Reyes Gabriel Hernández González, productor agropecuario y testaferro del fallecido gobernador del estado de Apure, Jesús Aguilarte Gámez, es uno de los reclusos privilegiados de la cárcel de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), ubicada en Boleíta de Caracas, Venezuela.
Históricamente relacionado con funcionarios de alto rango dentro del régimen chavista, Hernández González fue detenido e imputado en 2018 por, supuestamente, por haber recibido ayuda de un oficial que estuvo ligado al intento de magnicidio contra Nicolás Maduro.
Desde entonces, el magnate de Apure, también conocido como “El Gordo” o “El finquero”, permanece en las instalaciones de la DGCIM, aunque con un trato diferenciado, reseñó CubaNet.
El portal digital Infobae asegura que Reyes Gabriel Hernández “es el único de los presos que en su celda tiene nevera, televisor, microondas, radio e incluso electricidad individual”, privilegios que no pasan por alto en las prisiones de la DGCIM, también conocidas por ser centros de tortura.
Sin embargo, pese a estar recluido, “El Gordo” cuenta con un amplio historial al servicio del ocio chavista. Por muchos años estuvo a la sombra del ex gobernador Aguilarte Gámez, un consentido de la revolución bolivariana asesinado en 2012 en un presunto ajuste de cuentas.
Aguilarte Gámez, quien participó activamente en el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, encabezado por Hugo Chávez, fue uno de los beneficiados por la llegada al poder del ya fallecido mandatario venezolano.
“El Gordo fue parte de la perdición de Aguilarte, porque lo engolosinó buscándole drogas y mujeres. La pistola que Aguilarte cargaba encima el día que le dispararon se la había dado Reyes tres semanas antes”, declaró a Infobae un amigo de Aguilarte.
Según el diario argentino, Reyes Gabriel Hernández se relacionó siempre con oficiales de alto rango del gobierno venezolano y, con algunos de ellos, tuvo estrecha relación de amistad y negocios.
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