Gustavo Mirabal Castro, el hombre que pasó de una vida modesta en Venezuela a ser propietario de granjas de equitación, yates y otros lujos gracias a sus conexiones con funcionarios corruptos

Una bandera de Venezuela se alza en el centro de entrenamiento ecuestre en Florida, Estados Unidos. El Palm Beach G&C Farm, propiedad de los esposos venezolanos Gustavo y Carolina Mirabal, tiene como visión -de acuerdo con su página web- calificar a jinetes en todos los torneos de alto nivel como las competiciones finales de la Copa del Mundo, Juegos Ecuestres Mundiales y Juegos Olímpicos. Uno de sus campeones es Emanuel Andrade, hijo del teniente y extesorero nacional venezolano Alejandro Andrade, quien cumplió condena en los Estados Unidos por recibir sobornos y por blanqueo de dinero.

Hay una cancha de salto, una caminadora para ocho caballos, una caminadora individual, seis potreros; también una lavandería, un depósito de heno, un cuarto de alimentos y medicinas, apartamento de dos habitaciones para los caballerizos. G&C Farm, con un terreno de 4 acres -equivalente a 16.187,43 metros cuadrados-, comenzó sus actividades en 2009 en la ciudad de Wellington, Florida, no sólo como centro de entrenamiento, sino también como patrocinador de eventos ecuestres: $75.000 para la Copa de Naciones -todos los años durante el Festival Ecuestre de Invierno (WEF)-, $50.000 para el Palm Beach Jumper Derby, $200.000 para el Gene Mische American Invitational, así como también el patrocinio correspondiente al G&C Farm Leading Rider Award del torneo Gucci Master de Paris y las doce pruebas de 1,45 metros que incluye pruebas puntuales para el FEI Rolex Challenge. Una fortuna dedicada al desarrollo del deporte ecuestre, según la web Poderopedia.

Gustavo y Carolina tienen tres hijas: todos posan en una fotografía publicada en la página web de G&C Farm como propietarios y jinetes de la organización. Gustavo Adolfo Mirabal Castro, sin embargo, es el hombre de negocios de la casa: figura en bases de datos públicas como presidente y vicepresidente de Farm G&C Inc., junto a Mónica Calabrese como directora, Iveth Landa como secretaria y Carlos Mirabal como tesorero. Pablos Barrios, María Fernanda Faría y Ramón F. Llaneza ocuparon antes la presidencia. Mirabal Castro, además, conforma junto a su esposa la gerencia de la empresa Wellington Property Holding LLC desde 2009. Su hijo, Gustavo Mirabal Hernández, fruto de su matrimonio anterior con Alexandra Bejarano Hernández, dirige, por su parte, la empresa panameña Carpe Diem Productions, S. A.

El más viejo de los ‘Gustavo Mirabal’ es el abuelo de éste, a su vez padre de Gustavo Mirabal Castro: Gustavo Alfredo Mirabal Bustillo, antiguo dirigente del partido político Acción Democrática, exmiembro del Congreso Nacional –donde presidió la Comisión de Contraloría de la Cámara de Diputados-, exministro de Fomento (gobierno de Jaime Lusinchi) y ex gobernador del estado Miranda (1985). Fue uno de los firmantes del “Manifiesto por la libertad” en 2006 luego de que el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, y tres oficiales de la Fuerza Armada de Venezuela -Coronel Jesús Faría, Coronel Darío Faría y Capitán Rafael Farías- salieran en libertad de la cárcel de Ramo Verde. En 2013, de cara a las elecciones municipales, manifestó su apoyo por el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática para alcalde del municipio Guaicaipuro (Los Teques), en Miranda.

Otra parte de su trayectoria evidencia que la pasión ecuestre es hereditaria: Mirabal Bustillos fue propietario del stud Trabucazo, con un caballo campeón en los años ochenta, y además ocupó la presidencia del Instituto Nacional de Hipódromos a finales de esa década. Hoy su hijo Mirabal Castro tiene, además del paraíso ecuestre de Florida, al menos diez caballos inscritos en la Federación Venezolana de Deportes Ecuestres.

“Felicitaciones a Andrés Rodríguez y Emanuel Andrade en los Juegos Panamericanos! Esta es la nueva generación de pilotos venezolanos!”, se leía en uno de los tweets de la cuenta de G&C Farm. La ventaja de tener a Andrade entre sus filas –como jinete destacado en torneos nacionales e internacionales- subyace bajo la sombra del enriquecimiento ilícito del padre: el teniente Alejandro Andrade ocupó, entre otros, cargos públicos del sector financiero -presidente de fundaciones y fondos, tesorero nacional, presidente de un banco-, por cuyas gestiones ha sido sometido a investigación en Venezuela –a través de la Asamblea Nacional venezolana- y el exterior –por el FBI, según el periodista Casto Ocando-. Incluso llegó a ser interpelado públicamente por el propio expresidente (hoy fallecido) Hugo Chávez.

 

«Discretamente, Andrade había comenzado a establecer conexiones en el sur de la Florida desde 2008 con miras a largo plazo. Obtuvo una visa de inversionista gracias a la experticia de abogados y asesores de inteligencia que contrató en Miami. Con la ayuda de su amigo el también venezolano Gustavo Mirabal, propietario de G&C Farm, una enorme finca de cría y entrenamiento de caballos de salto en Wellington, Andrade comenzó a penetrar los cerrados círculos de la aristocracia de Palm Beach a través de competencias ecuestres, una de sus pasiones que cultivó en Venezuela», expone el libro «Chavistas en el imperio», del periodista Casto Ocando.

Versiones extraoficiales vinculan a Gustavo Mirabal Castro con las prácticas ilícitas de Andrade: “Una fuente ultra confidencial juró con la biblia en la mano y la otra en el pecho que es el testaferro del ex escolta de Chávez», publicó el medio El Estímulo, donde indicó que Mirabal lleva “estilo de vida a lo Ralph Laurent”. Otra página web, Informe25.com, publicó un texto, firmado por Elio Márquez, titulado “¿De dónde tiene tanto dinero Gustavo Mirabal?”.

En Venezuela, Mirabal Castro trabajó hasta diciembre de 1989 en el Banco Industrial de Venezuela y al año siguiente fundó la firma de abogados Mirabal, Núñez & Asociados Despacho de Abogados S.C, actualmente llamada Mirabal & Asociados, que integra junto a Carlos Alberto Mirabal Fernández, Susana A. Alba Arteta, Edgar A. Rodríguez López y Sascha W. Blatnik. La compañía está domiciliada en Caracas y ofrece servicios vinculados a las áreas mercantil, comercial, tributaria, así como todo lo relacionado con propiedad intelectual, inversiones extranjeras y asesoría cambiaria, litigios, finanzas y mercados de capitales.

La familia Mirabal sumó otro país a sus negocios a principios de 2015: el portal digital Globalcaballos.com da cuenta de la instalación de G&C Granja Europa (C&C Farm) en la finca Añon Familia Establos, en España. “La familia de G&C está muy feliz de estar con sede en Europa, especialmente en la bella ciudad de Madrid, donde vamos a estar viviendo tiempo completo en junio de 2015″, declaró entonces el hombre de cuestionada fortuna que hoy figura como uno de los mayores empresarios venezolanos del hipismo internacional.

Conflictos familiares

“Tras haber vivido el dolor más profundo que cualquier madre pueda imaginar, regreso para relatar este horror». Con esta frase, iniciaba un hilo en Twitter de la abogada María Gabriela Mirabal, hermana de Gustavo Mirabal Castro, señalado como testaferro de Alejandro Andrade, el ex Tesorero Nacional venezolano y exescolta de Hugo Chávez que fue arrestado en los Estados Unidos.

La historia con la que continúa relata lo que le sucedió en el año 2020, cuando su hijo, tras 10 años de ausencia, tocó a su puerta y la golpeó, para que callara. Ese había sido entonces el último acecho que había denunciado María Gabriela Mirabal, tras más de un año de denunciar a su hermano, Gustavo Mirabal Castro, de participar como testaferro en actos de corrupción.

«Mi hijo Gustavo Arrieche Mirabal, a quien no veía desde hace 10 años, apareció en mi puerta el domingo 16. Mi alegría fue inimaginable! Solo duró 2 seg!!!. Corrí a abrazarlo:»mi amor, mi bebé»!!. Sacó una pistola, la puso en mi sien, me roció con gas pimienta. El matón que vino con él estaba desconcertado”, relató Mirabal en su cuenta oficial Twitter el 20 de agosto de 2020, según la web El Estímulo.

“Para quienes no conocen mi historia, mi hermano, Gustavo Adolfo Mirabal Castro, es testaferro de Alejandro Andrade. Se robó $ 250 millones. Compró a mis padres, hermanas, finalmente a mis hijos. Nunca fui partícipe de sus actos ilícitos; lo repudié y denuncié ante autoridades, a través de las redes sociales, dentro y fuera de Venezuela. Hoy se esconde en Dubai, rodeado de lujos y caprichos que el dinero mal habido compra. A raíz de mis denuncias se le cerraron muchas puertas, congelamiento de bienes y dinero. Las represalias no tardaron en llegar: Víctima de terrorismo judicial, secuestro, injurias, agresiones físicas y psicológicas. Prohibición de salida del país. No pudieron conmigo!..Hasta hoy”.

Inversiones en España

En Venezuela, Mirabal trabajó para el Banco Industrial de Venezuela (BIV) cuando el presidente del organismo era Leonardo González Dellán, uno de los hombres de confianza de Alejandro Andrade. De allí, fue que se conectó con Andrade.

Según las denuncias que ha hecho María Gabriela Mirabal, luego de conocer al exguardaespaldas de Chávez, Mirabal Castro se hizo con una fortuna que lo llevó de vivir en una zona de clase media a una propiedad más costosa. Desde allí empezó a comprar propiedades y tener una mayor fortuna.

En 2015, Gustavo Mirabal se fue de Florida a Madrid, lugar en el que estuvo solo cuatro años. Allí se asoció con Sergio Álvarez Moya en una empresa hípica. Tenían caballos en sociedad y compitieron en varios certámenes por el continente europeo.

Sin embargo, pocos años después su mirada se dirigió a Dubái, una ciudad de lujos y millonarios.

En septiembre de 2019, abre una dentro del Centro Internacional Financiero de Dubái. Desde allí, opera como asesor externo de empresas o personas naturales «en aras de resguardar su patrimonio, bienes familiares, etc», se lee en una página web que lleva su nombre.

Una mansión de tres plantas en uno de los barrios más tradicionales y ostentosos de Madrid, un superyate valorado en 7,6 millones de dólares, caballos de competencia y obras de arte, son algunos de los lujos que el abogado venezolano Gustavo Mirabal Castro se dio mientras vivía en la capital española. Esa estadía llegó a su fin en octubre de 2019 con la venta de su inmenso chalet que, a través de una inmobiliaria, pasó a las manos del futbolista croata Luka Modric, astro del Real Madrid, quien pagó más de 13 millones de dólares por la vivienda, según reseñas de la prensa deportiva española, según un reporte de Carlos Crespo para la web Armando.info.

Documentos provenientes de los Papeles de Pandora, una masiva filtración de 11,9 millones de archivos financieros, recibida y procesada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), revelan que Mirabal Castro se valió de la offshore Lisal Enterprises Limited, registrada en las Islas Vírgenes Británicas, para comprar el yate Sanoo a finales de 2016.

Los registros inmobiliarios de la capital española, obtenidos a través del Proyecto sobre Delincuencia Organizada y Corrupción (Occrp, por sus siglas en inglés), muestran que años después, el 3 de octubre de 2019, Modric, el mejor jugador de la más reciente Copa del Mundo en Rusia, compró la mansión de Mirabal.

Mirabal Castro, un exempleado del desaparecido Banco Industrial de Venezuela (BIV), y muy cercano al expresidente de esa institución, Leonardo González Dellán —sancionado por Estados Unidos en 2019 por presunto lavado de dinero—, fue acusado por su propia hermana de ser uno de los presuntos testaferros del extesorero nacional de Venezuela, Alejandro Andrade, condenado este último a 10 años de prisión en noviembre de 2018 por un tribunal en Florida, bajo cargos relacionados con blanqueo de capitales por un monto superior a los 1.000 millones de dólares.

La casa está ubicada en el barrio La Moraleja, una exclusiva urbanización al norte de la capital que cuenta con dos de las 10 calles más caras para la compra de viviendas en toda España, de acuerdo con un trabajo del diario El País. En esta urbanización tuvo su mansión el fallecido exdictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, que tras ser derrocado en 1958 huyó con un botín que le permitió comprar esta propiedad, que, por cierto, fue vendida en 2015 por 12 millones de euros, más de 13 millones de dólares.

Los rincones y detalles de la casa que terminó en manos de Modric se conocieron antes de la transacción gracias a la esposa del abogado, Carolina Chapellín de Mirabal. La exconcursante del Miss Venezuela dio en 2016 una extensa entrevista a la revista Love en la que mostró cada rincón de la enorme propiedad de tres plantas de 1.756 metros cuadrados, construida sobre un terreno de 10.000 metros cuadrados. Identificada como una socialité por la revista del corazón, la exmodelo venezolana habló en la nota sobre su labor como decoradora de la enorme casa, enseñó su guardarropas con zapatos y ropa de lujo, la sala de cine con butacas para 18 personas que está en el sótano, las obras de arte contemporáneo que ocupan sus paredes, un gimnasio completo, un jardín con piscina y un garaje con 10 puestos para autos.

Señaló que ella y su marido salieron del país por “la situación de Venezuela” en 2009 y que decidieron irse de Florida en 2015 —poco después de que iniciaran los rumores de que Andrade estaba colaborando con la justicia estadounidense, como en efecto ocurría— porque en Europa están las principales competiciones de caballos, la principal afición de Mirabal. “Sus caballos ahora están en una finca privada”, detalló la publicación.

A finales de septiembre de 2016, un total de 125 yates, valorados en más de 3.000 millones de dólares, atracaron en el exclusivo Port Hercules para participar en el Monaco Yacht Show. Entre las embarcaciones que se exhibieron en el principado monegasco, uno de los destinos predilectos de las grandes fortunas europeas, estaba el superyate de 40 metros de eslora Sanoo, valorado en ese momento en 7,6 millones de dólares y construido en 2005 por la compañía italiana CNR. Su diseño atrajo la atención de algunos portales especializados que lo situaron entre las 10 mejores embarcaciones de estilo deportivo del evento.

Los documentos de los Pandora Papers demuestran que el bufete panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal), encargado de incorporar y manejar Lisal Enterprises Limited, siguió las instrucciones de Mirabal Castro de otorgarle un poder para que pudiera comprar el yate en noviembre de ese año. La embarcación, que en la actualidad se llama Bunker, cuenta con tres cubiertas y cinco habitaciones en la que pueden dormir hasta 12 personas.

En una de sus cubiertas los invitados encuentran tumbonas de playa, lujosos muebles y hasta un jacuzzi. También disponen de “juguetes” y equipos para practicar deportes acuáticos. Entre ellos destaca una tabla flotante que es propulsada por agua a presión, una moto de agua y una embarcación pequeña, conocida como jet tender, que va dentro de un garaje en la popa del yate y que puede superar los 100 kilómetros por hora, lo que permite, por ejemplo, practicar esquí acuático.

Los documentos filtrados indican que, además del poder otorgado a Mirabal Castro en noviembre de 2016 para comprar la embarcación, el 16 de diciembre de ese año Alcogal envió otra comunicación, firmada por Edgardo E. Díaz y Fernando A. Gil, dos abogados del bufete que actúan como directores de la offshore, hasta una dirección en las Islas Caimán. En el paquete se adjunta el “nombramiento de una persona autorizada”, a favor de Richard Rich y Carolyne Connor, integrantes de una empresa llamada Pensum LTD, con sede en las Islas Caimán, especializada en el manejo de la propiedad y las operaciones relacionadas con embarcaciones.

Este tipo de autorizaciones se otorgan por un lapso corto para procesar el registro de un barco. En el caso de Bunker, el yate posee la bandera de las Islas Caimán, una de las predilectas en el mundo por las ventajas fiscales y facilidades de registro que ofrece.

Dos portales especializados reportaron que la nave fue remodelada en 2017 y vendida nuevamente en enero de 2019. Algunos de los elementos de la remodelación coinciden con las inclinaciones de diseño de interiores que Carolina Mirabal mostró a la revista Love, como la presencia de las casas de moda Roberto Cavalli o de la francesa Hermès en las sábanas, toallas y otros artículos de hogar y la decoración ecléctica que combina luces LED y obras de arte, entre las que se haya una pieza del artista venezolano Carlos Enrique González.

El nuevo propietario, al que no identifican las publicaciones sobre embarcaciones de lujo, lo adquirió con el fin de alquilarlo. Actualmente el yate puede ser rentado en el lujoso destino turístico de Ibiza, y otras Islas Baleares, por un monto que ronda los 150.000 dólares por semana. La fecha del cambio de dueños coincide con la creación de Lisal Enterprises Malta Limited, inscrita como “entidad no residente” en Barcelona, España, desde el primero de enero de 2019 y que tiene como objeto el “alquiler de medios de navegación”.

El 15 de abril de 2019 una empresa del mismo nombre fue inscrita en Malta, una isla en el Mediterráneo oriental que también tiene características de paraíso fiscal. El único accionista es Lisal Enterprises Limited, la empresa de Mirabal. Como director de esta nueva compañía aparece Equiom (Malta) Limited, una subsidiaria del Grupo Equiom, cuya actividad central es el manejo de fortunas de clientes adinerados, ya sea administrando compañías, cuentas bancarias, propiedades, fondos de inversión o embarcaciones como los yates.

De acuerdo con el perfil de Mirabal en LinkedIn, la red social para la búsqueda de talentos profesionales, Lisal Enteprises Limited es una firma dedicada a ofrecer servicios de asesoría financiera a corporaciones e individuos. Se precia de tener como clientes a jugadores de fútbol de Europa y Suramérica, así como a “artistas del entretenimiento” de Estados Unidos. Aunque no precisa los nombres de ninguno, el abogado fue vecino de muchas de las estrellas del Real Madrid, como Sergio Ramos, Benzemá, Marcelo, Varane e Isco.

Otros vecinos venezolanos de Mirabal en La Moraleja tuvieron problemas con la justicia. El pasado 18 de septiembre el diario El Mundo de Madrid informó sobre el embargo de una casa en este barrio relacionada con la trama de sobornos dirigida por el exviceministro de Energía, Nervis Villalobos, quien enfrenta procesos judiciales en España, Estados Unidos y Andorra. “Crearon sociedades offshore en paraísos fiscales como Panamá, Islas Vírgenes o Emiratos Árabes con el asesoramiento de despachos especializados como Alemán Cordero & Galindo”, señala el diario citando un informe policial.

El camino que recorrió Mirabal desde que salió de Venezuela, hace más de 10 años, está muy asociado a Leonardo González Dellán, sancionado por Estados Unidos en enero de 2019 bajo acusaciones de servir de testaferro a “El Tuerto” Andrade, mote con el que Hugo Chávez solía llamar al extesorero, un militar retirado que antes fue su guardaespaldas. “González administraba cuentas bancarias asociadas con Andrade, y poseía y controlaba empresas para administrar la riqueza corrupta de Andrade y comprar propiedades y caballos para Andrade”, señala la nota de prensa del Departamento del Tesoro que informa de la sanción al venezolano. De acuerdo a la entidad estadounidense, González Dellán, junto a los empresarios Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo, pagaba gastos del extesorero “relacionados con numerosos aviones y yates”.

Dos fuentes, que conocieron a Mirabal cuando vivía en Caracas, coincidieron en señalar que este y González Dellán, su antiguo jefe en el BIV, hacían reuniones de negocios en el restaurante Alto, en Los Palos Grandes, una urbanización de clase media y alta en el noreste de la capital venezolana. Un boletín de propiedad industrial del 10 de noviembre de 2008 del Ministerio de Industrias y Comercio indica que Leonardo González Dellán solicitó la reserva del nombre comercial Alto Restaurant en esa fecha. “Ese local es de ellos. Ahí se reunían, muchas veces con gente del gobierno”, indicó una fuente que pidió la reserva de su nombre.

Andrade y Mirabal compartían la pasión por la hípica y ambos tenían fincas de caballos en Wellington, la meca estadounidense de la equitación, en Florida. Emanuel Andrade, hijo del extesorero, es jinete y ambas familias coincidieron en muchos eventos ecuestres en Estados Unidos. También compartieron firmas para la administración de sus empresas en Florida. Integrantes del bufete González & Shenkman, como Francisco J. González, y de la firma Froehlich & De La Rúa, como Beatriz de La Rúa, aparecen en el registro de Florida en la empresa Farm G&C, Inc, una compañía de Mirabal. González & Shenkman también fue la firma encargada de administrar Telsey Properties Holding LLC, la corporación a través de la cuál Andrade manejaba sus propiedades, mientras que de la Rúa fue la primera directora de esta compañía en 2012.

Esta combinación de firmas, con los nombres de Francisco J. González y Beatriz de la Rúa, se repetirá en Doble A Management, LLC; Doble A Farm, LLC y Malabar Management LLC, empresas cuyos activos y cuentas bancarias fueron confiscadas por las autoridades estadounidenses en el juicio contra Andrade. Al extesorero venezolano le fueron incautados 13 vehículos de alta gama, 17 caballos, 35 relojes de lujo y nueve cuentas bancarias en Estados Unidos y en Suiza, todas a nombre de estas empresas.

Wellington Property Holding LLC., otra empresa de Mirabal registrada en Florida el 10 de mayo de 2009, hacía las veces dueña de la propiedad de G&C Farm, la granja de caballos del abogado venezolano en Florida, con de 4,11 acres (más de 16.000 metros cuadrados) de superficie, valorada en 11,9 millones de dólares de acuerdo con páginas especializadas en bienes raíces.

En 2014, como lo indica El País de España, corrían rumores sobre la colaboración de Andrade con la justicia norteamericana. Poco después, en agosto de 2015, Mirabal completaba su mudanza a Madrid, en donde compró su lujosa mansión en La Moraleja.

De acuerdo con el portal floridaparcels.com en 2015 la granja de caballos de Mirabal en Wellington cambió de dueño y pasó a ser propiedad de una empresa de nombre Wellington Property Owner LLC, cuyo director es Neil Moffitt, otro empresario con inversiones en caballos. En 2016 Mirabal disolvió las dos empresas de Florida y, de acuerdo con los registros migratorios de ese país, no ha vuelto a Estados Unidos desde 2017, el año en que Andrade se declaró culpable. En 2019 siguió su desplazamiento hacia el oriente, presionado por informaciones de prensa que indican que las autoridades norteamericanas le seguían la pista, y vendió su mansión en Madrid y el yate que compró mientras estaba en España. Ahora, según los portales que el mismo Mirabal creó para promocionarse y limpiar su imagen en internet, maneja todos sus negocios desde el Centro Financiero Internacional de Dubai.

Hasta que conoció a González Dellán, Mirabal vivió en un modesto apartamento en Bello Monte, una urbanización de clase media en el este de Caracas. En 2003 la instauración del control de cambio posibilitó la creación de un esquema paralelo de divisas a través del mercado bursátil. Esta nueva modalidad permitió asignaciones irregulares de títulos de deuda del Estado. Organismos del Gobierno vendían estos papeles a determinadas instituciones no al precio paralelo, sino al oficial, lo que permitía a los dueños de estas casas de bolsa o sociedades de corretaje, vender o canjear luego estos títulos a la tasa paralela y obtener una jugosa ganancia en el proceso. Esto se tradujo en una pérdida patrimonial para el Estado de miles de millones de dólares, mientras daba lugar a nuevas fortunas personales.

En el epicentro de este esquema estuvo Andrade, quien en el juicio en Estados Unidos admitió que, desde 2007 hasta el 20 de enero de 2011, período en el que se desempeñó como tesorero nacional y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), aceptó “sobornos de co-conspiradores a cambio de seleccionarlos para llevar a cabo el proceso de cambio de dólar estadounidense a bolívares”.

A manera de explicación para la fortuna con que contaba para invertir en Florida, Mirabal aludía a los negocios del bufete Mirabal & Asociados, indican allegados que pidieron la reserva de su nombre. En su hoja de vida agregaría luego que fue “asesor financiero” y banquero, sin precisar qué institución financiera dirigió.

En su propio perfil en Linkedin, Mirabal asegura que el bufete tuvo como clientes en Venezuela a Mi Casa Entidad de Ahorro y Préstamo, Unicapital Casa de Bolsa, Uno Valores Casa de Bolsa e Inverunión Banco Comercial, instituciones financieras asociadas al banquero Gonzalo Tirado Yépez, que fueron intervenidas por el Gobierno en medio de la llamada “mini crisis bancaria” de finales de 2009 y comienzos de 2010.

Entre los miembros del bufete estaba José Joaquín Núñez Martínez, socio de Tirado. El Tribunal Supremo de Justicia solicitó la extradición de ambos en 2010, poco después de que Mirabal se mudara a Florida, y los acusó de desviar unos 1.900 millones de dólares pertenecientes a ahorristas en créditos otorgados a empresas relacionadas con Tirado.

A pesar de que la única actividad comprobable de las empresas creadas por Mirabal es la adquisición de distintos tipos de propiedades, entre ellas el flamante yate Bunker, el abogado sigue defendiendo la labor de su bufete. Explica que ahora tomó la denominación de Mirabal And Associates y, en la página web de la firma, indica que esta maneja las fortunas de clientes adinerados en todo el mundo con oficinas en Dubai, Nueva York, Madrid, Ginebra y Caracas.




Semanario El Venezolano. Madrid, del 03 al 16 de agosto de 2022

Tomado de Gustavo Mirabal Castro, el hombre que pasó de una vida modesta en Venezuela a ser propietario de granjas de equitación, yates y otros lujos gracias a sus conexiones con funcionarios corruptos