Le cuestionan a Nelson Merentes la permanencia del Impuesto al Débito Bancario para 2006

Nelson Merentes

En un extenso análisis al proyecto de ley de presupuesto 2006, Veneconomía considera que será difícil reducir la deuda interna, tal y como lo propone el Gobierno. A continuación la evaluación:

El martes 18 de octubre, el ministro de Finanzas presentó el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2006 ante la Asamblea Nacional con el usual despliegue de parafernalia. Lo lamentable es que el presupuesto de la nación sea una pantomima. Ni las cifras se ajustan a la realidad ni la Asamblea Nacional cumplirá con su obligación de analizarlas y evaluarlas a fondo.


Para empezar, es una falacia decir que los 87 billones de bolívares del presupuesto 2006 significan 27% de incremento con respecto al presupuesto de 2005, cuando realmente el aumento presupuestario es sólo de 10%, si se toma en cuenta que el presupuesto ordinario de este año fue de 69 billones de bolívares que, sumado a los créditos adicionales, alcanza a 80 billones de bolívares. Además, en el presupuesto de 2006 no están incluidos los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo ni del Fondespa, que suman más de 8 mil millones de dólares, los cuales no cumplen ni siquiera con la formalidad de pasearse por la Asamblea Nacional.


Por otro lado, varias de las premisas en las cuales está basado el presupuesto 2006 son falsas. Por ejemplo, el precio del petróleo se estima a 26 dólares por barril, o sea, la mitad del precio actual de 50,78 dólares el barril. Aunque la mayoría de los analistas prevé que el precio del petróleo se mantendrá alto por lo menos hasta el año 2007, lo que realmente le importa al Ejecutivo es subestimar los ingresos. Con esta subestimación se reduce automáticamente el Situado Constitucional que le corresponde a los estados y municipios, con lo cual deja a los gobiernos regionales a la merced del poder central, léase el primer mandatario. Con ello, además de impedir la planificación de su gestión a gobernadores y alcaldes, hace a éstos más manejables y dúctiles a los mandatos de la revolución.


El presupuesto 2006 también prevé que la paridad cambiaria se mantenga congelada en 2 mil 150 bolívares por dólar. Con esto, el sector más favorecido sería el importador y los nuevos socios/beneficiarios del exterior del gobierno bolivariano, en perjuicio de los productores nacionales.


Otra observación al presupuesto presentado por el ministro de Finanzas Nelson Merentes, es la permanencia del Impuesto al Débito Bancario para 2006. Este es un impuesto distorsionante y terriblemente regresivo, que afecta a unos sectores más que a otros, siendo uno de los más perjudicados el sector comercio de bienes masivos. La Asamblea Nacional había acordado aprobar una Ley de Casinos que generaría al fisco los recursos suficientes para eliminar el IDB, pero se ve que más fuerza tuvo el poder de los empresarios del juego que el interés colectivo de los venezolanos.


Finalmente, sólo queda sentarse y esperar que las promesas realizadas por el ministro Merentes al legislativo se hagan realidad, y los venezolanos vean cómo lleva a cabo la proeza de reducir la deuda pública en pleno proceso de elecciones presidenciales.