Rodrigo Agudo presidente de Cavilac advierte que pequeñas pasteurizadoras cierran sus puertas

Rodrigo Agudo

Las pasteurizadoras Lácteos Cebú, en Maracaibo; Pasteurizadora Panasa, en Barcelona; dos plantas de Silsa, una en Caja de Agua en el Zulia y otra en la encrucijada del estado Aragua, han cerrado sus operaciones, debido a que el precio de la leche pasteurizada no se ha revisado desde la entrada en vigencia del actual control de precios, y aun cuando el costo de la materia prima se ha incrementado en 40% en adición al impacto de la devaluación de febrero pasado, lo que agrega un incremento en 20% de los costos de importaciones, a precio oficial del dólar.

Rodrigo Agudo, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria Láctea, Cavilac, señaló que este problema está afectando especialmente a las pequeñas y medianas empresas pasteurizadoras, ya que las de capital internacional tienen ‘alguna mayor capacidad de aguante’.

La revisión del precio de venta no se ha concretado a pesar de que la Junta Nacional Láctea, creada como instancia de consenso e integrada por productores agrícolas y representantes de la industria y del sector gubernamental, recomendó recientemente un ajuste de 30%.

El precio actual de la leche pasteurizada está basado en los costos de noviembre de 2002, exactamente de un año atrás. Para entonces, el precio de la leche cruda que se compra a los productores del campo, la cual constituye la materia prima de la leche pasteurizada y del queso blanco, se pagaba a 345 bolívares por litro, mientras que hoy alcanza niveles de 485 bolívares por litro, lo que evidencia un incremento de 40%.

Simultáneamente, la Junta Nacional Láctea había acordado aumentar el precio de la leche cruda a 510 bolívares por litro. De esta cifra, el pacto establecía que una parte la absorbería la industria y otra el Gobierno, a través de un subsidio que no se ha materializado.

Subrayó Agudo que la industria venezolana de leche pasteurizada está absorbiendo por completo el aumento de los costos de producción, al no poder ajustar el precio final del producto. Además del alza de 40% en el precio de la leche cruda, el flete para transportarla a las plantas pasteurizadoras aumentó 6 bolívares por litro (de 17 a 23 bolívares en un año). También se han registrado alzas en los costos de la mano de obra, empaque y otros insumos. Es decir, han ocurrido aumentos o bien por decreto o bien por el mercado.

De acuerdo con los cálculos de la industria, al entrar la temporada de sequía, prevista aproximadamente para el mes de enero, el costo de la leche cruda podrá superar los 500 bolívares por litro.

En el caso de la leche en polvo, la materia prima que emplea es 100% importada. Tras la devaluación del primer trimestre de este año, explica Agudo que el producto importado obtuvo preferencias y exoneraciones, para compensar el efecto. ‘Pero al no mantener un principio de políticas públicas de equilibrio, dirigido a conservar niveles equivalentes en los costos de la materia prima nacional e importada, hoy resultan mayores los costos de la nacional frente a la importada’.

A juicio de Agudo, el circuito de la industria láctea de Venezuela está virtualmente colapsado, debido a que dicha aplicación de políticas públicas disparejas para distintos segmentos del mismo sector incide en el hecho de que uno prevalezca sobre otro. ‘Debe haber distintas alternativas para el consumidor. La total dependencia frente al producto importado puede derivar en un problema mayor en el país, de inseguridad alimentaria’.

Respecto al ajuste de 30% en el precio de la leche pasteurizada, cifras de la industria proyectan que aún así no habrá margen de utilidad para las empresas. ‘Pero es necesario dar un primer paso.. Además, evadir la necesidad de revisar el precio es plantearse la posibilidad de que el año próximo ya no exista producto sobre el cual hacer la revisión’, concluyó. Es también destacado que la industria quesera artesanal e industrial están absorbiendo buena parte de la producción de leche cruda local, lo que amenaza con desabastecer al sector pasteurizador dado que no pueden pagar los precios que paga el sector quesero por litro de leche cruda debido a los efectos perniciosos del control de precios en pasteurizados y en leches en polvo.

Este desequilibrio se profundiza debido a que la producción de leche cruda nacional está entrando en su fase de sequía, lo que disminuye la producción local y agudiza el problema del abastecimiento de leche pasteurizada bajo las presentes condiciones.

Actualmente, la industria estima que el consumo de leche pasteurizada en el país es del orden de 32 litros per-capita, frente al nivel ideal de 45 litros per capita, de acuerdo con lo recomendado por organismos internacionales como la FAO.