El “bolichico” a quien señalan de amasar una gran fortuna a expensas de la oscuridad en Venezuela – ABC noticias

Una serie de señalamientos, denuncias y demandas legales contra Alejandro Betancourt —bautizado como uno de los “bolichicos” por el periodista Juan Carlos Zapata— lo asocian a la crisis eléctrica venezolana —hoy agudizada a términos de catástrofe— toda vez que se insiste en decir que se habría hecho milmillonario luego de obtener una serie de contratos con la Corporación Eléctrica Nacional, Petróleos de Venezuela S.A. y la Corporación Venezolana de Guayana para la construcción de plantas termoeléctricas a través de su empresa Derwick Associates Corp. aun cuando —a decir de quienes lo acusan— la misma carecía de la experiencia y el capital para llevar a cabo tal tarea. 

Para la obtención de tales contrataciones, Betancourt y sus socios se habrían valido de sus relaciones con funcionarios del gobierno de Hugo Chávez a quienes, supuestamente, habría pagado sobornos para hacerse del negocio que, a la final resultó una gran estafa para el estado venezolano, al no concluirse buena parte de los trabajos y por el hecho de que Derwick, al parecer, solo habría vendido chatarra o equipos reconstruidos con un gran sobreprecio.

Datos personales

De acuerdo al portal Dateas, Leopoldo Alejandro Betancourt López, nació el 22 de febrero de 1980, es titular de la Cédula de Identidad N° V-15.394.369 y se le ubica en la parroquia El Hatillo, municipio El Hatillo, estado Miranda[1].

Ejerce su derecho al sufragio en el Club La Lagunita, parroquia El Hatillo, municipio El Hatillo, estado Miranda.

Su cuenta individual en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) refiere que ingresó al sistema el 1° de noviembre de 2007, su estatus actual es activo y su fecha de contingencia será el 22 de febrero de 2040. Se encuentra registrado por la empresa Derwick Associates de Venezuela, número patronal O81076190. Acumula un total de 587 semanas cotizadas y un total de salarios cotizados de Bs. 64.513,30.

Sus padres son el pianista Leopoldo Betancourt y la diseñadora de joyas, Lilia López. Es bisnieto de Hermágoras López, quien ejerció la presidencia de la república en los años 1887-1888, luego de que Antonio Guzmán Blanco partiera a París.

Está casado con Andreina Rojas.

Así se presenta

Según su página web[2] es licenciado en Economía y en Administración de Empresas, egresado de Suffolk University de Massachusetts (Boston, EE. UU.). Es fundador y presidente de Derwick Associates. Fue gerente de comercio para Latinoamérica en la Delegación de Reino Unido de la empresa estadounidense ICC-OEOC, especializada en el sector energético y en el comercio de petróleo y sus derivados. Luego formó parte de los equipos directivos de Guruceaga Group y de BGB Energy, filial en Venezuela de la corporación internacional Kawasaki Heavy Industries.

Después de esta última posición, es cuando decide fundar en 2007 Derwick Associates, una firma que define como “100 por ciento de capital venezolano especializada en Ingeniería, Procura y Construcción (IPC) de plantas termoeléctricas”.

Este sitio asegura que “desde 2010, Derwick ha edificado once plantas termoeléctricas de ciclo simple que han añadido 1.386 MW al sistema eléctrico de Venezuela y creado más de 12.000 puestos de trabajo y beneficiado a cerca de 700.000 familias, lo que le ha convertido en una de las empresas privadas más importantes del sector eléctrico venezolano”.

Allí también, Alejandro Betancourt informa que también dirige el grupo de inversión internacional O’Hara administration, el cual “incrementó su participación en la compañía petrolera Pacific Rubiales Energy hasta llegar a ser su principal accionista, controlando cerca del 20% de sus acciones”. Agrega que junto a sus socios internacionales se involucró en la gestión de la petrolera. Integra la junta directiva de la empresa que ahora se llama Pacific Exploration & Production Corp.

En esa página se presenta como un emprendedor comprometido con causas sociales que ayuda a escuelas, construye instalaciones deportivas, participa en proyectos de protección del medio ambiente y apoya universidades.

Igualmente, incursionó en área bancaria en junio de 2015 cuando el grupo financiero BDK Financial Group del que es accionista inauguró la sede del Banque de Dakar en Senegal[3].

En octubre de 2016 el grupo O’Hara en sociedad con los fundadores de la red social Tuenti, Félix Ruiz y Hugo Arévalo, invirtió 50 millones de euros en la empresa española de lentes de sol Hawkers de la que es presidente desde noviembre de ese año.

Este haber lo refleja, igualmente, en su perfil de la red Linkedin[4].

El “bolichico” y Derwick

Pero no todas las referencias sobre Alejandro Betancourt son tan favorables como la que él mismo da a conocer sobre sí, pues múltiples son las críticas en torno a la naturaleza de sus negocios y sus relaciones con el entorno gubernamental venezolano.

De hecho, la súbita aparición de su empresa y socios así como la inexplicable, para algunos, contratación de Derwick Associates, sin experiencia ni capital para establecer negociaciones de la envergadura de las obtenidas con el estado venezolano apenas después de su creación, llevó al periodista Juan Carlos Zapata a acuñar en 2010 el término “bolichicos” para referirse a esta camada de “nuevos empresarios” identificados con el gobierno chavista que recién debutaban en el mercado con milmillonarios contratos de proyectos eléctricos obtenidos, al parecer, de no muy clara manera y que, supuestamente, les permitieron amasar grandes fortunas al amparo de las negociaciones irregulares.

Zapata refiere que: “Los pelos y las señales están ahí. El entramado. El esquema. Los nombres. Los montos. Todo el negocio tejido con las compras eléctricas. Doce contratos en 14 meses. De los cuales cinco han quedado en el limbo. ¿Y los protagonistas? Los bolichicos. Y los nexos”, cita Noticiero Digital que explica entonces: “¿Quiénes son los bolichicos? Los dueños de la empresa Derwick Associates Venezuela, casi todos con 30 años de edad o menos, que sin experiencia en el sector eléctrico” y quienes se vieron favorecidos gracias a sus nexos con Javier Alvarado, Rodolfo Sanz, Rafael Ramírez y Adán Chávez[5].

Apenas fundada, Derwick logró hacerse de los contratos para la construcción de plantas termoeléctricas, cinco con la Electricidad de Caracas, cinco con PDVSA a través de Bariven, y una por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).

Resultaba altamente sospechoso para el comunicador, que Leopoldo Alejandro Betancourt López (presidente de la junta directiva y fundador de Derwick Associates), Pedro Trebbau López Derwick (vicepresidente), Francisco Convit Guruceaga (accionista), Domingo Guzmán López (director) y Orlando Alvarado (gerente de portafolio y director de O’Hara y sus afiliadas), obtuvieran doce jugosos contratos para la instalación de plantas eléctricas con una compañía apenas conformada, sin capital y, lo peor a su juicio, sin la experticia necesaria para acometer los proyectos.

Las críticas aumentaron luego de las denuncias en torno a que Derwick Associates obtuvo los millonarios contratos de parte de las empresas estatales por adjudicación directa, supuestamente presentando facturas con sobreprecios y vendiendo, según se acusa, equipos defectuosos y remanufacturados, entre otras irregularidades.

En España, donde ahora se encuentra radicado, Betancourt López promueve a Derwick como una empresa presente en la nación ibérica desde 2010 “tras cinco años de trabajo en Venezuela. En este periodo, la compañía se ha encargado de reforzar el sector energético del país con la construcción de once plantas termoeléctricas, que han reducido la dependencia en la energía hidroeléctrica”[6]. Sin embargo, como subraya una nota de El Estímulo, el acta constitutiva de esta compañía data del 28 de octubre de 2009 —año que difiere del declarado por Betancourt en su página web— cuando su creación fue asentada ante el Registro Primero del Distrito Capital y estado Miranda, en el tomo N°232-A[7], por lo que, apunta,  “es poco probable que en apenas unos meses esta empresa pueda exportar la experiencia que dice haber ganado con sus actividades en Venezuela”[8].

Esta reseña de El Estímulo subraya el afán de Betancourt de venderse ante la opinión pública como un empresario de éxito, con una amplia responsabilidad social y con grandes iniciativas innovadoras, como el denominado “Centro Tecnológico de Turbinas, CTT” ubicado en la zona industrial de Guacara, estado Carabobo, sobre el cual ha hecho gran énfasis y que con un costo de 40 millones de dólares comenzaría a operar en 2014. Descrito por él como “una iniciativa sin precedentes en Latinoamérica, que permitirá reforzar e independizar el sector termoeléctrico de Venezuela a través de un servicio de asistencia y reparación rápido y eficiente” cuando en diciembre de 2013 este proyecto fue premiado por la revista española Capital a la mejor iniciativa empresarial en Latinoamérica, resulta que a la fecha de la publicación, el CTT continuaba sin funcionar.

Agrega la información que ante los escándalos, Betancourt López se ha valido de las plataformas digitales para tratar de limpiar su deteriorada imagen y la de sus empresas. Las labores de filantropía, son también a criterio del medio, una “buena manera de lograr mejorar esa ‘percepción’ que se tiene de él y sus negocios”.

En su página web Derwick[9] manifiesta que se enfoca en satisfacer las necesidades de procura, ingeniería y construcción de sus clientes. “Resolvemos sus requerimientos de Logística, ajenos a su negocio y garantizamos la continuidad de sus operaciones aportando soluciones de Mantenimiento y Operación, así como también Transferencia Tecnológica. Entendemos y nos adaptamos a nuestros clientes tomando en cuenta sus requerimientos de calidad y tiempos de ejecución”.

El portal Bloomberg informa que Derwick Associates Corp es una empresa que “proporciona servicios de energía integral. La compañía ofrece soluciones que van desde el suministro de equipos para plantas de energía hasta la instalación de plantas de energía. Derwick Associates sirve a clientes en Venezuela”. La sede de la firma se encuentra en la Avenida Francisco de Miranda con 4ta Avenida de Campo Alegre, Caracas. Su teléfono es 58-212-206-8411[10].

Entre los proyectos llevados a cabo que hacen mención su página están la Planta La Raisa Fase I, Planta La Raisa Fase II, la Planta Guarenas (Fase I y II); la Conversión para combustible dual de dos turbinas GE Frame 7EA; la Planta Picure; desarrollados para la Corporación Eléctrica Nacional. Sin embargo, no hacen referencia al resto de las plantas contratadas tanto para Corpoelec como para PDVSA y para la CVG, denunciados como inconclusos, chatarra o reconstruidos.

La reseña periodística agrega que en marzo de 2016 el diputado Julio Montoya, informó que “‘Producto de dos años de investigación de un equipo multidisciplinario presentamos graves denuncias: de los 30 mil millones de dólares, que según el Gobierno Nacional iban para la emergencia eléctrica, aproximadamente el 96% de lo que iba a ejecutarse no está inaugurado ni funcionando hoy’. A decir del parlamentario, existe una hoja de ruta en la investigación de estas presuntas irregularidades en la que cooperan organismos y agencias internacionales de aquellos países cuyos sistemas financieros se usaron para desviar el dinero que en vez de iluminar a Venezuela, hacen brillar las arcas de los responsables de estas operaciones”.

Reich Vs. Betancourt

Alejandro Betancourt, su socio Pedro Trebbau y Francisco D‘Agostino se vieron investigados en las cortes federales del estado de Nueva York a raíz de una denuncia interpuesta en su contra por el exembajador de Estados Unidos en Venezuela, Otto Reich, quien el 30 de julio de 2013 los acusó por estar supuestamente incursos en el delito de crimen organizado, corrupción, chantaje a funcionarios públicos, fraude electrónico, difamación personal y comercial, falsedad perjudicial y conspiración, entre otros[11].

Esta acusación la hizo al considerar que “la difusión de versiones falsas de una supuesta vinculación de su bufete con la firma venezolana por parte de los representantes de Derwick habría perjudicado su reputación e incluso tuvo repercusiones financieras”.

Otto Reich representó a los Estados Unidos en Venezuela desde 1986 hasta 1989, además de ostentar posiciones importantes en el Departamento de Estado. Durante su carrera, mantuvo varias posiciones prominentes dentro del Departamento de Estado enfocadas primordialmente a Latinoamérica y el Caribe y la “cultura de corrupción” que acechaba a varios gobiernos de la región, en particular Venezuela. Desde su retiro del gobierno estadounidense en el 2004, Reich, a través de su empresa Otto Reich Associates LLC ha sido consultor para varias personas y organizaciones pro-democracia y anti-corrupción en EE. UU.

En el portal RunRun.es explica que Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro José Trebbau López, residentes en Estados Unidos para la fecha, acumularon enormes fortunas presuntamente a través de un esquema ilegal para obtener contratos en materia energética en Venezuela para sus empresas Derwick Associates USA LLC y Derwick Associates Corporation. Los acusados supuestamente ofrecían sobornos a funcionarios públicos en Venezuela a cambio de la adjudicación de contratos de construcción en el sector energético y cuando se garantizaban los contratos transferían en dinero a cuentas bancarias en Nueva York. Luego Betancourt y sus socios subcontrataban a empresas estadounidenses, incluyendo General Electric, Pratt & Whitney y ProEnergy Services LLC, para que llevaran a cabo los proyectos de construcción.

La demanda —prosigue el portal— establecía que Betancourt era dueño de un pent-house en el Olympic Tower en la Quinta Avenida en Nueva York, mientras que Trebbau tenía una propiedad en la zona exclusiva de Sunny Isles en Miami y Francisco D’Agostino Casado poseía bienes inmuebles en Southhampton, así como en el Upper East Side de Nueva York. Adicionalmente, cuentan con propiedades en Florida. Refiere que los imputados dirigían el negocio desde una oficina ubicada en 450 Park Avenue en Nueva York.

En septiembre de 2012 Betancourt, Trebbau y Derwick Associates demandan por difamación ante los tribunales de Miami, Florida, en procura de ser resarcidos por daños en un monto que superaba los USD 300 millones al Banco Venezolano de Crédito y a su presidente, Oscar García Mendoza, un opositor del régimen chavista. Sostenían que el banco y García difundieron información difamatoria en relación a Derwick y sus fundadores en un sitio web llamado wikianticorrupcion.org. El Banco Venezolano de Crédito contrató a Otto Reich y su empresa para que los ayudara en su defensa. Betancourt, Trebbau y D‘Agostino habrían intentado disuadir a Reich y, presuntamente, le habrían ofrecido dinero para que desistiera, pero el exdiplomático se negó y procedieron a difundir “información falsa ante los directivos del banco asegurando que Reich trabajaba como doble-agente para Derwick. Finalmente, en diciembre de 2012 el Banco Venezolano de Crédito termina su relación con Reich y ORA y pone fin a todo tipo de comunicación entre las partes”[12].

Por todo lo expuesto anteriormente, Otto Reich introduce la demanda a los bolichicos a finales de julio alegando y culpándolos, entre otros supuestos delitos, por crimen organizado, corrupción y difamación.

El juez  la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Paul Oetken, desestimó la querella al estimar que esa ciudad no era la residencia permanente de Betancourt y sus socios señalados como co-conspiradores en la acción judicial. Consideró el magistrado que los alegatos de Otto Reich no constituían una violación de la Ley de Organizaciones Corruptas bajo la influencia del Crimen Organizado[13].

Reich apeló la decisión en junio de 2016 y en esa ocasión declaró que “Betancourt y Trebbau amasaron una enorme fortuna por medio del pago ilícito de sobornos multimillonarios a funcionarios públicos en Venezuela, que a cambio otorgaron a Derwick gigantescos contratos en el sector energético. El pueblo de Venezuela es una víctima indirecta de una sobrefacturación por parte de los demandados de al menos 2,9 billones de dólares”.

El periodista Alek Boyd advierte que “la pesadilla” para Derwick continúa, pues Otto Reich acusó también al banco JP Morgan de haber participado, básicamente, en blanqueo de capitales. Refiere que Eduardo Travieso compró en representación de Alejandro Betancourt un pent-house en Nueva York mientras era empleado de la citada entidad bancaria a un otorgante de un préstamo hipotecario de más de 5 millones de dólares.

Alertaba de que “los bolichicos” debían haber lamentado valerse del argumento de la falta de jurisdicción de las cortes de Nueva York en la demanda de Reich, pues antes de demandar en la Florida ya habían introducido otra demanda contra Oscar García y el Banco Venezolano de Crédito por motivos similares en esa ciudad. “Es decir, en 2012 estimaron apropiado usar las cortes del estado de Nueva York para demandar, y en 2013 afirmaron que las mismas cortes no tienen jurisdicción sobre sus actividades ilícitas”, subrayaba Boyd[14].

También contra Thor-Halvorssen

El activista de derechos humanos, Thor Halvorssen Mendoza, presidente de Human Rights Foundation (HRF), también demando por difamación a los dueños de Derwick en marzo de 2014.

El demandante señaló que “El Estado venezolano pagó más de 2 mil millones de dólares a los bolichicos por chatarra termoeléctrica que vendieron con sobreprecio”.

Una nota de La Razón refiere que Halvorssen Mendoza declaró en una entrevista que “Los bolichicos son un grupo de jóvenes sin experiencia alguna en el sector eléctrico que obtuvo 12 contratos de PDVSA, Corpoelec y Sidor/CVG para enfrentar la crisis eléctrica del año 2010 (…) Luego subcontrataron a ProEnergy, una empresa estadounidense que se encargaría de lo técnico, debido a la total falta de conocimiento del grupo Derwick acerca de la construcción y equipamiento de plantas eléctricas”[15].

Los procesos fueron desestimados por competencia jurisdiccional, lo que no quiere decir que los hechos planteados en ellas fueran inciertos. De cualquier manera, el entorno de Betancourt insiste en afirmar que las demandas civiles fueron rechazadas y sostienen que este no está vinculado ni directa ni indirectamente a ningún proceso legal en su contra.

Pero Halvorssen volvió al ataque el 10 de mayo 2018 cuando presentó una nueva querella por daños y perjuicios en la Corte del Distrito Este de Nueva York contra los propietarios de Derwick Associates, Francisco D’Agostino-Casado, Leopoldo Alejandro Betancourt-López, Francisco Antonio Convit-Guruceaga y Pedro José Trebbau-López. La demanda incluía también a dos estadounidenses, Glenn R. Simpson y Peter Fritsch. La acción la sustenta el demandante de conformidad con la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Actividades Ilegales, conocida como “RICO”. 

Thor Halvorssen aseguró ante el tribunal que los empresarios venezolanos habían incurrido en una conspiración para tomar represalias en su contra por informar sobre una serie de delitos de corrupción y lavado de dinero cometidos por ellos. “Según el documento legal, el objetivo de la conspiración fue desprestigiar a Halvorssen para que no pudiera ejercer como presidente de Human Rights Foundation. Dice que los acusados habrían creado una campaña contra el demandante, contando para ello con los servicios de la empresa Fusion GPS, que ha estado en el ojo del huracán por haber dado a conocer datos falsos sobre los supuestos vínculos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump con el Kremlin, pagados por el Partido Demócrata y la campaña de su excandidata presidencial Hillary Clinton”, refiere una nota de El Nuevo País[16].

Según el demandante los acusados “contrataron a los directores de Fusion GPS, Glenn Simpson y Peter Fritsch para producir un expediente falso y una campaña mediática (que incluyó las redes sociales) para describir a Halvorssen como un pedófilo, adicto a la heroína y malversador del dinero de la Fundación Human Rights con sede en Nueva York.  Defenderse de tales acusaciones le habría costado a Halvorssen millones de dólares que ahora demanda por daños a los demandados bajo la Ley RICO”.

Vale destacar que el exfiscal del distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, solicitó a las autoridades suizas información sobre las cuentas relacionadas con la supuesta trama de corrupción que estaría esquilmando los recursos de PDVSA y de Corpoelec. Las averiguaciones solicitadas eran tanto de Derwick como de sus directivos.

Halvorssen afirma que las recientes detenciones en España de Nervis Villalobos podrían poner en evidencia también a los bolichicos.

Otros negocios en España

La compra de una finca en Toledo por parte de Betancourt es reseñada por El Mundo[17] como un ejercicio para ocultar y proteger los fondos indebidamente obtenidos a expensas de los contratos con PDVSA. Betancourt se enamoró de la propiedad nada más con verla.

Esto lo habrían hecho de la mano de un español de nombre Albero Cortina, quien se convirtió en socio de Alejandro Betancourt y Pedro Trebbau López, ahora atrincherados en España. También mantendrían negocios con un grupo financiero en África.

Alberto Cortina fue condenado en 2003 por falsedad y estafa.

Betancourt y Trebbau dueños en España de Derwick Associates International, rebautizada con el nombre de Compañía de Inversiones Agrícolas Trieste —reseña El Mundo— se valieron de la crisis patrimonial de Gerardo Díaz Ferrán y compraron la finca por 22,8 millones de euros en 2012.

El hijo de Palomo Linares, Miguel Palomo Danko, medió entre estos venezolanos y los administradores de la empresa Pulpi, propietaria de la finca.

El primer negocio entre los bolichicos y Cortina surgió en torno al petróleo venezolano cuando en febrero de 2012, el gobierno de Hugo Chávez aprobó la constitución de la empresa mixta Petrozamora, entre PDVSA con un 60 por ciento de las acciones y la holandesa Gazprombank Latin America Ventures BV, con el restante 40 por ciento. Esta última habría sido conformada por Cortina, Betancourt y Trebbau con financiación rusa. 51 por ciento es de Gazprombank y el 49 por ciento del español y los venezolanos.

La otra sociedad entre Cortina y los bolichicos se dio en 2014 cuando fundaron de nombre BDK Financial Group SA que tenía como objetivo crear una red financiera en los países del África francófona, comenzando en Senegal, donde adquirieron el Banco de Dakar, en 2015. Ya se encuentran en también Costa de Marfil, Mali y Guinea Conakry. Como les faltaba capital debieron recurrir a terceros para completar, como el asturiano Blas Herrero Fernández, dueño de la cadena de radio Kiss FM; Alberto Alcocer, primo de Cortina; la familia de Emilio Botín en el Banco Santander, Alfredo Sáenz; el hermano de Alberto Cortina, Alfonso, expresidente de Repsol, participa a título personal y a través de la empresa Pair Wise SL; César Álvarez, hermano del fallecido Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, a través de Alvanella SL.; y el hijo de Cortina, Pelayo Cortina Koplowitz; Ramón Blanco Balín, a través de la sociedad Valmur Asesores; el empresario Bartolomé Fluxá Torres, a través de Barflutor SL; y el ex presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (Fapae), Pedro Pérez Fernández de la Puente, a través de GDavid Consultores SL; entre otros.

Cortina y Betancourt también se asociaron en Petrosur, empresa mixta en la que PDVSA posee el 60 por ciento de las acciones y la holandesa Stichting Administratiekantoor Inversiones Petroleras Iberoamericanas, el restante 40 por ciento. Pero en enero de 2018 Cortina y Betancourt habrían abandonado este proyecto[18].

Supuesta corrupción oculta tras unos lentes Hawkers

Una nota de El Confidencial hace referencia al curioso caso que llamó la atención de un consultor acostumbrado a rastrear grupos de presión cuando hurgaba entre la clientela de Ballard Partners, una empresa importantísima de “lobbies” en Washington DC.

Le resultaba llamativo que una televisora venezolana, Globovisión, y una empresa dedicada a la venta de lentes de sol por internet, recurrieran a los servicios de Hawkers. Había que indagar las razones.

La respuesta estaba en que Alejandro Betancourt, recién ingresado al jet set español cuya fortuna era investigada por las autoridades de los EE. UU. y su nombre inundaba la prensa venezolana y la estadounidense con acusaciones de corrupción y múltiples irregularidades, requería limpiar su imagen.

Los creadores de Hawkers conocieron a Betancourt en 2016 cuando buscaban un socio capitalista. El hombre estaba dispuesto a inyectarle 40 millones de euros a la empresa, una inversión que lo convirtió en presidente de la sociedad matriz que controla Hawkers (Saldum Ventures SL).

La compra por parte de Leopoldo Alejandro Betancourt López en 2012 de la finca de caza de 1.600 hectáreas en Toledo, levantada sobre un castillo andalusí del siglo X y expropiada a Gerardo Díaz-Ferrán por 22 millones de euros, lo convirtió en blanco de las miradas de la sociedad española.

Aunque pasaba mucho tiempo en España donde contrajo nupcias, el centro de los negocios de Betancourt seguía siendo Venezuela, donde mantenía estrechas relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, traducidas estas en grandes negocios.

Fuentes de El Confidencial refieren que Hawkers actúa en procura de que no se impongan más sanciones por parte del gobierno de los Estados Unidos a funcionarios del gobierno de Venezuela. “Si rascas un poco, es evidente que esa podría ser la razón por la que Betancourt ha contratado a Ballard. Curiosamente, hay otra empresa que desentona en el listado de clientes y es precisamente Globovisión, la televisión propiedad de Raúl Gorrín, otro de los aliados clave de Maduro”, se lee en la nota.

Además, Otto Reich sería parte de los asesores de la Casa Blanca y dados los antecedentes antes narrados sobre este y Betancourt, es preciso actuar para evitar mayores consecuencias.

Después de varias contradicciones, Hawkers le refirió a El Confidencial que el contrato con Ballard obedecía a la “prestación de servicios de consultoría” en razón de la expansión de la empresa en Estados Unidos. “Lo que se ha firmado con Ballard es un contrato de asesoría con objetivos estratégicos (mercado, financiación, posicionamiento de marca), para la expansión de Hawkers en el mercado de USA. Se trata de un contrato de tres meses de prueba para prestación de servicios de consultoría”.

Accionistas de Pacific

El 21 de abril de 2015, a través del grupo de inversionistas O’Hara, Betancourt y sus socios se convirtieron en accionistas de Pacific en Colombia, cuando IPC Investments Corp, uno de sus fondos, compró un millón de acciones ordinarias. 

Ese mismo mes “fueron denunciados ante las autoridades competentes por el accionista de Pacific, Felipe Goyeneche, por presuntamente incurrir en lavado de activos. De acuerdo con el acta de denuncia, ‘dichos empresarios extranjeros, utilizando sus empresas, llegan a otros países con el objetivo de legalizar dineros mediante la inversión en diferentes empresas nacionales o multinacionales. En el caso particular, la compañía Derwick Associates realizó compra de acciones en la multinacional Pacific Exploration & Production, con capitales de dudosa procedencia, obtenidos generalmente en sus países de origen’”[19].

Citas usadas en esta nota:

Tomado de El “bolichico” a quien señalan de amasar una gran fortuna a expensas de la oscuridad en Venezuela – ABC noticias