Recientemente, los canadienses expulsaron al gobierno liberal y corrupto de Paul Martin y eligieron al conservador Stephen Harper. Después de ser testigo de una marcada disminución de la preponderancia internacional de Canadá y 12 años de política interna bastante aburrida, el electorado eligió una nueva opción. Bush-bashing ha demostrado tener un kilometraje limitado entre las personas inteligentes, especialmente si no va acompañado de políticas sólidas. Para algunos, como yo, es motivo de alegría. Sin embargo, esta victoria no significa que Harper lo tendrá fácil. Parti Quebecois logró un récord de 54 escaños en la Cámara, y se puede contar con sus intentos de tener otro referéndum para decidir sobre la soberanía de Quebec, a pesar de la participación inesperada de federalistas en esa provincia. Queda por ver si tendrán éxito en obtener el tan necesario 50%. No obstante, si Harper juega bien sus cartas, es decir, un compromiso significativo con Jean Charest, bien podría ser el final, por ahora, del sueño de los separatistas quebequenses.
Down South, partidos alineados con la pseudo revolución chavista en las Antillas Holandesas, han sufrido una tremenda derrota en las elecciones de ayer. El FOL (Frente de Liberación de los Trabajadores) pasó de 5 escaños a 2 y el PLKP (Cruzada Popular del Partido Laborista) de 3 escaños a ninguno. Cabe señalar que Errol Cova, líder del PLKP, hizo propuestas en el pasado para recrear las travesuras chavistas en las Antillas, lo que lo metió en problemas. El bastante conservador PAR (Partido por las Antillas Reconstruidas) de Curaçao de Emily Jongh-Elhage ganó la mayoría.
En Perú, la conservadora Lourdes Flores tiene una sólida ventaja de 10 puntos sobre el hombre de Chávez, Ollanta Humala, del movimiento racista etnocacerista, cuyo hermano Antauro está cumpliendo condena por encabezar un levantamiento. Las elecciones están previstas para el 9 de abril.
Sin duda, la esperanza y la paciencia de los venezolanos están llegando a su punto más bajo, después de 7 años de corrupción desenfrenada, crimen incesante, abuso de poder y violaciones de los derechos humanos por parte del chavismo. Si hoy se tuvieran elecciones transparentes, probablemente el electorado venezolano castigaría a Hugo Chávez de la misma manera que lo hicieron los canadienses con el Partido Liberal. La tragedia, para nuestro país, es que no tiene una plataforma política creíble de centro-derecha. Los brasileños no favorecerán a Lula, pero los colombianos parecen seguros de reelegir a Uribe. Los bolivianos pronto aprenderán el significado de tener una apátrida al mando. En suma, tarde o temprano, el contragolpe llegará.
Estados Unidos, por otro lado, parece estar firmemente en manos del partido republicano. Parece poco probable que Hillary Clinton o los demócratas lo logren, aunque el poder de Soros, como el separatismo del Partido quebequense más al norte, es una fuerza a tener en cuenta. Porque como dice el dicho «el dinero habla…»
Sin embargo, si las intenciones de la administración estadounidense de recuperar la influencia perdida en América Latina son sinceras, debería apoyar a aquellos con quienes comparte posturas ideológicas y políticas. Esto no significa de ninguna manera manipular o fabricar candidatos, sino más bien apoyar lo que ya está en el suelo, mientras se revisan cuidadosamente las políticas frente a la OEA y sus propios medios ‘pro-democracia’, léase USAID, NED, etc. .
Ha llegado el momento de que los latinoamericanos tengan un verdadero sentido de lo que significa el capitalismo, en sus propios países. Los datos de inmigración muestran que efectivamente es Estados Unidos, y su sistema capitalista, el destino predilecto cuando llega el momento de emigrar, ya sea legal o ilegalmente. Como argumenta el bueno de Hernando De Soto, «nadie se muda a Cuba» oa Venezuela, debo agregar, por temor a los terroristas, los cárteles de la droga y los parias del mundo.