NarcoFiles revelan cómo Venezuela ha seguido convirtiéndose en un importante puente del narcotráfico mundial

La crisis económica y las sanciones internacionales han llevado a funcionarios del régimen de Venezuela a buscar nuevas fuentes de ingresos, y una de las más rentables ha sido el narcotráfico. Una investigación periodística revela cómo las autoridades venezolanas han pasado de ser cómplices a ser protagonistas de este negocio ilícito, que mueve miles de millones de dólares al año y que amenaza la estabilidad regional y global.

Los documentos que lo confirman

La investigación, realizada por el Miami Herald, el portal de noticias venezolano Armando.info, y la organizacion de investigaciones periodísticas OCCRP (Organised Crime and Corruption Reporting Project), se basa en una filtración masiva de documentos confidenciales de la Fiscalía de Colombia, que evidencian el papel que desempeñan altos funcionarios del régimen socialista de Caracas y oficiales de las fuerzas armadas en la exportación de cientos de toneladas al año de cocaína.

Los documentos fueron complementados con la entrevista de cerca de dos docenas de ex funcionarios del gobierno chavista, ex funcionarios de la agencia antidroga estadounidense DEA, y ex integrantes de la operación criminal que opera en Venezuela.

Advertisement

Esta investigación forma parte de la serie “NarcoFiles: El nuevo orden criminal”, una investigación periodística transnacional sobre el crimen organizado global, sus innovaciones, sus tentáculos y quienes lo combaten.

El proyecto, liderado por OCCRP en alianza con el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), comenzó con una filtración masiva de documentos de la Fiscalía de Colombia. La filtración fue compartida con el Miami Herald y más de otros 30 medios de comunicación de todo el mundo.

Los periodistas examinaron los documentos filtrados y corroboraron la información mediante entrevistas y otros informes independientes.

La evolución del Cartel de los Soles

La investigación muestra que el papel en las actividades de narcotráfico de las autoridades venezolanas ha progresado con el tiempo desde un rol inicial de cobrar dinero por hacerse de la vista gorda al de actores activos y el de jefes de las operaciones.

“Ellos son los que están a cargo ahora, directamente involucrados en el transporte de cocaína, la distribución de cocaína, no sólo a Estados Unidos, sino también a Europa”, dijo Mike Vigil, ex jefe de Operaciones Internacionales de la DEA.

El resultado final es que Venezuela es actualmente un importante puente en las exportaciones mundiales del narcotráfico, desde donde salen entre 250 y 350 toneladas métricas al año, con un valor en la calle de entre $6,250 millones y $8,750 millones.

El fenómeno complica las relaciones diplomáticas con Venezuela ante la duda sobre si al entablar el diálogo con el régimen uno lo está haciendo con revolucionarios que en ocasiones incursionan en el narcotráfico o con capos de la droga que se han apoderado de todo un país.

Los volúmenes detectados sugieren que la realidad podría estar más cerca de lo primero que de lo segundo, dijeron las fuentes entrevistadas.

La tendencia no ha pasado desapercibida en Washington. Hace tres años, el Departamento de Justicia presentó cargos contra altos funcionarios del régimen de Maduro, acusándolos de encabezar el denominado Cartel de Los Soles, llamado así por la insignia del sol que usan los generales venezolanos.

Pero algunos albergaban sospechas de que los cargos, que no han llevado a arrestos de los más altos cargos, se hicieron con fines políticos, especialmente dado que la administración del presidente Donald Trump había rechazado la legitimidad de Maduro, reconociendo en cambio al líder de la oposición Juan Guaidó.

Los documentos incluidos en la filtración colombiana, junto con otras pruebas que lo corroboran, podrían ayudar a disipar esas dudas.

“El Cartel de los Soles es una importante organización de narcotráfico, altamente criminalizada que… opera desde los niveles más altos del gobierno venezolano”, dijo IBI Consultants, una firma consultora de seguridad especializada en el crimen organizado transnacional en América Latina en un informe confidencial que fue desarrollado para una agencia policial estadounidense.

Las alianzas criminales

Según informes obtenidos a través de los NarcoFiles, las autoridades colombianas consideran que el Cartel de los Soles es una “amenaza activa” junto con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación y una megabanda venezolana conocida como El Tren de Aragua.

En uno de los informes confidenciales, oficiales colombianos de inteligencia reportaron que el Cartel de los Soles está activo a lo largo de los departamentos fronterizos de Vichada, Guainía y Arauca, en los que estableció alianzas con guerrilleros colombianos y carteles mexicanos para establecer y fortalecer rutas marítimas para el transporte de la droga rumbo a Estados Unidos y Europa, así como para el contrabando de oro y otros minerales extraídos ilícitamente.

El impacto en la política

Esta realidad es el telón de fondo en los esfuerzos emprendidos por la administración Biden por descongelar las tensas relaciones entre Caracas y Washington y fomentar la estabilidad política en Venezuela. El mes pasado, Washington levantó parcialmente las sanciones impuestas por la administración anterior, luego que Caracas se comprometiera a celebrar elecciones justas y libres en el país sudamericano el próximo año.

Sin embargo, esos esfuerzos comenzaron a tropezar a los pocos días, luego que el régimen emprendiera acciones para echar por tierra la selección de María Corina Machado como candidata de la oposición, luego que la dirigenta ganara con un inmenso margen las primarias de los adversarios al chavismo.

La ruta del Catatumbo

Una de las principales fuentes de suministro de cocaína para el cartel venezolano es la región del Catatumbo, en la frontera con el estado Zulia. Esta zona montañosa tiene la tercera mayor concentración de cultivos de hoja de coca de Colombia, con unas 42,000 hectáreas. Según estimaciones de la ONU, cada hectárea produce un promedio de 7.9 kilogramos de cocaína en polvo.

La mayoría de los sembradíos pertenecen a campesinos independientes, que venden la hoja de coca a grupos armados ilegales como el ELN, las disidencias de las FARC y el EPL. Estas organizaciones se encargan de procesar la hoja en pasta o en polvo, y de transportarla por ríos como el Catatumbo, el Zulia y el Tarra hacia territorio venezolano.

Allí, operadores del cartel de los soles, integrado por militares y funcionarios del régimen, han instalado laboratorios para refinar la droga y obtener mayores ganancias. También han construido pistas de aterrizaje cerca de los ríos, desde donde salen avionetas cargadas de cocaína hacia Centroamérica, en su camino a Estados Unidos.

Se calcula que más de 330 toneladas de cocaína pasaron por el estado Zulia desde el Catatumbo solo el año pasado, lo que representa el 60% de las drogas que ingresan a Venezuela. El resto proviene de otras regiones de Colombia, como los llanos y la selva.

La economía ilegal

El comercio de cocaína generó el año pasado alrededor de 25 billones de pesos colombianos, unos $5,900 millones de dólares, solo en la región del Catatumbo. Esta cifra es comparable al 8.5% del producto interno bruto de Venezuela, según un informe de Transparencia Venezuela y Ecoanalítica.

Esta riqueza ilegal ha permitido al régimen de Maduro resistir el impacto de las sanciones estadounidenses y la caída de los ingresos petroleros, que han provocado el colapso de la economía venezolana. Además, la droga se ha convertido en una moneda de cambio para obtener armas, insumos y apoyo político de otros países y actores.

Los acusados

El papel de Venezuela como ruta preferida para el narcotráfico ha sido denunciado por el Departamento de Estado y la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos . Además, el Departamento de Justicia ha presentado cargos contra 14 funcionarios venezolanos de alto rango, incluyendo a Maduro y al diputado Diosdado Cabello.

Entre los acusados también figuran el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, el exvicepresidente Tareck El Aissami, el ministro del Interior Néstor Reverol, el exjefe de inteligencia militar Hugo Carvajal y el general Clíver Alcalá.

Sin embargo, la investigación del Herald revela que el número de involucrados en el narcotráfico es mucho mayor, y que abarca a más de 75 funcionarios y empresarios cercanos al régimen. La mayoría son militares activos o retirados, pero también hay autoridades locales y regionales que controlan las zonas por donde circula la droga.

Tres ex agentes de la DEA coincidieron en que el ejército venezolano y los altos mandos del régimen están directamente involucrados en las operaciones del cartel. Uno de ellos dijo que, dada la estructura jerárquica de las fuerzas armadas, «no hay duda de que los máximos comandantes y el ministro de Defensa están directamente involucrados».

Algunos de los acusados por Estados Unidos han sido extraditados o se han entregado a la justicia, como Carvajal y Alcalá, pero otros siguen en el poder, protegidos por el régimen y por sus socios internacionales.

Venezuela se ha convertido en un puente clave para el tráfico de cocaína desde Colombia hacia otros destinos, especialmente Europa y Estados Unidos. El régimen que controla el país ha hecho del narcotráfico un instrumento del Estado para mantenerse en el poder, según expertos consultados. “Esto no es algo casual. Se ha convertido en un elemento central que permite al régimen sobrevivir”, dijo Douglas Farah, presidente de IBI Consultants.

Tres ejes de operaciones

Las fuentes indicaron que el tráfico de drogas se realiza a través de tres ejes principales que conectan a Colombia con Venezuela, cada uno con sus propias características y actores.

Eje Catatumbo

El primero y más importante es el eje Catatumbo, que abarca la zona fronteriza entre los departamentos colombianos de Norte de Santander y Arauca, y los estados venezolanos de Zulia y Apure. Por esta zona ingresan alrededor del 60% de la cocaína que entra a Venezuela, proveniente de los cultivos de coca en el Catatumbo (38,000 hectáreas a 2022) y el Cauca (21,000 hectáreas).

La droga es transportada por tierra o por aire desde Colombia hasta Venezuela, donde es almacenada y distribuida en fincas, pistas clandestinas y poblados cercanos a la frontera. Los militares venezolanos tienen un papel clave en esta área, ya que reciben pagos para facilitar el ingreso de la droga y han asumido un mayor control de las operaciones, convirtiéndose en proveedores de los cárteles mexicanos. El control militar se ejerce desde el Fuerte Motilón, una guarnición del ejército cerca de Casigua-El Cubo, que domina la zona.

La droga que sale de Venezuela por este eje lo hace principalmente por vía aérea, siguiendo una ruta que va hacia el norte o el noreste por el Caribe, antes de girar hacia el oeste. Esta ruta fue diseñada para evitar los radares en la isla colombiana de San Andrés, cerca de la costa nicaragüense. Sin embargo, las fuentes dijeron que esta ruta ha cambiado después de que las autoridades estadounidenses la detectaron, y los traficantes han recurrido a lanchas rápidas que se dirigen a Haití y la República Dominicana.

Eje Arauca

El segundo eje de operaciones se ubica sobre los llanos colombo-venezolanos, por donde se transporta una parte significativa de la coca cosechada en Putumayo (133,000 hectáreas a 2022) y Guaviare (16,700 hectáreas). En este eje, la droga es enviada desde Colombia hacia las localidades de Cravo Norte, Tame, Fortul y Saravena, y de allí es llevada por los ríos hacia Venezuela.

Como gran parte de los llanos se inundan durante la temporada de lluvias, la mayoría de las cargas se trasladan en pequeñas lanchas o canoas hasta llegar a San Fernando, la capital de Apure, o a pueblos cercanos. La zona también cuenta con hatos ganaderos con acceso a los ríos y pistas de aterrizaje privadas, que han sido usadas por los miembros del cártel venezolano como centros de almacenamiento y distribución.

La mayor parte de la droga que pasa por este eje termina siendo llevada al puerto de Puerto Cabello, el más grande del país, donde la cocaína es ocultada en barcos de carga con destino a Europa, el Caribe o Centroamérica. Las fuentes del interior de Venezuela dijeron que los envíos que transitan por la región de Arauca representan alrededor del 30% del total que ingresa al país.

Eje Vichada-Orinoco

El tercer y más pequeño eje de operaciones funciona alrededor de los ríos Vichada y Orinoco. Los envíos que salen de Colombia suelen llegar por río hasta el pueblo fronterizo de Isla Ratón, y de allí son llevados por bote a través del río Orinoco hasta Puerto Ayacucho, en su camino hacia el norte hacia los estados Delta Amacuro y Monagas.

La mayoría de estas cargas son pequeñas y transportadas en canoas, y representan alrededor de una décima parte del total que ingresa al país.

A pesar de que la mayor parte de los envíos de cocaína entran a Venezuela por zonas remotas y selváticas, las fuentes dijeron que el control general reside en manos de las facciones poderosas que controlan el Estado en Caracas.



¡Participe en las actividades de tenis de playa en Aruba!…





Tauro’s Esthetic Center. Santa Helena Straat #D, Oranjestad, Aruba.
+297 583 7280





Desenmascaran la trama de desfalco, corrupción e impunidad que involucra en Venezuela a Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo, cómplices de la extesorera nacional Claudia Diaz Guillén





Los problemas de César Omaña con la justicia de Estados Unidos y de otro también aliado del opositor venezolano Leopoldo López






Navegación de entradas

Tomado de NarcoFiles revelan cómo Venezuela ha seguido convirtiéndose en un importante puente del narcotráfico mundial