No hay quien entienda a los operadores cambiarios. Hace dos semanas, el 11 de abril, aplaudían el método del ministro de Finanzas, Nelson Merentes, y del director de Crédito Públlico, Rudolph Römer, y decían que “ésta es la mejor asignación de bonos en lo que va de historia de estas recientes transacciones”. Hoy, algunos critican la “mentalidad conservadora y poco financiera” de la nueva dupla . Se quejan porque no han obtenido los resultados esperados. Porque el paralelo se mantiene entre 2 mil 560 y 2 mil 610 bolívares, con tendencia hacia la baja y el propósito era obtener dólares baratos. Ganar ganar. Pero no, no hay forma de complacerlos. Hay algunos que hasta han llegado a decir que “este tipo de operaciones no van a ser atractivas en el futuro si se manejan así”. Otros repiten una y otra vez que “era preferible la sensación de escasez provocaban Nóbrega y Dopazo con las asignaciones en las emisiones de bonos. Ellos sabían cómo dejar la incertidumbre y el hambre por más bonos en el mercado, ahora todo es apatía”, como dijo un representante de una Casa de Bolsa.
Sin embargo, hay otro grupo se mantiene firme y auque reconoce no estar registrando las ganancias esperadas, asegura que “lo que pasaba antes era que por el mal reparto, algunos se montaban por encima de lo que en realidad podían asumir, pero lo justo y lo lógico son las asignaciones equilibradas, y en ese sentido esta es la emisión más transparente que se ha hecho. Y los resultados pueden no ser los mejores, pero hay que mantener una conducta profesional” .