Obama: «el uso de la fuerza no sólo es necesario sino que está moralmente justificado».

Barack Obama

Hace años sostuve que el único recurso que le queda al individuo, en países gobernados por regímenes totalitarios, es el uso de la violencia. Los apologistas de Hugo Chávez, por definición un dictador totalitario, han pensado que citarme fuera de contexto me invalida un poco a mí ya mis opiniones. Sin embargo, en los últimos años hemos observado una profunda radicalización de Hugo Chávez, quien ha pasado de golpista a dictador loco, apoyando abiertamente a regímenes totalitarios y organizaciones terroristas en todo el mundo.

El discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz pronunciado ayer por Obama en Oslo contiene lo que equivaldría a una justificación de la guerra sobre ciertas bases morales. Obama continuó diciendo que los movimientos no violentos de King o Gandhi no podrían haber derrotado a Hitler. Y tiene razón. Porque tanto King como Gandhi se enfrentaron a gobiernos que, como mínimo, eran conscientes de la existencia de los derechos humanos, aunque, en la práctica, estos fueran violados sistemáticamente en el caso de algunas etnias. Creer que los judíos habrían derrotado, socavado o debilitado un poco a Hitler organizando protestas no violentas es un error. Un ejemplo más contemporáneo es el de Cuba, donde los derechos humanos y los grupos democráticos se encuentran a la completa merced de Fidel Castro, su brutalmente represivo aparato de seguridad e inteligencia. Ciertas personas/grupos simplemente se niegan a aceptar al otro en igualdad de condiciones. De ello se deduce que la consideración de los derechos del otro está, sencillamente, fuera de cuestión.

Los nazis consideraban a los judíos seres infrahumanos. Los fundamentalistas islámicos están convencidos de que los infieles lo son tanto. Los terroristas tienden a tener posiciones similares. En tales casos, el diálogo es completamente inútil. Una de las características que definen a Hugo Chávez es precisamente su comprensión distorsionada de la democracia y los derechos humanos. Para Chávez las ve como meras herramientas, como fórmulas convenientes para solucionar determinados problemas. Por ejemplo, Hugo Chávez ha dicho que los narcoterroristas colombianos merecen reconocimiento y estatus beligerante. Hugo Chávez ha afirmado que Carlos El Chacal es uno de los héroes revolucionarios de Venezuela. Pero se niega rotundamente a otorgar igual consideración a los opositores políticos venezolanos, incluso cuando hayan sido elegidos democráticamente. Lo que esto significa es que, en términos prácticos, Hugo Chávez tiene la misma consideración, por lo que percibe como sus enemigos, que la de quienes perpetran crímenes abominables por razones ideológicas. Además, Chávez piensa en sus oponentes políticos en términos claramente fascistas. No olvidemos que el propio Chávez es responsable directo de muchas muertes, ocurridas en 1992 y 2002.

Obama dijo algo que suena cierto: «Porque no se equivoquen: el mal existe en el mundo. Un movimiento no violento no podría haber detenido a los ejércitos de Hitler. Las negociaciones no pueden convencer a los líderes de Al Qaeda de que depongan las armas. Decir que la fuerza a veces puede ser necesario no es un llamado al cinismo, es un reconocimiento de la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón». Hubiera pensado que estaba hablando de Venezuela y el chavismo, y solo puedo agregar que estoy completamente de acuerdo con lo que dijo ayer Obama.