En el mundo empresarial saben las estrategias necesarias para no perder un bastión tan importante como Fedecámaras. Con o sin las mejores relaciones con el poder central, el gremio de empresarios sabía que tenía que luchar hasta el final para demostrar que todavía mantiene una posición clara y fuerte en contra de concentración de poder. Ahora, le toca a los nuevos líderes electos de Fedecámaras demostrar que las caras son nuevas o que las viejas seguirán las órdenes del nuevo jefe, que las estrategias son otras. Betancourt y su equipo no podrán desligarse de la política, pero tampoco podrán utilizar los mismos mecanismos de presión de los liderazgos pasados, no porque sean malos, sino porque ya están identificados y descifrados por el gobierno de Chávez. Las nuevas estrategias tienen que hacer reaccionar al sector bancario gobiernero y silenciado, al sector de importadores y a otro grupo de empresarios que se ha mantenido al margen de lo que pueda ser un salpique político impropio. Una fuente del alto gobierno le informó a Descifrado.com que José Luis Betancourt sostuvo encuentros cercanos del segundo tipo que le abrieron camino en sus relaciones con el gobierno de Chávez.