11 / AGO / 2007 — 04:57 PM | Un reporte de hoy de Gerardo Reyes en “El Nuevo Herald” revela como el empresario Antonini estaba en vías de concretar un negocio con PDVSA: se trataba de la adquisición de taladros de perforación de petróleo para su posterior venta a la estatal petrolera.
Este es el artículo completo de Gerardo Reyes:
El empresario Guido Alejandro Antonini Wilson, quien afronta una investigación en Argentina por no declarar unos $800,000 que llevaba en efectivo en una valija, no es un ferviente simpatizante del gobierno de Venezuela, pero ha sacado buen provecho de la bonanza petrolera del país suramericano, según dijeron amigos y conocidos suyos.
‘‘A él no le importa la cara de Chávez ni la de Bush, para él lo que cuenta es la de Washington en los dólares”, explicó una persona que conoció a su familia desde sus años en La Victoria, ciudad natal de Antonini en el centronorteño estado de Aragua.
Según otra fuente que también pidió no ser identificada, últimamente Antonini estaba empeñado en la adquisición de taladros de perforación de petróleo que la industria del ramo de Venezuela clama con urgencia.
”Dijo que estaba buscando los taladros en Houston porque se necesitan a morir y son un gran negocio porque pagan por su alquiler diario y en dólares”, agregó la fuente
El negocio se haría con la oficial petrolera PDVSA a través de Perforaciones Albornoz CA, Perfoalca, una empresa venezolana que presta este servicios y la rehabilitación de pozos petroleros, y de la cual Antonini es un importante proveedor, agregó la fuente.
Fundada en el estado Anzoátegui en 1995, la firma cuenta con un capital ciento por ciento venezolano distribuido en partes iguales entre la familia Albornoz Rodríguez y Kauffman.
Miguel Albornoz, uno de los accionistas de Perfoalca, es un empresario cercano al presidente Hugo Chávez, según reportes de la empresa venezolana.
Antonini ha hecho despachos desde Estados Unidos a la industria petrolera venezolana a través de la firma Venuz Supply Inc, registrada en 1994 en Miami a su nombre y el de su esposa Jaqueline Regnault, una exitosa corredora de bienes raíces del sur de la Florida.
La industria petrolera venezolana está rezagada como consecuencia de la falta de taladros. Según estadísticas del ministro de energía, Rafael Ramírez, Venezuela cuenta con 120 taladros pero se requieren 190.
Se calcula que cada aparato tiene un precio promedio de $10 millones.
Por la carencia, algunos contratos han sido adjudicados sin licitación previa por PDVSA y aceptando altísimos sobreprecios, según una denuncia que el Congreso venezolano se comprometió a investigar el mes pasado.
Antonini, de 46 años, y a quien sus amigos describen como un tipo robusto, muy simpático y ocupado de su familia (tiene dos hijas), se acogió a la ciudadanía estadounidense porque su madre María Luisa Wilson, reconocida educadora de La Victoria, es natural de este país.
Su padre, Guido, quien estableció la fábrica de cola El Polo en Venezuela, fue presidente del consejo municipal de La Victoria.
En medio de una desesperada búsqueda de fotografías de Antonini de los medios de comunicación, ayer Noticias 24, un portal de internet, publicó una imagen en la que presuntamente aparece Antonini en un Ferrari deportivo con una calcomanía con la frase chavista “Venezuela ahora es de todos”.
El estatus de estadounidense de Antonini podría crearle nuevos problemas pues el empresario tendría que explicar a las autoridades tributarias de este país el origen del dinero incautado a su arribo al aeropuerto Aeroparque de Buenos Aires hace una semana en un Cessna 750 Citation, de matrícula estadounidense, junto con una delegación de funcionarios argentinos y venezolanos procedentes de Venezuela.
Empresario saca buen provecho del crudo venezolano