VenePirámides
Decidido a diversificar la economía el Gobierno ha utilizado la mayor parte de la montaña de petrodólares que ingresó al país desde 2003, pero el sueño de estructurar un tejido industrial a través de expropiaciones, estatizaciones, financiamiento de proyectos y empresas mixtas con países aliados como Irán, no ha tenido el resultado esperado.
Las estadísticas del Banco Central registran que entre 2003 y el primer semestre de este año el país ha obtenido por exportaciones petroleras 653 mil 860 millones de dólares, de los cuales, el 56% ha sido utilizado por el sector público y 44% por el privado.
A pesar de que la petrochequera financió la creación de empresas como Venirauto, la estatización de compañías emblemáticas como Sidor, cementeras y todo el sector eléctrico, el aporte del sector público al PIB ha permanecido en 30%, la misma proporción que en 2003.
Al mismo tiempo las exportaciones no petroleras, el indicador que refleja si el país tuvo éxito en la tarea de diversificar la economía y crear otra fuente de divisas desnuda que en 2012 el ingreso por este concepto fue 27% menos que en 2003.
Con el control absoluto de las compañías de hierro, acero y aluminio que conforman la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) el Gobierno dejó pasar la coyuntura de altos precios de las materias primas y mayor demanda por parte de las economías emergentes para incrementar el ingreso proveniente de las exportaciones no petroleras.
El sector público no pudo aumentar el aporte al PIB a pesar de la enorme transfusión de divisas porque su crecimiento en los últimos diez años ha sido más lento que el privado, en medio de fallas gerenciales y un entorno que afecta a la economía en general como controles de precios que desestimulan la producción y una moneda sobrevaluada que alienta las importaciones.
Al evaluar el desempeño de la industria como un todo, incluyendo al sector público y al privado aflora que la producción se mantiene estancada en los últimos cinco años, en los que se ha ubicado por debajo del techo alcanzado en 2008.
Si bien el sector privado recibe una porción menor de los petrodólares, hasta el año pasado pudo aumentar su disponibilidad de divisas acudiendo al Sitme, un sistema en el que el Gobierno le vendía dólares a través de bonos, pero el crecimiento de la deuda llevó al cierre del mecanismo.
En sustitución se creó el Sicad, pero la oferta está muy lejos de compensar lo que significó el Sitme, de hecho, se traduce en una caída de 76% en los dólares que recibía el sector privado de manera complementaria.
El resultado es una ecuación donde el Gobierno sigue absorbiendo la mayor parte de los petrodólares y el motor privado de la economía, al no contar con el mecanismo complementario, experimenta una merma importante en su presupuesto de divisas.
En un entorno donde las empresas sufren por la escasez de materias primas y tienen deudas con sus proveedores en países como Panamá y Colombia, el ala privada de la economía ha comenzado a crecer a menor ritmo y en el primer semestre tan solo avanzó 1,1% versus 2,6% del sector público.
Gracias a esta tendencia en los primeros seis meses del año las importaciones del sector público no asociadas al negocio petrolero experimentan un alza de 21,8% mientras que las efectuadas por las empresas privadas descienden 10%.
Un aspecto clave en el manejo que ha hecho el Gobierno de las divisas es que en promedio cada año Pdvsa solo entrega al Banco Central 44 de cada 100 dólares y el resto fluye hacia una madeja de fondos que administra discrecionalmente.
El tanque de dólares que tiene el Banco Central recibe el nombre de reservas internacionales y de allí salen las divisas que sirven para pagar la deuda externa, otorgar dólares al sector privado vía Cadivi y también cubrir requerimientos del Gobierno como abastecimiento urgente en materia agroalimentaria y salud, seguridad y defensa nacional o desembolsos por tratados internacionales.
Como la cantidad de dólares que recibe de manos de Pdvsa es limitada los desembolsos de divisas que ha hecho el Banco Central entre 2006 y el primer semestre de este año superan en 17 mil 659 millones a los ingresos, es decir, surgió un elevado déficit que ha debido desplomar las reservas internacionales hasta 11 mil 977 millones de dólares.
No obstante al cierre del primer semestre de este año las reservas se ubican en 25 mil 801 millones de dólares. ¿Por qué ocurre esto a pesar del déficit?
La respuesta es que el Banco Central se ha valido del aumento que tuvo el precio del oro en el mercado internacional para asignar un valor mayor a las barras doradas que forman parte de las reservas, amortiguando el impacto del desajuste, según reportó el diario El Universal.
Tomado de Estado utiliza 2/3 de las divisas pero sólo produce 1/3 del PIB