INFORME Forbes: El escándalo de Citgo sacude los mercados energéticos

El caso de Citgo sirve como una cruda advertencia: las leyes estadounidenses, y potencialmente las leyes de otras naciones, pueden no proteger los activos de dichas empresas si se utilizan con fines políticos.

Ariel Cohen | Forbes

Después de una larga y complicada batalla legal, una sentencia dictada en enero de 2023 dictaminó que Citgo, la filial petrolera de propiedad venezolana en Estados Unidos que sirvió como salvavidas de Caracas para los mercados energéticos mundiales, es responsable de las deudas de la petrolera estatal venezolana, Pdvsa. Este fallo, dictado a pesar de que Citgo no ha sido controlado por el Estado venezolano durante años, puede reordenar la relación entre las empresas estatales, la deuda y los mercados a nivel mundial.

A estas alturas, muchos tienen un conocimiento pasajero de la crisis venezolana. Si bien las malas prácticas del régimen de Maduro han dominado los titulares durante mucho tiempo, esta vez, la atención se centra igualmente en la oposición, arrojando una sombra sobre sus afirmaciones de liderazgo. Durante años, la narrativa fue sencilla: el régimen autoritario de Maduro, alimentado por la corrupción y la mala gestión, había llevado a Venezuela al abismo. La oposición, encabezada por figuras como Juan Guaidó, representó un rayo de esperanza, luchando por la restauración democrática y la recuperación económica. Esta narrativa, sin embargo, ha sido destrozada por el reciente fallo judicial que revela una verdad impactante: la misma oposición a la que se le había confiado Citgo, la joya de la corona de Venezuela en el sector petrolero estadounidense, había saqueado las arcas de la compañía.

La administración Trump, decidida a paralizar el régimen de Maduro, había puesto a Citgo bajo control de la oposición en 2019 como parte de sus «tácticas de asfixia». Esta medida tenía como objetivo cortar las fuentes de ingresos vitales del régimen y forzar un cambio de liderazgo. Sin embargo, la decisión del tribunal expuso una cruda realidad: la oposición, a quien se le había confiado esta poderosa herramienta, la había utilizado para beneficio personal, malversando fondos y desdibujando las líneas entre el activismo político y el oportunismo financiero.

El fallo judicial anuló las protecciones de responsabilidad limitada de Citgo, abriendo una caja de Pandora para las empresas estatales de todo el mundo. Esta sentencia plantea preguntas escalofriantes. Los países que utilizan empresas estatales como instrumentos para sus agendas y fines deben prestar atención. El caso de Citgo sirve como una cruda advertencia: las leyes estadounidenses, y potencialmente las leyes de otras naciones, pueden no proteger los activos de dichas empresas si se utilizan con fines políticos. Este fallo es una llamada de atención para quienes dependen de estas entidades como herramientas económicas y políticas.

Para Estados Unidos, el escándalo de Citgo sirve como una dura lección sobre los peligros de la lealtad ciega. Respaldar a los «buenos» sin una investigación y supervisión adecuadas no es un camino garantizado hacia el éxito. La historia está repleta de ejemplos, el más reciente con la oposición iraquí, donde el alineamiento con actores aparentemente justos ha resultado contraproducente. Apoyar a cualquier grupo de oposición basándose únicamente en su postura contra el régimen corre el riesgo de empoderar a los actores con sus agendas, lo que podría exacerbar los problemas que uno busca resolver.

El reciente compromiso de la administración Biden con Maduro, incluida la revocación parcial de algunas sanciones de la era Trump en el marco de los Acuerdos de Barbados, ha suscitado reacciones encontradas. Si bien algunos lo ven como un paso pragmático para aliviar las presiones sobre los precios del petróleo y potencialmente alentar la cooperación en la gestión de la migración, otros siguen siendo escépticos, temiendo que legitime el continuo desafío de Maduro a los principios democráticos y los derechos humanos.

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Este enfoque cauteloso refleja la compleja realidad de la crisis de Venezuela. El éxodo masivo de más de 7,7 millones de venezolanos desde 2015, muchos de los cuales han llegado a países vecinos y a Estados Unidos, crea una presión significativa sobre la administración Biden para encontrar formas de detener el flujo de migrantes. Colaborar con Maduro, aunque sea de manera imperfecta, ofrece una posible vía para abordar este problema, incluida la aceptación de la deportación de algunos inmigrantes venezolanos desde Estados Unidos.

Sin embargo, este pragmatismo no puede lograrse a expensas de descuidar las causas subyacentes de los problemas de Venezuela. El colapso económico, el malestar social y el éxodo masivo del país no son simplemente el resultado del autoritarismo de Maduro; son la culminación de años de mala gestión, corrupción y de priorizar las ganancias de corto plazo sobre la estabilidad de largo plazo.

Estados Unidos debe ir más allá de soluciones rápidas y acuerdos transaccionales con Maduro. En cambio, debería priorizar el apoyo a iniciativas que promuevan la transparencia, la rendición de cuentas y el estado de derecho. Estos esfuerzos deben incluir responsabilizar a todos los actores por sus acciones, independientemente de su afiliación política. El reciente escándalo de Citgo demuestra que ambos lados de la división política de Venezuela han contribuido a la tragedia del país. Sólo exigiendo reformas genuinas y transparencia a todas las partes Venezuela podrá esperar escapar de su espiral descendente y construir un futuro mejor para su pueblo.

El atolladero de Venezuela muestra la Caja de Pandora en muchos niveles. Con este sorprendente precedente no sólo se ha abierto la Caja de Pandora para todas las empresas estatales del mundo, sino que la propia Venezuela ya ha abierto la Caja de Pandora. La búsqueda de logros políticos efímeros a expensas de las instituciones y la sostenibilidad a largo plazo ha llevado a este fracaso, que sólo genera más improvisaciones desastrosas. Esta lección trasciende fronteras y ofrece una advertencia para todos aquellos tentados a seguir el ruinoso camino de Venezuela. La difícil situación del país es un testimonio de las devastadoras consecuencias de la corrupción desenfrenada, la polarización política y la priorización del beneficio personal sobre el bienestar de la nación.

 

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Tomado de INFORME Forbes: El escándalo de Citgo sacude los mercados energéticos