Vocifera por las redes sociales que es millonario, extremo que no es cierto. Sí, Esteban Trapiello tiene muchos financistas y lo ha tenido desde que comenzó su carrera de manager de artistas, hace más de 30 años. Pero el dinero de verdad lo empezará a ver en los próximos años.
Un artículo de Armando.info lo puso en primera plana por los extraños manejos que suceden en la Gobernación de Aragua en torno a su persona. Comentan de su alianza con Meridiano (de la cual, muchos dicen que es el dueño informal), del estudio Mata de Coco que tiene en comodato y ahora, de la nueva señal TLT, un canal privado a nombre de su productora, TyH Producciones, que lo aleja totalmente del cargo como empleado público que tiene como presidente de la Fundación TeleAragua.
TLT no dice mucho para el televidente normal, pero sí para los operadores internacionales. El canal es, oficialmente, el dueño de los derechos transmisión de los siguientes eventos deportivos:
- Mundial de fútbol de 2018 y 2022
- Copa América de fútbol 2019 y 2023
- Eurocopa de fútbol de 2020
- Juegos Olímpicos 2020
TLT también compró los derechos de los Juegos Olímpicos del 2016, pero se los revendió, en otra extraña operación, a TVES. Lo mismo puede hacer con los derechos que ya tiene, los cuales adquirió con la opción de exclusividad y posibilidad de reventa dentro de Venezuela. Por eso, DirecTV no pudo transmitir este año en el país los eventos que Trapiello adquirió en exclusividad. Y, por eso, DirecTV se niega a poner en su parrilla de Alta Definición a los canales que él maneja.
Los pagos, obviamente, no lo hizo la naciente señal de televisión. El desembolso, ya realizado, salió de las arcas de TeleAragua, un canal que no cuenta ni con 20 empleados en nómina. La mayoría de su personal de producción es nómina de TyH, la empresa que junto a su socio Harry Camba, maneja todas las operaciones desde la oscuridad.
Si llega a haber un cambio de administración en el estado Aragua, Trapiello dejará de ser empleado público, pero pasará a ser un empresario televisivo con unos jugosos derechos de transmisión en su bolsillo.