Las investigaciones sobre el Grupo Stanford se han focalizado en el entramado fraudulento alimentado con certificados de depósitos por 8 mil millones de dólares, pero en el tablero también figuran las operaciones de un fondo mutual donde los inversionistas podrían registrar pérdidas hasta por mil 200 millones de dólares.
A diferencia de un fondo mutual convencional, Stanford Allocation Strategy tomaba el dinero de la clientela para recolocarlo en el portafolio de otros fondos con una estrategia de inversión predeterminada.
La Securities and Exchange Comission, el organismo encargado de supervisar al mercado de capitales en Estados Unidos, determina en su investigación que a través de material falso y un récord de rendimiento ficticio, el fondo aumentó las captaciones en 11.900%, desde 10 millones de dólares en 2004, hasta mil 200 millones de dólares en enero de este año.
El fondo actuaba dentro del Grupo Stanford como un ve- hículo capaz de captar dinero de clientes con menor poder adquisitivo de aquellos que invertían en los certificados de depósitos.
Los directivos de Stanford aseguraban a la clientela que entre 2000 y 2005 el fondo había registrado un rendimiento superior al del índice S&P 500, que mide las fluctuación en el precio de las acciones de compañías clave en la Bolsa de Nueva York.
La Securities and Exchange Comission indica que esta afirmación es falsa y las estadísticas, en realidad, no reflejan el verdadero rendimiento del fondo mutual de Stanford.
Incluso, las estadísticas le indicaban a la clientela que existían ganancias cuando en realidad sólo se registraban pérdidas. Por ejemplo, en 2000 los libros indicaban beneficios en el orden de 18%, que en rigor debieron reflejar un rango de pérdidas por 7,5% y un rendimiento exiguo de 1,1%.
La promoción de ganancias ficticias garantizaba la captación de nuevos clientes que permitían mantener la rueda en movimiento, una característica típica en estafas tipo pirámide.
La promoción de rendimientos irreales también fue clave para captar 8 mil millones de dólares a través de certificados de depósitos, el producto estrella del Grupo Stanford.
De acuerdo con la Superintendencia de Bancos, venezolanos tienen colocados en estos certificados entre 2 mil 300 y 3 mil millones de dólares, pero se desconoce cuánto está depositado en el fondo mutual.
La información que suministró a los clientes Stanford International Bank, el brazo que gestiona el dinero captado a través de los certificados de depósitos, asegura que el rendimiento obtenido oscila en un rango de entre 11,5 y 16,5% entre 1993 y 2005, un desempeño que luce muy improbable.
Incluso en 1995 y 1996 Stanford International Bank registró un rendimiento idéntico, de 15,71% en los dos años, algo que es considerado como imposible por un consultor que trabajó para Stanford y testificó en la investigación de la Securities and Exchange Comission.
Entidades financieras albergaban dudas sobre Stanford. Pershing, una casa de bolsa que actuaba como custodio de bienes de clientes que liquidaban estas posiciones para adquirir certificados de depósitos, le solicitó a Stanford un reporte de alguna firma independiente sobre la condición de Stanford International Bank.
Después de meses de espera, el 28 de noviembre Danny Bogar, presidente del Grupo Stanford, le indicó a Pershing que el reporte «no era prioritario».
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Víctor Salmerón