La policía de Grecia ha capturado a Erik Roveta (también conocido como Erick Roveta, Erick Robeta, Eric Roveta, o Eric Rowetta), un ciudadano italiano de 47 años, acusado de liderar una red criminal internacional, según ha informado la agencia Reuters. Roveta, quien se escondía en una mansión de lujo en Vari, fue arrestado en la playa de Varkiza, como informó la policía griega el viernes 29 de marzo de 2024, sin divulgar la identidad del detenido. La detención ocurre menos de una semana después de que la Policía Federal Argentina haya hecho lo mismo con Jorge Germán Bonelli, por lo que se cierra el circulo sobre la red que lideraban Alessandro Bazzoni y Siri Evjemo-Nysveen y que desangró a la petrolera venezolana PDVSA.
La operación condujo a una mansión en Vari (Proussis 28, Vari, Ática, 16672), un suburbio en la periferia de Ática y parte de la zona metropolitana de Atenas, donde vivía el supuesto líder criminal italiano de 47 años, Erik Roveta, según se aprecia en las imágenes transmitidas por la televisora griega Skai. La detención se llevó a cabo en la avenida Poseidón en Varkiza, poniendo fin a su lujosa y desafiante vida. El fugitivo, aficionado a triatlones y bicicletas, vivía con su familia en una villa con dos piscinas olímpicas y se transportaba en vehículos de lujo, incluyendo convertibles, jeeps, limusinas y autos deportivos. En la planta baja de su residencia, operaba una galería de arte dirigida por su esposa, donde se exponían valiosas obras de arte moderno.
La organización criminal a la que pertenecía Erik Roveta se dedicaba al contrabando de hidrocarburos, generando ingresos superiores a los 21 mil millones de dólares en la operación conocida como Pdvsa-Cripto, quedando ahora únicamente prófugos José Luis Chávez Calva, Rodrigo Guerena Bobadilla, Joaquín Leal Jimenez, Alessandro Bazzoni y Siri Evjemo-Nysveen. La estrategia incluía adquirir transpondedores o dispositivos satelitales y sistemas de identificación de barcos inactivos en puertos asiáticos, instalados luego en buques de la organización para operar sin ser detectados desde puertos venezolanos.
Los métodos de la organización involucraban desactivar los sistemas durante la carga de petróleo para notificar a los miembros y engañar a los propietarios de barcos, afectando tanto a las compañías navieras legítimas como al Estado venezolano. Según fuentes policiales, adquirían buques cisterna protegidos por compañías legítimas, instalaban equipos de retransmisión satelital y dispositivos de identificación en ellos, y cargaban petróleo en puertos venezolanos. Durante el transporte, desactivaban los sistemas para engañar a los cargadores y apoderarse de los cargamentos. Roveta y su familia mantenían un alto nivel de vida en Atenas, ostentando su riqueza en redes sociales. A pesar de ello, no logró escapar de las autoridades. A solicitud de Venezuela, Interpol emitió una «alerta roja» identificándolo como un miembro clave de la red criminal, con una orden de arresto internacional.
Tras su arresto, fue presentado ante la Fiscalía de Primera Instancia de Atenas el sábado 30 de marzo, esperando comparecer ante la Fiscalía de Apelaciones el lunes 1 de abril.
«Una investigación minuciosa llevó a la detención del extranjero, sobre quien pesaba una orden de Interpol por su participación en una red criminal transnacional basada en Latinoamérica, enfocada en el contrabando de hidrocarburos», anunció la policía griega. Aunque se reportó que había sido arrestado previamente en Grecia, comentarios recientes del abogado griego Yiannis Marakakis, amigo de Roveta, indican que ya había sido detenido en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, por los mismos cargos, pero fue liberado al ser considerado un simple «administrador de tarifas». Marakakis expresó su escepticismo sobre las acusaciones tras hablar con la esposa del detenido y destacó la absolución de su amigo en Dubái. La policía griega logró su captura tras una exhaustiva investigación, presentándolo ante las autoridades judiciales.