Conocidos como los “boliburgueses”, poderosos hombres de negocios venezolanos habrían desviado poco más de 1 000 millones de dólares de las arcas públicas para financiarse un fastuoso tren de vida en Estados Unidos. Por ejemplo. Alejandro Andrade, antiguo guardaespaldas de Chávez y extesorero general de la Nación en 2007, fue declarado culpable el pasado 19 de noviembre por esta práctica. Residente de Florida, donde posee un rancho dedicado a la cría de caballos de carreras, el exfuncionario venezolano fue condenado a 10 años de prisión.
Los documentos judiciales consultados por Gotham City evidencian hasta cuándo y cómo los “boliburgueses” utilizaron los bancos de Suiza como herramienta de apoyo para cometer sus delitos.
Solo Alejandro Andrade tenía el control de 17 cuentas en nueve bancos que operan en Suiza, como el HSBC, Julius Bär, Credit Suisse, la Compagnie Bancaire Helvétique en Ginebra, y el PKB en Lugano.
Al declararse culpable, el exfuncionario ha aceptado que la totalidad de sus cuentas sean bloqueadas y que los haberes que resguardan sean transferidos a la justicia estadounidense. Los montos de dichas cuentas no han sido revelados aún.
El antiguo encargado de los fondos públicos reconoció haber recibido sobornos equivalentes a varias decenas de millones de dólares a cambio de ayudar a un grupo de empresarios a realizar negocios que les permitieron, a su vez, desviar fondos públicos por unos 1 000 millones de dólares.
Entre este grupo se cuenta el magnate venezolano de los medios de comunicación Raúl Gorrín, que también tiene cuentas bancarias en Suiza. Propietario de la cadena venezolana Globovisión, Gorrín pagaba directamente sobornos al funcionario desde su cuenta personal en el HSBC Private Banking de Ginebra. Raúl Gorrín también ha sido inculpado por la justicia estadounidense, en su caso, el 20 de noviembre del 2018.
Caballos de carreras, yates, jets y relojes de lujo
Las acusaciones que recaen sobre Alejandro Andrade y Raúl Gorrín revelan que el entonces tesorero no se contentaba con recibir varios millones de dólares en Ginebra, Zúrich y Lugano.
Desde su cuenta en el HSBC, el magnate Raúl Gorrín también pagaba los cuidados veterinarios de los caballos de carreras de Andrade -quien tenía 17 equinos- y cubría también los gastos que generaban tres jets privados y un yate del exfuncionario.
Hay constancia también de que Andrade era amante de los relojes de lujo suizos. Tenía 34, de los cuales 8 eran de la marc Hublot; 5, Franck Muller, y 4 más, Audemars Piquet.
Raúl Gorrín decidió mantener este esquema de corrupción tras la partida de Alejandro Andrade y sobornó también a su sucesora, Claudia Díaz; la que fuera enfermera de Chávez fue nombrada también como tesorera general de la Nación en 2011.
Díaz es objeto de una demanda de extradición interpuesta por Estados Unidos. De prosperar, sería llevada de España, el país en el que reside actualmente junto con su esposo (otro de los guardaespaldas del extinto presidente venezolano) hacia territorio estadounidense.
Las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos no se limitan exclusivamente al gobierno de Hugo Chávez, también amenazan a la administración del actual jefe de Estado, Nicolás Maduro.
Raúl Gorrín se reunió con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, a finales del 2017. Y de acuerdo con el Miami Herald, el empresario intentó durante ese encuentro negociar la salida del poder de Nicolás Maduro, a cambio de que las autoridades estadounidenses dejaran de perseguirle a él y al resto de los “boliburgueses”.
Pero a la luz de la evolución del caso, Gorrín no tuvo éxito.