Estimado Larry,
Su artículo sobre la última película de propaganda de Hugo Chávez por Oliver Stone & co. ha dado tan en el clavo, que un coro de apologistas -remunerados y no- del Supremo Líder venezolano, echan espuma por la boca, y han salido de sus cuarteles a ‘disputar’ sus puntos de vista. Espere más ‘aclaraciones’ de Noam Chomsky y académicos para el totalitarismo, y de las personas en esta lista indefinida. Confíen en que tan pronto como se presente alguna ‘evidencia del imperialismo estadounidense’ a las autoridades electas y designadas de Venezuela, la mismísima Eva Golinger publicará otra ‘refutación’ punto por punto en su Correo del Orinoco, financiado oficialmente. Tal vez incluso Ken Livingstone escriba algo para Morning Star. Eso, en tierra chavista, saldará cuentas y te desacreditará para siempre a ti y al New York Times. Escribirán miles de palabras, pero nunca abordarán los puntos que toda persona e institución sensata plantea sobre el fascismo galopante de Chávez.
Como venezolana siguiendo la política de mi país, mucho antes de que los Stones, Weisbrots y Wilperts de este mundo supieran la existencia de la Pequeña Venecia, solo puedo decir muchas gracias por tomar a estos dañinos imbéciles a la tarea. Tenga en cuenta que estos son el tipo de personas que aún no condenan, en los términos más enérgicos posibles, la asociación de un presidente elegido democráticamente, es decir, Chávez, con los líderes de la dictadura más larga y brutal de Estados Unidos. Están, de hecho, enamorados de Fidel Castro. Estos fundamentalistas han ido tan lejos en el fondo, que ningún informe que contenga el más mínimo indicio de crítica es creíble, o incluso aceptable. Porque unos creen en dios, otros en Alá: este grupo cree ciegamente en lo que les diga Chávez.
Así que felicitaciones por un trabajo bien hecho. La próxima vez que hables con Stone, Ali, Weisbrot, etc., pregúntales quién financió la película, los viajes por LatAm, las visitas a Venezuela, las giras promocionales y los sitios web donde publican sus tonterías. Pregúnteles sobre sus credenciales, su relación con el gobierno de Venezuela, de hecho, pregúnteles si estarían dispuestos a demostrar que no están en la toma mostrando sus declaraciones de impuestos. Confío en que seguirán acusándote, en lugar de demostrar que estás equivocado.
Con los mejores deseos,
alek boyd