Una de las banderas de la campaña del candidato presidencial, Rodolfo Hernández, está centrada en ‘acabar con la corrupción’, una que han sostenido la gran mayoría de aspirantes a la Casa de Nariño. Sin embargo, el nacido en Piedecuesta -Santander- ha sido criticado desde distintos sectores y también en diferentes debates, sobre una investigación que cursa en su contra por el delito de presunta celebración indebida de contratos en el proceso de Vitalogic para mejorar el servicio de aseo mientras fue alcalde de Bucaramanga.
Sin embargo, este no es el único cuestionamiento que el aspirante de la Liga de Gobernantes Anticorrupción tiene a cuestas: a comienzos de abril de este año surgió un nuevo caso que no solamente lo compromete a él, sino también a su esposa, Socorro Oliveros mientras Hernández fue mandatario de la capital santandereana, reseñó Infobae.
De acuerdo con el portal Cuestión Pública, Oliveros compró dos propiedades en Estados Unidos avaluadas en casi un millón de dólares. Lo curioso de estas adquisiciones es que se efectuaron en medio de la licitación de Vitalogic.
Corría 2016, el primer año de Hernández como alcalde de Bucaramanga. En septiembre, la primera dama de la ciudad adquirió un apartamento en la ciudad de Fort Lauderdale, la Venecia Americana del estado de Florida. Se trata de un predio de 128 metros cuadrados que fue comprado a la firma consultora RNG International Corporation por un valor de 345 mil dólares, que por esa época significaban 1.020 millones de pesos colombianos.
Ocho días antes de confirmarse esta compra, Carlos Gutiérrez, Luis Carlos Hernández -hijo de Rodolfo y Socorro- y su socio, el empresario cucuteño Luis Andelfo Trujillo, firmaron un contrato de corretaje entre las empresas JC de Colombia E.U y Servicios Convergentes de Colombia SAS ESP Sercon en el cual se pacta “una comisión por su gestión de Promoción, Acercamiento, Gestión y Facilitación en la celebración de un contrato por término de 30 años de las basuras (…) en el municipio de Bucaramanga”.
En ese orden, el documento precisa los porcentajes de comisión -pactada en 666 mil dólares de aquel año- que recibirían cada uno de los tres sujetos ya mencionados tras la firma del contrato. Así las cosas, Luis Andelfo Trujillo recibiría el 15 %, Luis Carlos Hernández el 28 %, y un nuevo personaje, Jorge Hernán Ayala, se quedaría con otro 34 %.
La comisión allí mencionada fue cobrada para favorecer, presuntamente, a la empresa Vitalogic dentro de la licitación del modelo de recolección de basuras en Bucaramanga. Todo esto mientras el ahora candidato presidencial era alcalde. Sumado a eso, el mismo Trujillo Hernández afirmó en 2019, que el nombre de Luis Carlos Hernández aparece en el contrato a petición de su madre.
En ese sentido, la transacción por la compra del inmueble se ejecutó mientras el ingeniero terminaba de concretar la polémica licitación para entregarle a un contratista el negocio de las basuras en la ciudad por 30 años mediante la celebración de un contrato avaluado en cerca de 250 millones de dólares.
Otra prueba de la compra de ese inmueble fueron chats de WhatsApp entre Luis Carlos Hernández y el empresario Trujillo. Allí, el primero le pide ayuda a su socio para conseguir 50 mil dólares porque su mamá “se tiene que ir la otra semana a firmar los papeles de la compra del apto a Miami”. Previamente, el hijo del exmandatario local le había comprado otros 500 mil dólares a John Horacio Rueda, quien en 2010 fue capturado en Venezuela por lavado de dinero.
En 2020, este mismo sujeto volvió a ser capturado durante otra investigación por el mismo delito, pero al poco tiempo fue dejado en libertad. Ahora, con respecto a la compra del apartamento en Fort Lauderdale, fue transferido por la misma Socorro Oliveros a una empresa que maneja con su hijo desde 2019: HG Constructora LLC, la cual puso en venta el inmueble por 355 mil dólares, 10 mil más con respecto al valor por el cual fue adquirido.
En otro chat de WhatsApp revelado por el medio citado se muestra cómo Luis Carlos se arrepiente del ‘negocio redondo’ de la compraventa de inmuebles, pues en el proceso, compraban los dólares más baratos y se los vendían a Socorro por un valor mucho más alto. “Yo nunca debí permitir lo que yo hice con mi mamá. Hacer un negocio para mi beneficio con plata de ella”, escribió.
El 6 de abril, en pleno escándalo de la licitación de Vitalogic, Socorro Oliveros compró otra propiedad en Estados Unidos: una casa en Weston -Florida- de más de 220 metros cuadrados, que contaba con tres alcobas, el mismo número de baños, y una piscina. El valor: 630 mil dólares, alrededor de 1.800 millones de pesos de la época.
Más de cuatro años después, el 12 de julio de 2021, la misma Oliveros vendió el predio en 695 mil dólares a dos particulares. Esto ocurrió dos meses después de que Rodolfo Hernández hiciera oficial su intención de llegar a la Presidencia de la República; pero volviendo a 2017, ya se había publicado el pliego de contrataciones donde Vitaogic fue uno de los pesos pesados gracias a la gestión previa que realizaron Luis Carlos Hernández y su socio.
Lo que ocurrió después fue que la Procuraduría encontró irregularidades en este proceso y la contratación falló. Meses más tarde, Luis Carlos presentó una queja contra su padre ante el Ministerio Público por inconsistencias en aquella licitación que, actualmente, tiene a Rodolfo Hernández esperando a que llegue la etapa final del juicio, siendo el 21 de julio el día en que deberá exponer sus argumentos ante la Fiscalía.