Así describen el papel de Cesar Omaña Alcalá en conspiraciones y “guisos” en Venezuela

Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá, nacido el 08 de abril de 1979 en Venezuela, es un empresario y médico que reside en Brickell Ave., Miami, Fl., 33129, en Estados Unidos.

Se dice que tiene una relación cercana con el general del Ejército venezolano Hugo Armando Carvajal Barrios, quien fue el ex-director de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela y que está detenido en España por delitos de narcotráfico, a la espera de ser extraditado a Estados Unidos.

Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá sería socio del hijo del General Ej., Hugo Armando Carvajal Barrios mediante la empresa CONAGRA.

A Omaña se le acusa de ser una de las personas encargadas de hacer enlaces y contactos para el rescate, durante la madrugada del 30 de abril del 2019, del opositor Leopoldo López Mendoza, líder del partido Voluntad Popular, así como del ex-comisario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) Iván Simonovis. Se sospecha que detrás de esta operación fallida estuvo la mano del General Hugo Armando Carvajal Barrios y de sus colaboradores el General (Ejército), Manuel Ricardo Cristopher Figuera, quien era el jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y que había sido Jefe de Investigaciones de la DGCIM cuando Carvajal Barrios era director de ese organismo, así como de los Mayores GNB, Juven José Sequea Torres y Juvenal Sequea Torres; uno de ellos exayudante de Hugo Armando Carvajal Barrios.

Según algunas referencias, Manuel Ricardo Cristopher Figuera y uno de los Sequea habrían sacado de Venezuela 20 Kgs. de oro en enero del 2019 a bordo del avión Learjet 60, matrícula N777YY, propiedad de Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá.

Además de todo esto, Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá también tendría residencia en Caracas-Venezuela, en la Qta, Althea, situada en la urbanización Altamira, del municipio Chacao, cuyo inmueble era propiedad de Luis Alejandro Pulgar, asesinado en esa casa. El bien había sido puesto a la orden de la Oficina Nacional de Bienes e Inmuebles Confiscados.

El día 13 de Enero del 2019, el mismo avión de Omaña habría llegado a Venezuela procedente de la Ciudad de Panamá con teléfonos satelitales Iridium utilizados para una conspiración que buscaba derrocar a Nicolás Maduro, los cuales se utilizarían para comunicaciones seguras entre Leopoldo López Mendoza, Cesar Omaña y Hugo Armando Carvajal Barrios.

Expertos aseguran que Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá tiene graves problemas de pronunciación, lo que le ha valido el apodo de “El Gago”.

Omaña sería socio de Rafael Gill, hijo del empresario Víctor Gill, presidente del Banco Fondo Común. Rafael y Omaña serían socios en unas publicaciones en la ciudad de Miami, en Estados Unidos.

Durante una entrevista del Gral Ej., Manuel Ricardo Cristopher Figuera con el Washington Post en Bogotá-Colombia, Cesar Omaña estuvo presente y posteriormente llegó a la ciudad de Miami a bordo del Learjet 60, matriculas N777YY.

Es importante recordar que el Gral Ej, Manuel Ricardo Cristopher Figuera fue acusado de realizar torturas, operaciones de lavado de dinero y supuestas extorsiones mientras el Gral Ej, Hugo Armando Carvajal Barrios fue director de la DGCIM, lo cual se indica puede ser corroborado con el empresario de origen portugués Domingo Goncalves, quien fuera dueño de casinos en Venezuela, el cual estuvo detenido en la DGCIM, señalado entre otras cosas de ser supuestamente una pieza en la organización de “El Chapo” Guzmán.

También algunas referencias hablan de la amistad de Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá, María Gabriela Chávez Colmenares, hija del fallecido ex-presidente Hugo Chávez, lo cual se sostiene jugó un papel importante en la operación de Leopoldo López Mendoza e Iván Simonovis.

Cesar Antonio Alfonso Omaña Alcalá, supuestamente por medio de María Gabriela Chávez Colmenares, ha obtenido contratos fabulosos de suministros médicos a través de la empresa Logístic Express Medical Supply Inc., mediante una oficina Cargo Llc en donde algunos lo vinculan con un “narcoempresario larense”, socio del difunto Mayor retirado de la Aviación Francisco Javier Ocando Paz, detenido en la ciudad de Valencia, estado Carabobo en 1998.

Cesar Omaña se reuniría en su apartamento del edificio Jade en Brickell-Miami, con personeros del chavismo, madurismo y la oposición venezolana, como es el caso de J.J Rendón y Lilian Tintori. Omaña costearía los apartamentos donde vive el Gral Ej., Manuel Ricardo Cristopher Figuera y el ex-comisario Iván Simonovis. También pagaría algunas movilizaciones del dirigente opositor venezolano Lester Toledo, encargado de la Ayuda Humanitaria, junto a otra persona de nombre Jorge Bethancourt, con el fin de que ambos coordinen con el gobierno interino del líder opositor Juan Gerardo Guaidó Márquez para eliminar las sanciones por parte del gobierno de los Estados Unidos al Gral. Ej., Iván Rafael Hernández Dala y al Mayor GNB Alexander Enrique Granko Arteaga.

Desde su salida de la prisión militar de Ramo Verde, en julio de 2017, donde cumplía la pena de catorce años de cárcel que le fuera impuesta en septiembre de 2015 por la juez Susana Barreiros, el opositor venezolano Leopoldo López había estado confinado en su hogar en Venezuela, bajo custodia del Sebin. Desde luego, esa familiaridad no fue suficiente para captar al director de la policía política. El intermediario para ello había sido César Omaña. Se trata de un joven empresario vinculado, entre otras actividades, a importaciones de insumos agrícolas para organismos del Estado. Hijo de un ex militar, se le tiene por socio de negocios tanto de Christopher. Por vía de un conocido mutuo, Omaña consiguió llegada al círculo íntimo de Leopoldo López, reseñó en 2018 ARMANDO.INFO.

De hecho, las condiciones de reclusión de López se habían relajado de manera ostensible desde que Christopher había relevado a su antecesor en el cargo, el general de la milicia Gustavo González López. De ello da testimonio la periodista y antes candidata a diputada por Cataluña del Partido Popular español (PP), Cayetana Álvarez de Toledo, en una crónica, luego de los eventos del 30 de abril. “Los cinco guardias bolivarianos que a esas horas, de siesta española, vigilaban la puerta apenas me miraron”, escribe Álvarez de Toledo en ese relato de una visita subrepticia a la casa de López en Caracas el 28 de enero.

En su encierro domiciliario, López tenía acceso a todo tipo de comunicaciones. Y ya desde enero había concebido con Christopher y Omaña su plan de escape.

Sin embargo, se acordó que la liberación de López se efectuaría el 1 de mayo, como parte del entramado mayor del complot, que entretanto ya era del conocimiento y contaba con la venia tanto de Padrino López como del general Néstor Reverol, ministro del Interior. Todos entendían que la salida de Maduro destrababa el estancamiento político y probablemente ayudaría a suspender las sanciones financieras internacionales, que tantos inconvenientes les causan. La aparición súbita de Leopoldo López en las concentraciones callejeras del 1 de mayo, a las que Juan Guaidó había llamado como inicio de la “etapa final” del “cese de la usurpación”, debía llevar a su punto de ebullición el fervor popular y preparar el terreno para el Día D, el 2 de mayo, que el Tribunal Supremo tenía por deadline para su pronunciamiento.

En la madrugada del 30 de abril un puñado de dirigentes de oposición recibieron una llamada telefónica. Era Leopoldo López que les informaba que “la vaina” se había adelantado. “Me vinieron a rescatar”, explicaba, y pedía confianza para que todo saliera bien.

En efecto, el general Christopher Figuera y el empresario César Omaña lo habían ido a recoger en Los Palos Grandes. Lo sacaron de la casa vestido de agente del Sebin. Al carro que los llevaba se subiría el presidente interino, Juan Guaidó. El ex dirigente de VP, Luis Florido, quien horas después quedaría inmortalizado en una gráfica devolviendo a mano limpia una bomba lacrimógena lanzada por las fuerzas de seguridad en la autopista Francisco Fajardo, se enteró a las cuatro de la madrugada y fue a sumarse a la partida.

Se dirigieron a las afueras de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota, cuya pista también sirve a la aviación civil. Christopher y Omaña dejaron allí a los dirigentes políticos, Guaidó y López, para seguir al exilio. En el caso del general Christopher, se le ubica hoy en algún lugar entre Colombia, Puerto Rico y Estados Unidos. Del empresario Omaña se supo que llegó a Miami.

Sin duda, López convocó a Guaidó a la jornada para legitimarla. Guaidó lleva consigo una inmensa aprobación popular, según revelan los estudios de opinión, y el respaldo y la protección de más de medio centenar de Gobiernos, incluyendo a las principales potencias occidentales. Aún así, Guaidó mantiene una actitud de subordinación ante el líder de su partido.

A raíz de las revelaciones sobre lo sucedido el  30 de abril de 2019, se han suscitado amenazas entre diferentes editores de medios de comunicación.

Algunas de las revelaciones sobre la participación de Cesar Omaña Alcalá en los sucesos de abril de 2019 se conocerían gracias al editor Gonzalo Morales Divo, con cuya colaboración algunos medios han logrado desentrañar detalles sobre el papel de Omaña en aquella intentona golpista.

 

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Tomado de Así describen el papel de Cesar Omaña Alcalá en conspiraciones y “guisos” en Venezuela