Los observadores avezados del asalto dictatorial que Hugo Chávez ha llevado a cabo en Venezuela recordarán el encuentro, mediado por Jimmy Carter, que Gustavo Cisneros tuvo una vez con Chávez. Hace mucho tiempo nos alertaron sobre las posibles consecuencias de tan impía alianza, entre el dictador y un hombre que personifica el capitalismo desenfrenado, algo que el loco venezolano dice que destruirá el planeta.
A modo de ejemplificación, Marcel Granier, director ejecutivo de RCTV -la cadena de televisión de mayor audiencia de Venezuela a la que le quitaron ilegalmente la licencia de transmisión- denunció ayer que el último capricho de Chávez, de obligar a los canales de televisión internacionales accesibles por cable/suscripción solo a transmitir su interminable charla-a -thons, en realidad está buscando beneficiar a su antiguo socio Cisneros, cuya red Venevision puede ganar participación de mercado en el negocio del cable a partir de la medida ilegal. Entonces, ¿qué más hay de nuevo en la Venezuela socialista del siglo XXI? Ciertamente se parece mucho a su predecesor capitalista y mercantilista del siglo XX.