Atacarán a las mafias del cemento

23-08-2016 10:06:00 a.m. | Emen.- El ministro para Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas, Juan Arias, manifestó ayer que las industrias productoras de cemento del país deben ajustar los precios y mejorar, los mecanismos de distribución para eliminar las mafias que contribuyen con el bachaqueo.

“Ciertamente las cementeras son del Estado y tenemos que ajustar precios y mejorar los mecanismos de distribución. Tenemos toda una discusión frente a los precios”, indicó durante una entrevista en el programa El Desayuno, que transmite VTV.

Arias explicó que “mucha gente bachaquea” el saco de cemento porque tiene precio subsidiado. A la Gran Misión Vivienda Venezuela se le vende por debajo de los 200 bolívares.

Hay algunos canallas que le ponen la mano a ese cemento subsidiado y luego lo venden a 5.000 bolívares, un poco menos tal vez”, acotó.

En este caso lo que la teoría económica clásica plantearía es que hay que poner unos precios lo más cercano al Estado para quebrarle el negocio a estas mafias, consideró. “Si el precio fuese 3.000 o 3.500 bolívares, ¿quién va a bachaquear para ganarse un poquito más?”, se preguntó.

Planteó la necesidad de pulir los mecanismos y buscar la ecuación que les permita la construcción de unas viviendas económicas, pero a su vez “golpear las mafias que destruyen o atacan al pueblo”.

Sobre el cambio del modelo rentista, aclaró que va más allá de la empresa petrolera porque es como una cultura.

El éxito del modelo petrolero era el chorro de petróleo que nos permitía obtener divisas y comprarnos una cantidad de cosas de manera fácil. Ahora que se agotó el chorro de petróleo, vamos a la realidad”, expresó.

El nuevo camino que debe tomar la Venezuela productiva para superar la crisis económica, es el de la creatividad, la innovación y el talento venezolano, dijo.

El Estado entonces debe adoptar políticas macroeconómicas que soporten a los pequeños productores, que fabrican artículos artesanales, para canalizar este impulso productivo “porque allí hay un tejido industrial muy importante”, sugirió.

Arias reflexionó que esta situación está aportando nuevas oportunidades al país. Recordó que antes había mucha gente que producía y fue dejada de lado porque se consideraba que lo importado era mejor.

Por esta razón, el titular de la cartera de Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas celebró que en este momento se esté obligando a creer más en lo interno.

De esta manera, se hace más competitiva la producción nacional con miras a la exportación.

Avances en el sector

Al hacer un balance de los logros en el sector, puntualizó que se contabilizan 86 empresas recuperadas. De ellas hay 12 con perfil exportador que pueden contribuir en la superación de la crisis.

Aclaró que “hay otras que no han sido incluidas” y en este escenario, donde se ha acostumbrado a exportar materia prima, hay que cambiar el canal y esforzarse en exportar productos terminados, con mayor valor agregado.

El Ministro puntualizó que se ha mantenido un ritmo aceptable y es posible “que pronto se estén abasteciendo los mercados sin invertir ni un sólo dólar”.

Sin embargo, advirtió que existen industrias que todavía dependen de materias primas importadas y aún no se han hecho materias sustitutas.

Caso Sidor

Con respecto a la Siderúrgica del Orinoco C.A. (Sidor), Arias reconoció que el incremento de la nómina de trabajadores respondió a “políticas erradas”.

Estimó que en la empresa estatal, hay alrededor de 17.400 trabajadores y laboran menos de la mitad. “Hay muchos trabajadores allí que están en nómina, pero no hacen nada. Y no por restricciones eléctricas se pararon algunos procesos. A plena capacidad, muchos de ellos igualito no trabajarían. No le hacían falta a la empresa”, sostuvo.

En este sentido, aseveró que hay una visión equivocada de lo que debe ser la gestión obrera.

Nosotros no tenemos que generar obreros, tenemos que generar productividad para la sociedad. ¿Qué riqueza vamos a distribuir si no la generamos?”, resaltó Arias.

Acotó que algunos sindicatos presionaron a los trabajadores de la empresa para que no iniciaran algunas actividades. El objetivo de esta medida era solicitar un incremento del 50% del salario.

“Estos dirigentes sindicales adoptaron este tipo de prácticas de la cuarta república. Cuando ven que el Estado hace un esfuerzo para reactivar la empresa, comienzan a chantajear al patrono para que suban los sueldos”, explicó.