Siempre he dicho, que uno de los problemas más graves que tenemos los venezolanos que nos preciamos de pensantes, críticos y medianamente objetivos, es la falta de representación política. Los chavistas tienen a Hugo Chavez. Los de oposición tienen a un montón de seudo líderes que, juntos, no alcanzan el nivel de popularidad del caudillo. Y quienes no nos identificamos ni con Chavez, ni con ninguno de los líderes de oposición, no tenemos a nadie, no tenemos, en suma, representación política. Muchos políticos se han dado cuenta de éste cisma, y desean agenciarse votos en dicho colectivo.
El actor Orlando Urdaneta parece ser uno de los que quieren capitalizar con respecto al tema. Hace pocos días participó en Miami, el 30 de noviembre para ser más preciso, en el programa de Jaime Baily, durante el cual, entre otras estupideces, soltó la siguiente perla: «cuando se cumpla un año de estar tu y yo sentados aquí, Chavez no será presidente de Venezuela» (minuto 4:58 en el video). El derrocamiento de Chavez, antes del 30 de noviembre de 2011, sucedería, según Urdaneta, luego de la puesta en acción de una campaña de no violencia -al estilo revolución naranja de Ukrania- coordinada presumiblemente por él, quien reside en Miami y no tiene ningún tipo de arrastre popular en Venezuela, salvo en algunos círculos de amas de casa en Altamira y Los Palos Grandes.
Francamente me da vergüenza escuchar tales afirmaciones por parte de gente que supuestamente representa a una oposición sensata, en contraposición a la «oposición acomodaticia y conchupante» que, según Urdaneta, participa en elecciones y le sigue el juego a Hugo Chavez. De igual forma, me dio vergüenza cuando escuche, en un programa similar en Miami hace unos años, a la periodista Patricia Poleo afirmando que poseía evidencia de barcos cargados de uranio partiendo desde puertos en Ciudad Guayana hacia el medio oriente.
Si estos dos son la clase de políticos y periodistas que representan el nuevo amanecer democrático de Venezuela, creo que prefiero al actual status quo en ambos bandos. Esta gentuza, por que no se les puede llamar de otra forma, contribuyen enormemente a otorgar veracidad al argumento chavista de que la oposición es un conjunto de disociados. Por cuanto es inconcebible ver la conversación entre Orlando Urdaneta y Jaime Baily y no aceptar la definición chavista.