Dicen que entre cielo y tierra no hay nada oculto. Y tampoco entre Maracaibo y Houston. Por todos era conocido el amplio margen de maniobra del cual gozaba Roberto Rincón para realizar millonarias transferencias a las cuentas de sus compañías en bancos norteamericanos y europeos, a partir de jugosos contratos en el sector petrolero y eléctrico venezolano. Hasta que se empeñó en ser banquero.
El portugués Banco Espirito Santo, a la que Cristiano Ronaldo prestaba su imagen, entró en crisis, desencadenando el traspaso o cierre de la sucursal de Venezuela. Rincón fue asesorado para adquirir la nueva entidad que cambiaría de nombre a Banco Novo. Ahora que quería ser banquero, tenía que demostrar el origen de los fondos. Su habilidad para ocultar información habría de reducirse.
La inversión en Novo Banco fue la punta del iceberg de una investigación que las autoridades federales estadounidenses habían iniciado en 2008. Su aparición junto al Coronel Hugo «El Pollo» Carvajal en Aruba, investigado por narcotráfico; la utilización de aeronaves de su propiedad para transportar funcionarios de Aruba y Ecuador, así como familiares de políticos venezolanos, sólo sumaron páginas al expediente de Rincón y sus colaboradores, entre ellos Abraham Shiera, en materia legal, contable y de medios para legitimar un capital que creció a fuerza de sobreprecios y oportunas influencias. Las autoridades federales de EEUU hasta ahora han rastreado mil millones de dólares de pagos en sobornos.
El empresario zuliano Roberto Rincón fue detenido por funcionarios federales en Houston, Texas, el 18 de diciembre de 2015, por supuesto lavado de dinero, corrupción y sobornos.