En el año 2018, el coronel Luis Augusto Piligra Jiménez, entonces presidente de Bolivariana de Puertos (Bolipuertos), S.A., la corporación estatal que regula la actividad portuaria en Venezuela, firmó un contrato de servicio logístico con la empresa carabobeña Pollux Logistic, C.A. Este contrato le otorgaba a esta compañía el manejo de los servicios más rentables del puerto de Puerto Cabello, estado Carabobo, el principal terminal marítimo de Venezuela. El contrato tendría una duración de cinco años, hasta el 31 de diciembre de 2023, con posibilidad de renovación por periodos iguales.
Un negocio redondo para Pollux Logistic
Según el contrato, Pollux Logistic, C.A. se encargaría de las siguientes actividades en el puerto de Puerto Cabello: limpieza y recolección de desechos sólidos, peligrosos y no peligrosos; mantenimiento y reparaciones menores a los buques; amarre y desamarre de buques; abastecimiento de agua, víveres, vituallas, combustible, grasas y lubricantes a los buques; pesaje de las cargas mediante romanas, balanzas o básculas; servicios al turista; consolidación de carga; remolque y lanchaje de buques; inspecciones y verificaciones de carga; inspecciones subacuáticas a los buques; servicios de seguridad y fumigación a los buques y a la carga.
Estas operaciones le reportarían a Pollux Logistic, C.A. el 45 por ciento de las utilidades netas generadas por la prestación de los servicios, mientras que Bolipuertos recibiría el 55 por ciento. Además, Pollux Logistic, C.A. contaría con la infraestructura y los espacios de Bolipuertos para desarrollar sus actividades, lo que le garantizaría un mayor volumen de operaciones.
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Un proceso poco transparente
El contrato entre Bolipuertos y Pollux Logistic, C.A. fue firmado por el administrador de esta última, Yean Carlos Alberto Casadiego Machado, y por el coronel Luis Augusto Piligra Jiménez, quien sería destituido de la presidencia de Bolipuertos poco después, el 20 de abril de 2018, según la Gaceta Oficial N°41.381. Su sucesor sería Reinaldo Antonio Castañeda Rivas.
El contrato formaba parte de una supuesta “alianza estratégica” impulsada por Bolipuertos, en la que solo participaban dos empresas: Pollux Logistic, C.A. y Global Shipping, C.A. Estas empresas, que también actuaban como agencias navieras en Puerto Cabello, terminaron monopolizando las operaciones portuarias y manejando la administración, coordinación, supervisión y recepción de los pagos en divisas extranjeras por los servicios portuarios y actividades conexas. Así, obtenían un alto porcentaje de la facturación dolarizada que se generaba en Bolipuertos.
El proceso de contratación de estas empresas fue cuestionado por su falta de transparencia, ya que no se publicitaron debidamente las convocatorias para que participaran todos los entes y empresas interesados en la actividad portuaria. Además, se denunció que ni Pollux Logistic, C.A. ni Global Shipping, C.A. realizaban directamente las operaciones por las que eran contratadas, sino que subcontrataban a terceros entre empresas discriminadas.
Las obligaciones y ventajas de las partes
El contrato establecía una serie de obligaciones y ventajas para Bolipuertos y Pollux Logistic, C.A. Por parte de Bolipuertos, se debía verificar que el personal de Pollux Logistic, C.A. tuviera el entrenamiento y la capacitación adecuados para el manejo conjunto de las operaciones, las maquinarias, los equipos y los accesorios para los servicios contratados. También se debía constatar que la infraestructura y las instalaciones donde se realizarían las actividades estuvieran en óptimas condiciones para el inicio de las operaciones.
Por su parte, Pollux Logistic, C.A. se comprometía a cumplir con los manuales de normas y procedimientos de Bolipuertos, avalados y certificados según los parámetros internacionales. También se encargaría del mantenimiento y acondicionamiento de los espacios donde se llevarían a cabo los servicios contratados.
Entre las ventajas que el contrato suponía para las partes, se destacaban las siguientes: Bolipuertos se posicionaba como uno de los puertos más competitivos al optimizar el servicio portuario en Puerto Cabello. Además, tendría el control de los servicios contratados y percibiría el 55 por ciento de la utilidad neta. Por otro lado, Pollux Logistic, C.A. obtendría el 45 por ciento de la utilidad neta y contaría con los espacios e infraestructura de Bolipuertos para sus actividades.
El contrato podía ser renovado o revisado de común acuerdo entre las partes, previa notificación escrita con treinta días continuos de anticipación a la fecha de terminación fijada en el mismo.
Otro contrato ilegal
Según se conoció, Piligra Jiménez firmó un contrato con Costco Logistics, una compañía de línea naviera, para que esta operara los muelles 25, 26 y 27 del puerto de Puerto Cabello, dedicados a la carga contenerizada. De esta manera, le cedió el uso exclusivo de unas instalaciones que son propiedad del Estado venezolano, violando la ley que establece que estos bienes deben ser sometidos a licitación pública.
Para lograr este acuerdo, Costco Logistics contó con la intermediación de dos empresarios vinculados al sector naviero: Milton Morales, hijo del exsenador adeco David Morales Bello, y Carlos Gustavo Ostos. Ambos se asociaron con Atahualpa Fernández Arbulu, un empresario peruano que reside en Venezuela y que tiene una buena relación con el gobierno chavista, al que le ha proveído de diversos productos y servicios, como los morrales de Chávez y el agua mineral Tiuna
Morales y Ostos fueron dueños de Global Shipping Group y de la luego expropiada Almacenadora Andrómeda, la segunda empresa más grande en su sector en Puerto Cabello.
El contrato entre Bolipuertos y Costco Logistics se hizo público en marzo de 2018, cuando Piligra Jiménez emitió una circular dirigida a las líneas y agentes navieros, informándoles de la alianza estratégica entre ambas empresas y de los servicios que ofrecerían a través del Sistema de Servicios Portuarios (SSP) en la página web de Bolipuertos. Sin embargo, esta situación generó una fuerte reacción en el gobierno y en particular por parte del ministro de Transporte, Carlos Osorio, que decidió destituir a Piligra Jiménez en abril de 2018, por sus manejos irregulares. En su lugar, fue nombrado Reinaldo Antonio Castañeda Rivas, hombre de confianza del ministro de Agricultura y Tierras, Wilmar Castro Soteldo.
Sin embargo, el puerto de Puerto Cabello ha visto disminuir su actividad considerablemente. Actualmente, solo recibe un barco de la empresa Mediterranean Shipping Company, MSC, y algunos equipos de Maersk y Hamburg Süd. El resto de las operaciones están en manos de Costco Logistics, que se ha convertido en un monopolio que presta servicios a las naves que llegan al puerto, con el beneplácito que tuvo del coronel Piligra Jiménez, quien privatizó los servicios más rentables de la terminal marítima y entregó parte de sus instalaciones a una empresa privada.
Corrupción y lujos: la historia detrás de la detención del presidente de Lácteos Los Andes y su pareja
Otro escándalo de corrupción sacudió a la empresa estatal venezolana Lácteos Los Andes en mayo de 2021, cuando su presidente, el coronel Luis Augusto Piligra Jiménez, y su pareja, Amelys Aracely Cabrera Gómez, fueron detenidos por la Fiscalía por presuntamente desviar fondos públicos, contratar empresas de maletín y enriquecerse ilícitamente.
Piligra Jiménez desempeñó funciones como director de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) en Guayana, desde julio de 2012 hasta agosto de 2013. También ocupó el cargo de gerente de Finanzas en CVG Ferrominera Orinoco, desde septiembre de 2013 hasta agosto de 2015. Luego, asumió la presidencia de CVG Venezolana de Aluminios (CVG Venalum) desde agosto de 2015 hasta marzo de 2017.
Una vida de ostentación
El fiscal general Tarek William Saab reveló que Piligra Jiménez había acumulado una fortuna de forma vertiginosa, que le permitía llevar una vida de «escándalo». Entre sus bienes, se encontraban yates, aviones, vehículos de alta gama, apartamentos de lujo y fincas en diferentes lugares de Venezuela.
Piligra Jiménez había sido nombrado presidente de Lácteos Los Andes en 2018, luego de haber ocupado el mismo cargo en Bolipuertos, donde también se le habían señalado irregularidades y corrupción.
Una red de empresas de maletín
Según la investigación de la Fiscalía, Piligra Jiménez y Cabrera Gómez habían creado una red de empresas de maletín, en las que figuraban como representantes legales y accionistas amigos, familiares y presuntas amantes. Estas empresas eran contratadas por Lácteos Los Andes sin licitaciones previas y con pagos inflados, lo que les generaba grandes ganancias.
Entre las empresas de maletín, se encontraba Novedades Miguel García 2019, que proveía a Lácteos Los Andes de papelería y artículos de oficina. Esta empresa era propiedad de Laura Yelitza Álvarez, hermana de Piligra Jiménez, y de Amelys Aracely Cabrera Gómez, su pareja y amante.
Un bodegón y una marca propia
Además de las empresas de maletín, Piligra Jiménez y Cabrera Gómez también eran dueños de La Esquinita Gourmet, un bodegón que vendía alimentos importados y productos nacionales de Lácteos Los Andes. Asimismo, tenían la marca de leche en polvo Villa La Estancia, que pertenecía a Piligra Jiménez y que se presume que utilizaba la materia prima de la empresa pública.
Piligra Jiménez también poseía un hato en el estado Apure, llamado Villa La Estancia, y una agropecuaria que funcionaba dentro del hato, de nombre MALUGA C.A.
Un suicidio y unas detenciones
La noticia de la detención de Piligra Jiménez y Cabrera Gómez causó conmoción en Lácteos Los Andes. Reinaldo González, gerente de Comercialización y Ventas de la empresa, se quitó la vida lanzándose desde un octavo piso al enterarse de la situación.
Por su parte, Piligra Jiménez y Cabrera Gómez fueron imputados por la presunta comisión de peculado doloso propio, concierto de funcionario con contratista, evasión de procedimientos licitatorios, peculado de uso, legitimación de capitales y asociación.
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