Devolución de crudo de Chevron es reflejo de la compleja crisis petrolera venezolana, problemas financieros internos de PDVSA y el complicado sistema de pagos

La crisis petrolera venezolana tuvo en la devolución por parte de Chevron de cargamentos de petróleo a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), uno de sus momentos más tensos. El hecho, ocurrido en abril del presente 2025, puso de manifiesto las tensiones existentes en la industria petrolera de Venezuela.

El régimen de Nicolás Maduro insiste en acusar de la prolongada crisis que padece a las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, pero el análisis de la situación sugiere que la debacle de la industria petrolera venezolana parece más bien derivar de una interacción compleja de factores.

Hablamos de severas restricciones financieras y operativas consecuencia, sí, de dichas sanciones, pero también surgidas de complicaciones internas de PDVSA relacionadas con los pagos y por el complicado sistema de pagos que habría jugado un papel importante en la cancelación de estas autorizaciones.

Este suceso, ocurrido tras la revocación de una licencia clave de Chevron por parte de EE. UU. y la imposición de un arancel al crudo venezolano, subraya las dificultades económicas de Venezuela y las complejas relaciones internacionales que afectan su sector petrolero. La situación plantea interrogantes sobre el futuro de la producción y exportación de petróleo venezolano y el papel de otros actores globales como China y Rusia.

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La devolución de los cargamentos por parte de Chevron

El pasado 10 de abril de 2025, la vicepresidenta del régimen venezolano, Delcy Rodríguez, informó que la petrolera estadounidense Chevron devolvió cargamentos de crudo venezolano a consecuencia de las sanciones de Estados Unidos.

Rodríguez dijo que dicha devolución se debía a «la imposibilidad y restricciones que le han sido impuestas (a Chevron) de pagar los mismos a Venezuela». Al mismo tiempo, la funcionaria aseguró que este petróleo está siendo comercializado en los mercados internacionales», pero no dio detalles al respecto.

Pese a que Chevron podía operar en Venezuela hasta el 27 de mayo con la condición de que no pagar impuestos, regalías o dividendos a Venezuela, la autorización fue cancelada y esto impidió la carga y exportación del crudo venezolano.

Se sabe que, para el momento del anuncio de Rodríguez, por lo menos, dos cargamentos devueltos a Amuay cuando estaban ya en curso, cargados en los buques Dubai Attraction y Carina Voyager. Sin embargo, en la actualidad unos nueve buques fletados por Chevron, se encuentran anclados en aguas venezolanas a la espera de instrucciones.

De ello, Delcy Rodríguez culpó directamente a las sanciones impuestas por EE. UU. y precisó que impidieron los pagos necesarios, un hecho que calificó dentro de lo que el régimen de Maduro ha dado en llamar la «guerra económica» contra Venezuela.

Las sanciones de Estados Unidos

La estadounidense Chevron comenzó a operar en Venezuela en 1923 tensándose esta relación a raíz de la imposición de sanciones por el gobierno de Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro y a la estatal PDVSA.

Esto ocurrió bajo la primera administración de Donald Trump en 2019, las sanciones de EE. UU. al sector petrolero venezolano se intensificaron, un hecho que afectó severamente las operaciones de PDVSA y obligó a empresas como Chevron a operar bajo licencias estrictas.

En noviembre de 2022, el gobierno de Joe Biden otorgó la Licencia General 41 (GL 41) a Chevron, lo que le permitió una reanudación limitada de la producción y exportación —alrededor de 250 000 barriles diarios destinados, principalmente a Estados Unidos—. La condición era que los ingresos se destinaran al pago de deudas con Chevron, sin pagos directos al gobierno venezolano.

En febrero de 2025, ya en la segunda y actual administración Trump, esta licencia fue revocada y reemplazada por la Licencia General 41B, que restringió aún más las actividades de Chevron. Ahora solo se permitían operaciones de cierre y prohibió cualquier pago a PDVSA o expansión de actividades hasta el 27 de mayo de 2025.

Adicionalmente, el gobierno de Trump impuso en abril de 2025 un arancel del 25 % sobre el crudo venezolano, lo que afectó principalmente a China, el principal comprador. Estos movimientos complicaron la situación para Chevron, lo que llevó a la cancelación de las autorizaciones de carga.

Complicaciones financieras y operativas

Trump impuso en abril de 2025 un arancel del 25 % sobre el crudo venezolano

Aunque el régimen de Maduro atribuye la crisis petrolera venezolana a las sanciones, fuentes internacionales sugieren que «los problemas financieros internos de PDVSA y las complicaciones con los pagos también jugaron un papel importante en la cancelación de estas autorizaciones.»

La Licencia General 41 permitía a Chevron producir y exportar, pero los ingresos debían destinarse exclusivamente al pago de deudas con PDVSA, sin que esta o el gobierno recibieran pagos directos.

La revocatoria de la GL 41, así como la imposición de la GL 41B hicieron «casi imposible que Chevron pudiera saldar deudas con PDVSA» en razón de las restricciones aún más estrictas sobre los pagos. Las sanciones prohibían «transacciones financieras directas entre Chevron y PDVSA», lo que dificultó la ejecución de acuerdos previos.

Impacto económico en Venezuela

Las exportaciones petroleras han sido —y son— la mayor fuente de ingresos de Venezuela, circunstancia esta que convirtió al país en dependiente de la renta petrolera que le genera, aproximadamente, el 85 % de sus ingresos.

Por tanto, la cancelación de las autorizaciones y la devolución de cargamentos tienen un impacto directo en la producción y exportaciones, las cuales ya se encontraban en niveles históricamente bajos, debido a por falta de inversión y a la decreciente capacidad operativa.

La pérdida de aproximadamente 250 000 barriles diarios de exportación podría exacerbar la inflación y acelerar la crisis económica, con estimaciones de pérdidas de hasta USD 4 mil millones en ingresos para 2026.

El incidente «refleja la creciente dificultad de Venezuela para manejar su sector petrolero en medio de las sanciones internacionales.”

Perspectivas geopolíticas y controversias

El régimen venezolano cataloga a las sanciones impuestas por Estados Unidos como parte de la «guerra económica» que han emprendido en su contra con el objetivo de desestabilizar el país y derrocar a Nicolás Maduro. Entretanto, EE. UU. justifica las sanciones como una estrategia para presionar por reformas democráticas y reducir la migración que afecta a la región.

El vacío dejado por Chevron podría ser aprovechado por «China y Rusia, quienes han incrementado su influencia en Venezuela» y han estado adquiriendo petróleo venezolano a precios más bajos, sin las mismas restricciones regulatorias.

Este cambio podría alterar las dinámicas del mercado petrolero internacional, obligando a los compradores a adaptarse a las nuevas condiciones.

Conclusión: reflejo de la situación compleja

El incidente de la devolución de cargamentos es un reflejo de la compleja interacción entre las sanciones de EE. UU., las dificultades operativas de PDVSA y los intereses geopolíticos globales.

Si bien Venezuela culpa a las sanciones, las restricciones financieras impuestas por estas han creado obstáculos casi insuperables para las operaciones de Chevron. La situación resalta la complejidad y las repercusiones a largo plazo para la estabilidad económica y política de Venezuela.

Tabla resumen de licencias y restricciones

LicenciaFecha de emisiónDuraciónActividades permitidasRestricciones claveGL 41 (Original)26 de noviembre de 2022Renovada mensualmenteProducción, exportación a EE. UU., mantenimientoNo pagar impuestos, regalías o dividendos a PDVSA/gobiernoGL 41B (Cierre)24 de marzo de 2025Hasta el 27 de mayo de 2025Actividades de cierre, ventas solo a EE. UU.Prohibición de pagos a PDVSA, no expansión a nuevos campos

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