Francisco Alfonso Vidal, líder de la Gran Logia de Cuba, renuncia a su cargo, se muda a Estados Unidos y denuncia un “golpe de Estado” de la contrainteligencia

El maestro masón Francisco Javier Alfonso Vidal, líder hasta este martes de la Gran Logia de Cuba, informó en una carta pública de las razones que lo llevaron a abandonar su cargo y marcharse del país. Firmada en el “Gran Oriente” de Estados Unidos, país donde ha solicitado asilo junto a su esposa, y dirigida a su sustituto temporal, Armando Guerra Lozano, la misiva denuncia la infiltración de la Seguridad del Estado en la cúpula masónica cubana y su intención, desde hacía varios meses, de removerlo de su puesto.

Este martes, la Gran Logia de Cuba publicó una circular en la que explicaba que Alfonso Vidal no había retornado de México, en donde se encontraba como invitado de los masones de Veracruz, y calificaba su fuga como un hecho “inesperado y masónicamente lamentable”, reseñó 14YMEDIO.

Desde Estados Unidos, el ex Gran Maestro se defiende de quienes lo acusan de “abandono de su misión” y recuerda que fue elegido como representante de la masonería cubana en una ceremonia “incuestionable” desde el punto de vista legal, además de señalar que en ningún momento violó los principios masónicos de sucesión, como si pretenden, alega, los masones infiltrados por la Seguridad del Estado. Aclara que se retira por la imposibilidad de cumplir su deber, como definen los estatutos masónicos, con la “total transparencia, autonomía y libertad necesaria”.

El cargo de Gran Maestro, asumido de momento por Armando Guerra Lozano –de acuerdo con el Decreto 634, el último que firmó Alfonso Vidal–, conlleva la responsabilidad de permanecer en el puesto hasta la celebración de una elección parcial durante una sesión extraordinaria de los directivos masónicos.

Sin embargo, asegura Alfonso Vidal, hay una facción afín al Gobierno de La Habana dentro de la Gran Logia, manejada por oficiales de la contrainteligencia, que pretende colocar en el cargo –en violación de la legislación, aduce– a un candidato favorable al régimen.

“Tengo el conocimiento de que se estaba orquestando mi destitución del cargo a través de una Sesión Extraordinaria con el fin de lograr una circunstancia ficticia (sic) para que el Diputado Gran Maestro H:. Fernando González García pueda ocupar ilícitamente el cargo”, denunció Alfonso Vidal en su carta.

González García, según informaba la circular de la Gran Logia, se encontraba también en el extranjero, pero retornará, aseguran, el 5 de enero. El ex Gran Maestro sospecha que su regreso está motivado por ese objetivo.

Alfonso Vidal considera que la circular especial de la institución –rubricada, de hecho, por su sustituto– estuvo fuera de lugar y manifiesta un “total desacato a la Legislación Masónica”, además de que manipula su decisión de no regresar a Cuba y tilda su actitud de “grave”. Decir, además, que no se habían comunicado con él en las últimas dos semanas no es una “motivación coherente” para asumir su renuncia sin un documento emitido por el propio ex Gran Maestro.

“¿Cuál fue el ‘grave abandono total del cargo y funciones encomendadas’ si todos los testigos pueden dar fe de que participé en cada jornada de trabajo en nuestra potencia amiga [la logia mexicana]? No tienen respuesta honesta, lo sé”, asevera.

El antiguo líder de los masones cuestiona a quienes intentan dar lo que, en su opinión, es un “golpe de Estado” con intervención de la contrainteligencia del régimen y los agentes “que dicen ser masones”. “Todos y cada uno de los que se verán firmando, buscando respaldos, tratando de ganar el apoyo de representantes, de logias, de líderes de opinión, que pasaron días tratando de dar conmigo para transmitirme un mensaje intimidatorio, todos son colaboradores y autores del delito de traición a la masonería y van a pagar”, denunció en su carta.

El extenso documento también describe con lujo de detalles los “ataques” recibidos por la masonería cubana en los últimos meses, y los relaciona con la activa labor de varios de sus miembros a la hora de denunciar la represión gubernamental durante las protestas del 11 de julio de 2021 y las del verano de 2022.

Menciona, por ejemplo, la carta abierta a Díaz-Canel remitida por el maestro José Ramón Viñas Alonso, en la cual ofrecía “su criterio sobre el llamado al enfrentamiento entre cubanos que hizo este cuando todo estaba peor”, lo cual le valió presiones por parte de la Seguridad del Estado para lograr una retractación.

Otro caso es el de su antecesor en el cargo de Gran Maestro, Ernesto Zamora, que se negó a asistir a una reunión con Díaz-Canel de la cual pretendían excluir a José Ramón Viñas Alonso, a quien poco antes las autoridades habían regulado, impidiéndole viajar a Estados Unidos.

Y por último, en diciembre de 2021, recuerda Alfonso Vidal, el régimen estimó intolerable la intervención del Gran Orador Luis Steve Ocaña en la que invitaba a los masones cubanos a involucrarse en la política.

“Cuando uno es electo para Gran Maestro no es todo lo que se imagina que tiene que vivir y más allá de la presión que representa tener a cargo el destino fraternal de más de veinte mil hermanos aparecen obstáculos que uno tiene que vencer”, se defendió Alfonso Vidal.

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