Es comprensible que haya mucho ruido sobre el estado de salud del dictador cubano Fidel Castro. Incluso en este encantador pueblo, cuya alcaldía sería la envidia de Red Ken, la gente habla de ello. El MSM ya está esparciendo avalanchas de basura sobre el futuro de Cuba bajo el gobierno de Raúl Castro, que aún no ha salido del clóset. Revisé las noticias: las únicas fuentes de (des)información que proclaman que el tirano recién está siendo operado son, por supuesto, las venezolanas y cubanas, a las que, hay que recalcar, no les queda ni un ápice de credibilidad. Por eso puedo anunciar que Fidel Castro ha muerto.
Si mañana, o el día/semana/mes siguiente, aparece en público y demuestra que estoy equivocado, siempre puedo retractarme. Sin embargo, con base en la información disponible y mis propias fuentes, no tengo motivos para creer que el criminal que arruinó a Cuba y oprimió a su pueblo durante medio siglo está vivo.
Como Carlo Gambino, Fidel Castro pereció de forma relativamente pacífica, al contrario de lo que había sido su marca registrada. Qué lástima; Víctimas cubanas y personas honorables del mundo perdieron para siempre la oportunidad de la venganza o, por lo menos, no podrán encontrar consuelo en el hecho de que Castro, como heredero de la familia Gambino John Gotti, se pudriría incomunicado en una Tipo de instalación ADMAX.