Jesús Alfredo Vergara Betancourt (cédula de identidad V-10.046.217) es un empresario venezolano, conocido por su participación en diversas actividades comerciales como la de agencia marina Desarrollos 1405 C.A. (contratista de PDVSA) y su labor filantrópica a través de la Fundación Lala. Sin embargo, su nombre también ha estado vinculado a investigaciones y acusaciones relacionadas con estafas financieras y presuntos casos de corrupción en el ámbito empresarial, concretamente, junto a su socio Roberto Añez (cédula de identidad V-5.533.799), accionista de Avior Airlines. Actualmente, ambos están siendo perseguidos por la Fiscalía 73ª del Área Metropolitana de Caracas, encargada de los delitos contra la Legitimación de Capitales, Delitos Financieros y Económicos.
Aunque se les busca por el caso de lavados de activos de PDVSA usando criptomonedas -caso por el que también se ha interesado la Europol y en el que están involucrados otros nombres como Jorge Dellán, Jorge Añez, Aleczander Añez y Pedro Ferrer– no es la primera vez que Jesús Vergara se encuentra en el ojo del huracán.
En el 2020, Jesús Vergara Betancourt fue privado de su libertad por la DGCIM y posteriormente imputado por los delitos de estafa agravada de acción continuada y asociación para delinquir. Estas acusaciones surgieron a raíz de supuestos incumplimientos en pagos de sus empresas (Farmacia Lala y SMS Casting de Venezuela) a instituciones con las que mantenía relaciones financieras, como CVG Venalum y PDVSA. Las investigaciones corrían desde el año 2012, pero fueron engavetadas por diversos funcionarios según contaron fuentes a El Pitazo. A pesar de ser reconocido por su labor social a través de la Fundación Lala, se vio envuelto en este proceso judicial que puso en entredicho su reputación, junto a la de su socio Freddy José García Gutiérrez.
La trayectoria empresarial de Jesús Vergara, ingeniero electrónico e informático, se remonta a más de 30 años, cuando comenzó con tiendas de computadoras en Puerto Ordaz. Posteriormente, fundó la Farmacia Lala, que se convirtió en contratista de CVG Venalum, una importante reductora de aluminio en Venezuela. A partir de este negocio, Vergara incursionó en el sector del aluminio y estableció diversas empresas relacionadas con esta industria.
Se ha señalado que Jesús Vergara ha tenido vínculos con personalidades relacionadas con el chavismo, como Ángel Marcano, Isaías Suárez Chourio y el propio José Khan. Su participación en el negocio del aluminio y sus contratos con empresas estatales como Venalum, Ferrominera del Orínoco, Alcasa y Bauxilum han generado acusaciones de corrupción. Junto a su clan de testaferros integrado por Alberto Obadia, Emilio Garet, Yamal Mustafá, Rafael Soler y Gersón Zambrano se le ha atribuido el uso de sobornos, chantaje y manipulación de los medios de comunicación para obtener contratos millonarios y desprestigiar a sus adversarios.
Sus allegados en el gobierno le permitían manejar entre 300 y 800 TM al mes de aluminio de las empresas básicas, el cual desde 2009 movía en el mercado negro y facturaba a través de la Farmacia Lala. Pronto su grupo de empresas creció con nombres VG Metal, V Aluminium Group, Commodities de Venezuela, Farmosur, Allumiservices, Droguería Lala y Sidutrade; todas dedicadas a la misma actividad y donde firmaba alguno de sus testaferros.
Harrison Ashman describió su actividad en la investigación periodística “Las verdaderas mafias del aluminio en Venezuela”, donde narraba la actividad de Jesús Vergara de este modo “En esa relación comercial, firmado con contratos suscrito, por ejemplo, el 30 de agosto de 2011, en el que garantizó el suministro de 1,4 millones de toneladas de bauxita a cambio de un préstamo por 120 millones de dólares, dicha cifra al día de hoy no fue cancelada”.
El ex diputado Andrés Velásquez, denunció en 2013 estas actividades ante la Asamblea Nacional, donde le dio el nombre a las actividades de Jesús Vergara, Rossi Heredia y el ex vicepresidente de Alcasa, Luis Romero, como el “cartel del narcoaluminio”, cuando fue interceptado en Rusia un barco de bandera filipina, cargado de droga, que había salido de Puerto Ordaz camuflado como una carga de lingotes de aluminio.
En el año 2016, una circular de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) dirigida al Servicio Autónomo de Registros y Notarías (SAREN), pedía todos los registros de propiedades de Jesús Vergara Betancourt, su hijo Jesús Vergara y su padre Carlos Julio Vergara, junto al de sus socios Miguel Leonardo La Forgia Serrano y Ronal Jesús López Hernández. El fin, era relacionar las propiedades del clan con el lavado de activos, pero está investigación también fue engavetada.
Concretamente, las empresas investigadas eran:
VG METALS
Rif: J-29417473-6
Objeto: Fundición De Metales No Ferrosos
Dirección: Zona industrial Matanzas, Calle Arboleda, CC Bucare, Parcela 503-01-19 Puerto Ordaz, (Estado Bolívar)
DROGUERIA LALA
Rif: J-29391237-7
Objeto: Venta Al Por Mayor De Otros Productos No Especializados
Dirección: Av. Parque Industrial los Pinos, Centro Comercial Empresarial LALA Nivel 1, Puerto Ordaz (Estado Bolívar)
SIDUTRADE
Nro de Registro: 105304
Director: Jesús Alfredo Vergara Betancourt
Objeto: Compra, venta, importación y exportación de todo tipo de materias primas, permitiendo a las empresas nacionales e internacionales explorar las diferentes oportunidades existentes en el mercado.
Dirección: De Rouvilleweg N° 67, PO Box 6058, Curaçao Netherlands Antilles, Tel. nr.: + 599 9 4627690 or + 4625379.
A pesar de las acusaciones en su contra, Jesús Vergara ha logrado consolidar su imagen como un empresario filantrópico a través de la Fundación Lala. Esta fundación se ha destacado por financiar becas estudiantiles y realizar aportes económicos a organizaciones sociales en el estado Bolívar. Sin embargo, su participación en actividades empresariales y los cuestionamientos sobre su conducta ética han generado controversia y han puesto en tela de juicio su reputación.