasil y Chile.

Hace una pausa para indicar que los paradictatoriales son aquellos gobiernos democráticos, que rigen en países igualmente democráticos, pero que le deben al sistema dictatorial del socialismo del siglo XXI, haber llegado al poder. “Es así que cuando están en el poder se ponen al servicio de esas dictaduras”.

“Es muy claro, si ustedes pueden observar, desde el primer día de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en México; de Gustavo Petro, en Colombia; de Luiz Inacio “Lula” Da Silva, en el Brasil; y de Gabriel Boric, en Chile; ponen toda su política exterior al servicio de las dictaduras, así como gran parte de su política interna y de su economía interna, sostiene Sánchez Berzaín”.

Dictadura electoralista

Como segunda conclusión, Carlos Sánchez Berzaín señala que estas dictaduras procuran darse un aire de legitimidad internacional, mediante supuestas elecciones.

Y es que advierte que, para mantener el engaño en una América regida por la Carta Democrática Interamericana, simulan entonces democracia e instauran el concepto de Dictadura Electoralista.

“La dictadura electoralista se define como el conjunto de mecanismos para que el pueblo vote, pero no elija”, sentencia Sánchez Berzaín, quien refiere que, para lograr este cometido, se valen de la manipulación del sistema electoral. Es así que falsifican el registro electoral; establecen una oposición funcional que depende de la dictadura y que se corrompe junto con la dictadura; escoge quiénes van a ser los candidatos en la elección, inhabilita a unos, exilia a otros e, incluso, también asesina.

Asimismo, destaca que las dictaduras electoralistas llevan adelante un proceso de información nacional e internacional con control de medios, con presos políticos, con tortura, con exilio y con persecución política.

“Controla las campañas electorales y, finalmente, cuando llega el día de la elección, falsifica el resultado, porque los órganos electorales y el sistema de justicia son sus títeres. El Consejo Nacional Electoral (CNE), así como los jueces en Venezuela, en Bolivia, en Nicaragua, en Cuba, son los empleados bajo riesgo de vida de lo que diga la dictadura”, deja sentado Sánchez Berzaín.

Maduro: operador del castrochavismo

La tercera conclusión a que hace referencia Carlos Sánchez Berzaín, es que Nicolás Maduro es el representante principal del mecanismo de intervención y ocupación que sufre Venezuela desde hace años. “Venezuela es un satélite de la dictadura cubana con oposición funcional”.

Puntualiza que luego de la muerte de Hugo Chávez, quien lideraba el proceso antidemocrático con rótulo antiimperialista denominado socialismo del siglo XXI castrochavismo, el mando pasó a la dictadura de Cuba. “Ese día, Venezuela se convirtió en la principal colonia y plataforma de Cuba y los hechos lo prueban. Por su parte, Nicolás Maduro pasó a ser el operador local del castrochavismo”.

De manera tajante, sostiene que Venezuela está en manos —es base y fundamento— del crimen organizado transnacional. Es que, explica, las dictaduras del socialismo del siglo XXI, además de violadoras de Derechos Humanos y detentar el poder con terrorismo de Estado, son también narcoestados y operan en contra de las democracias como un nuevo instrumento de la guerra híbrida.

La resistencia en acción

Pese a que el CNE no presenta el desglose de la votación, la oposición da como vencedor a Edmundo Gonzáles Urrutia con base a las actas de totalización

En este marco de referencia, se produce el fenómeno en Venezuela de la organización de la resistencia y del triunfo popular de manos de María Corina Machado como líder, a través de la candidatura de Edmundo González Urrutia.

Sánchez Berzaín narra que, hasta la fecha, se habían producido en la región una serie de elecciones que solo tenían por objeto la legitimación de las dictaduras y los gobierno paradictatoriales. Así, había ocurrido, por ejemplo, en Bolivia, Nicaragua y en la propia Venezuela.

Pero en esta ocasión, con lo ocurrido en Venezuela, se está derrotando, no solamente a Nicolás Maduro, sino a todo el sistema dictatorial de Cuba, “porque si Venezuela recupera la libertad y la democracia, las dictaduras de las Américas tienen los días contados”.

El triunfo de Edmundo González Urrutia está absolutamente demostrado, asevera Sánchez Berzaín, inclusive técnicamente, por el fabuloso control electoral que ha hecho la oposición, con 600 000 venezolanos operativos y desplazados por todo el territorio, mediante la organización conocida como “comanditos”.

Cuba busca sobrevivir

Carlos Sánchez Berzaín precisa que en estos momentos la dictadura cubana batalla por su supervivencia y lo hace en el territorio de Venezuela “y con la sangre de los venezolanos”.

Este batallar se traduce en el envío de fuerzas de intervención y de ocupación, tanto de las “Avispas Negras” como de los grupos Wagner (organización paramilitar de origen ruso). “Por eso cinco aviones han salido cargados de esta gente represiva y represora a Venezuela desde Cuba, así como un avión desde Bolivia”, asegura. Pero, además de reprimir, asesinar y apresar al pueblo venezolano, estas fuerzas de ocupación buscan controlar a los militares y policías venezolanos que están a punto de levantarse, pero a los que mantienen desarmados y acuartelado bajo control de estos intervencionistas. “Venezuela es un país ocupado, es un territorio bajo ocupación física de una agresión transnacional”.

¿Qué hacer?

Carlos Sánchez Berzaín advierte que ahora lo que corresponde hacer es, en primer lugar, proteger la vida y la libertad de los venezolanos, empezando por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, a quienes Nicolás Maduro, como vocero de Cuba y del socialismo del siglo XXI, ha condenado a muerte.

Esta protección debe extenderse a los denominados “comanditos” que han ejercido el control electoral. Es preciso enfrentar el mecanismo de judicialización y persecución que se ejecuta a través del fiscal general de Venezuela, que está acusando a las víctimas de los delitos que los propios miembros de la dictadura cometen.

Explica que la protección y la libertad de Venezuela y los venezolanos se alcanza mediante la denuncia del genocidio por ocupación trasnacional que tiene lugar en la actualidad.

El siguiente paso es el reconocimiento internacional de Edmundo González Urrutia como presidente electo por parte de los gobiernos democráticos. Si bien esto se ha hecho en parte, es absolutamente necesario que sea general para deslegitimizar por completo a Nicolás Maduro.

En tercer lugar, Sánchez Berzaín alerta de que en estos momentos es inadmisible la neutralidad y la abstención respecto al ataque criminal transnacional que padece Venezuela. Esto incluye a los gobiernos paradictatoriales que deben definir si se alinean o no con la libertad y la democracia.

En razón de la ocupación trasnacional y la comisión flagrante de crímenes de lesa humanidad y un proceso de genocidio de que es víctima Venezuela, se impone la aplicación de la Carta de las Naciones Unidas de Acciones Colectivas Internacionales, así como del Tratado Americano de Asistencia Recíproca (TIAR), por parte de las Américas. “Ambas situaciones, dan lugar a la creación de una fuerza internacional, en el caso de la ONU, los Cascos Azules, o en el caso del TIAR un conjunto de Fuerza Armada Internacional para proteger al pueblo venezolano”.

Por último, es imperativa la actuación del Tribunal Penal Internacional y la aplicación de la Convención de Palermo contra el crimen organizado transnacional. Es preciso el inmediato enjuiciamiento de Elvis Amoroso, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López y toda la plana mayor que permite la intervención y el sometimiento de militares que hoy día están bajo control externo.

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Tomado de Carlos Sánchez Berzaín: “Venezuela lucha por la libertad de las Américas”