Instituto Casla denuncia existencia de centro de tortura cerca de Caracas

El Instituto Casla, dirigido por la defensora de los derechos humanos Tamara Suju, identificó en un reciente informe, uno de los centros de tortura que mantiene la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) cerca de la capital venezolana, reseñó Primer Informe.

Recientemente, junto Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA),  Tamara Suju presentó el «Informe Anual de Crímenes de Lesa Humanidad 2021. Licencia para Matar y Torturar».

Según explicó Suju, gracias a la colaboración de informantes, han logrado detectar  «los nuevos lugares para encarcelar y torturar» en Venezuela. Estos hallazgos siguen demostrando que existe planificación sistemática de represión y tortura, añadió.

Respecto a uno de esos nuevos centros de torturas del DGCIM, ubicado en el sector de “La Mariposa», dijo que tiene una historia macabra. «Civiles y militares han sido detenidos y llevados a este lugar para someterlos a las peores torturas que puedan imaginar. Aquí torturaron al Capitán Rafael Acosta Arévalo, quien murió a los pies de un juez”, denunció Suju.

Este lugar está ubicado en los límites del Fuerte Militar conocido como Fuerte Tiuna, en Caracas. Es una una zona montañosa y boscosa. Allí, según información de varias fuentes al Instituto Casla, antes funcionaba aparentemente el Club de Cartografía Nacional.

Además de ser un centro de torturas del DGCIM, grupos élite de ese organismo de inteligencia usan el recinto para entrenar y probar nuevo armamento. El teniente coronel Alexander Granko Arteaga, identificado como uno de los principales torturadores,  lo utiliza para esos fines con sus funcionarios de mayor confianza.

En sus instalaciones hay varias cabañas que han sido utilizadas como estaciones de tortura. También posee una zona montañosa por donde llevan a las víctimas amarradas, encapuchadas y desnudas. En el trayecto sufren rasguños y cortadas con las ramas de los árboles y lo que van pisando.

Allí los torturan de diferentes maneras. Los que someten, por ejemplo, a juegos de la ruleta rusa mientras están amarrados a un árbol o arrodillados en algún lugar del camino. Les disparan armas cerca de la cabeza. A veces las detonaciones, cerca de los oídos, les producen ensordecimiento a las víctimas.

Este lugar también posee pequeños pozos fangosos donde meten a las víctimas y las dejan el tiempo necesario para que salgan con síntomas de congelamiento.

En las distintas cabañas hay objetos para torturar. Entre ellos: poleas con cadenas, látigos, cabillas, tablas de madera, bates de béisbol, cables de electricidad, baterías de autos, cautín, tobos de agua, bolsas plásticas.

También hay: sustancias toxicas que les agregan a las bolsas para asfixiarlos o que mezclan con agua para echárselas en la piel, mangueras de agua para bañarlos con agua fría, a manera de tortura, a las primeras horas o días, antes de llevarlos a la sede del organismo de inteligencia militar.

Tomado de Instituto Casla denuncia existencia de centro de tortura cerca de Caracas